Ocupadísima este último tiempo, no he tenido oportunidad de escribir, pero sí de observar. Como ustedes saben, esto de rebuscar oportunidades laborales haciendo uso de los talentos, que es deber trabajar, por cierto, porque por algo fueron dados, y no sólo dentro de la hermandad de la iglesia, como es mi caso, sino en los más amplios ámbitos del ejercicio humano que nos compete, ha hecho que con LITMU ONG, que es menos que un grano de arena en peso organizacional ante monstruos como otras orgánicas similares que conocemos, hemos iniciado el área editorial tal como corresponde a nuestro ejercicio literario, entre varios otros que realizamos.
Y dinero de dónde, sin trabajo quien les habla, viviendo de –ya lo dije- rebuscar la vida en charlas, invitaciones, ventas, análisis tercerizados en mi área profesional, etc., y los otros integrantes, una adulta mayor y los restantes profesionales jóvenes en plena edad productiva donde no queda tiempo para nada, y un escaso ingreso, cuando tienen trabajo… Pero nacimos chicharra, como versa el dicho popular, y a falta de dinero, tenemos conocimiento, que vale mucho más, como decía mi padre, porque la plata se va y el tonto queda (entiéndase la idea). Entonces, no podemos editar como normalmente se hace, con fanfarrias y luces, pero podemos hacer nuestros libros en pequeñas cantidades seriadas, es decir, exclusivos, hechos uno por uno. ¿Ve usted que es bueno haber crecido en la rigurosidad del trabajo aprendiendo de todo? Nos hacemos no sólo la ropa, y hasta los zapatos, cuando es preciso, con nuestros propios diseños; bolsos, carteras, ahora las cremas antiarrugas con esencia de pétalos de rosa, y así… Siempre digo que si me llego a casar alguna vez, quien obtenga el beneficio, se gana la lotería.
Llevaba tres libros por publicar: Mujer Púrpura (poesía erótico-política y otros relatos), Este Amor Tuyo (poesía cristiana profética, sueños proféticos y testimonios reales), y Carmesí, lo que se hereda no se hurta, con poesía política y relatos sociales. Creamos igualmente “Agenda Poesía Wallmapu 2019”, con poesía regional, fechas hitos, citas literarias, etc., por la que hoy don Orlando Acuña Pacheco nos acaba de avisar la realización de un Zine número especial dedicada a esta publicación única en el país. Los hice yo misma, asistida por algunos integrantes en la medida de sus tiempos y permanencia en la zona, y asistí a la Feria del Libro de Curacautín, invitada por la agrupación cultural Los Amigos del Libro y la Lectura, quienes habitualmente realizan un Encuentro Literario binacional chileno-argentino. En esta ocasión, es la primera Feria del Libro de la zona del Malleco, que no es poco decir.
Al ser la primera Feria del Libro en una zona poco dada a la lectura, porque nos pedían libros de novela rosa, por ejemplo, como máximo exponente de literatura, hubo problemas de organización importantes que estoy segura, para la segunda versión estarán superados. Faltó compromiso municipal, tal vez mucho lonko y pocos de los que sabemos, descoordinaciones y una extraña mezcla o confusión, prefiero pensar, entre productivo y cultural, porque hay que insistir en el uso del beneficio de exención de impuestos en el área. Y demás está decir que si una organización cultural invita a editoriales pequeñas, que son de autogestión y no industriales, por mucho que vean que los libros se venden, porque hay que recuperar material, ya que nadie vive de esto en razón de los montos de inversión y venta, procede preocuparse de la atención a los invitados, lo que implica alojamiento y alimentación. Ahora, si va a realizar una actividad productiva como ir a vender los productos de la huerta, invernaderos, ganado u otro, es otra área y no funciona de la misma manera. El problema hoy es que la demonización de la cultura, por el temor que produce ésta, la educación social, la comprensión de los procesos sociales y políticos, hace que el neoliberalismo plantee la “industria cultural”, con el hambre voraz –más que apetito- que la derecha política tiene de apropiarse de esta área en la que jamás ha tenido, ni tiene, dedos para el piano, por razones obvias.
No es en vano lo ocurrido con el Festival WOMAD, donde siendo cultural se le quitó en el actual gobierno, el beneficio económico procedente del Ministerio de las Culturas Las Artes y el Patrimonio, lo que obligó a la organización al cobro de entradas, lo que acarreó una escasez de público escalofriante, en consideración a la importancia de la actividad y los artistas invitados provenientes de los cinco continentes. Para LITMU jamás es una mala experiencia asistir a estas actividades, porque aprendemos lo que debemos hacer y qué no, con quiénes ir y a quiénes dejar de lado. Hicimos buenos nexos con gente que nos apoyará desde Santiago en nuestras publicaciones, por ejemplo. Pero fue un sacrificio y sumar deudas, otro producto de la confusión de conceptos entre industria y cultura, vicio –repito- neoliberal ultrista.
Nosotros los escritores habitualmente somos invitados a actividades de organismos públicos a hacer número, a excusarles “la pega”, porque aparte de, a veces un almuerzo, o una supuesta consideración porque llega un correo electrónico convocando, somos utilizados en nuestro conocimiento de gestión, y el evidente uso profesional de quienes además nos planteamos desde nuestra visión académica formativa.
Y vea Ud. lo que comenta Ana Tijoux, a quien le solicitaron que cante ¡gratis! En el Festival de Viña del Mar. Hay que tener patas, como se dice; actúan como patrones de fundo.
Nosotros los escritores habitualmente somos invitados a actividades de organismos públicos a hacer número, a excusarles “la pega”, porque aparte de, a veces un almuerzo, o una supuesta consideración porque llega un correo electrónico convocando, somos utilizados en nuestro conocimiento de gestión, y el evidente uso profesional de quienes además nos planteamos desde nuestra visión académica formativa. No les gusta que les digamos funcionarios, pero lo son, y procuran ejercer sus labores a costa de nosotros, que somos quienes generamos la cultura que ellos requieren, seguramente porque se les exige desde las autoridades, quienes no son las adecuadas ni conocedoras del ejercicio cultural; quién sabe, habría que revisar el tema. Por ello LITMU, por decisión unánime no asiste más a acciones de aprovechamiento profesional solapados bajo actividades culturales donde todos perciben sueldo, menos nosotros.
Nuestra autogestión busca también el respeto por el quehacer cultural no sólo nuestro, sino de todos nuestro compañeros escritores y artistas en general. Nosotros apoyamos y promovemos en todo lo que podemos gestionar, a los mejores en el área, y si contáramos con el financiamiento de un municipio o de un proyecto, pagamos aunque sea los pasajes. Mientras tanto, “olla común” cultural y nos ayudamos unos a otros, solidarios siempre.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad