Estoy seguro que no me escucharás mientras duermes, pero igual te diré mis pensamientos nocturnos. Poseo una emoción que revuelve mis tripas, la cual no tiene un nombre exacto. He bebido y consumido drogas durante la noche entera en busca de sosiego para mi alma turbada. Terribles son los sopores que congelan mis pensamientos y agacho la cabeza sabiendo que volverán enredados entre mi razón y la pasión en cualquier momento.
Son fantasmas que vienen a mi mente y no los puedo sacar de ella. Sueños que a continuación te describo en busca que al decírtelos me ayudará a salir de este enfermedad que me hunde en el abismo de nuestra cama con los ojos muy abiertos, esperando vislumbrar la luz del bien y la esperanza. Espero que escuches antes que la noche sea más sospechosa y me ojo comience a palpitar otras vez.Sentado en el pórtico de la casa de mis abuelos, he tenido un presentimiento extraño en estos días. Tiene que ver con la guerra pasada, no la actual, sino la pasada. Los conflictos nunca terminan. He llegado a pensar que la destrucción humana es parte de su esencia…
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1.
Veo gente saltando del otro avión que pierde altura. El sonido de las ametralladoras nos ensordece. Las balas silban y nos dejan sordos. Pegan en el fuselaje y rezamos a Dios esperando que no entren.
No podía creer que había vuelto a la base. Pregunté por Guy y nadie sabía de él. Me dice una enfermera que está perdido en acción. Pienso que murió como tantos amigos. Pronto llamarán a su madre para darle la noticia. Se sentirá tan triste. Guy era su único hijo. Se preocupaba de llamarla y escribirle siempre que tenía tiempo.
Me sentí mareado por la presión del momento. Salgo directo al bar más cercano. Me emborracho toda la noche para olvidar. Me despierto sobre la cama vestido con el uniforme y se viene a mi mente Guy y caigo en cuenta que nunca más lo volveré a ver en mi vida. Se fue y no hay fuerza en este mundo que lo traiga de regreso. Sus hermosos ojos son parte de la nada.
La guerra termina y regresamos a casa los que sobrevivimos. Nos dicen héroes y yo pienso en aquellos que murieron en la flor de la juventud. Ellos son los héroes y pronto serán olvidados. La muerta mata todo hasta los recuerdos.
2.
Sentado en el pórtico de la casa de mis abuelos, he tenido un presentimiento extraño en estos días. Tiene que ver con la guerra pasada, no la actual, sino la pasada. Los conflictos nunca terminan. He llegado a pensar que la destrucción humana es parte de su esencia, pero la guerra que vivimos ahora se convertido en una tradición. Nos hemos habituado a oler el fuego negro cuando nos visitan los dragones.
Pero mi presentimiento no tiene nada que ver con la filosofía barata de la guerra, tiene que ver con una especie de visión. Siento que olvidaré algo en un lugar, tengo ese presentimiento incómodo desde hace diez años.
Camino con rapidez tratando de salir de esa fijación, pero me es imposible. Me persigue como un perro tras su amo. Me meto en mi lecho y me tapo la cabeza con el cobertor. Siempre hago lo mismo todos los días y término olvidando lo que hice hoy al día siguiente.
3.
Frente a un espejo curvo contemplo mi reflejo. Le pregunto a la imagen la razón de esta pasión inaudita y continúa en silencio. Le vuelvo a preguntar cuándo seré libre de su embrujo rojo y un gritó espectral lo destroza en mil pedazos. Me levanto del suelo y le expongo al espíritu nacido de la destrucción del reflejo que: “No puedo navegar en esos navíos otra vez”. El espíritu dice que no me preocupe pues debo confiar en mis instintos. – Busca en tus más básicos instintos y encontrarás la respuesta precisa a este problema de la carne- me expone y vuela sobre mi cabeza.
No es un espíritu grande. Se asemeja a un pequeño mosquito. Sus alas son como esqueletos y su rostro como un ave en estado de descomposición. Lo observo atentamente mientras planea.
En ese momento, me llega una carta de ella y sé que voy a verla con su rostro picudo y sus comentarios huecos sin sentido alguno. Subo al barco y remó en dirección a la isla donde nos vemos cuando la pequeña bruja lo desea. El espíritu me dice: “No creo que debas dejarla con las ganas esta vez”. Le respondo: “Ella no tiene ganas solo quiere compañía para no sentirse tan miserable después de los 40 años”. – El objetivo de la edad es matarte de viejo – me explica- una treta de la muerte para cubrir con su oscuro dominio sobre los hombres antes su triunfo absoluto-, me lo asegura el espíritu nocturno.
Escondidos de las miradas sociales y de los comentarios inquisidores, nos sentamos frente a frente. Solo ella habla sin parar de puras sensaciones sin reflejos. Mi cerebro se quiere desconectar de una buena vez y me resisto al escape por una extraña sensación de educación malsana o porque pienso que en algún momento saldrá algo interesante de su boca. Un comentario que me dejará lo suficientemente impresionado para no sentir que he perdido una vida tras un amor sin esencia.
Percibo al espíritu que vuela sobre su cabeza y sin tanta educación la pica en la boca. Ella se golpea la cara con un plato, se sube sobre la silla y cae al suelo. Sus gritos son desgarradores. La sangre brota por todos lados de su cuerpo que convulsiona y yo levanto mis pies del suelo para no marcharme con el rojo líquido. Solo me queda ver con mi profundo ojo marcado por las guerras.
Mi amada muere frente de mí y nada puedo hacer con la boca llena de raviolis y las manos sucias de mantequilla. Se levanta del suelo y con los ojos desorbitados me mira fijamente. Tira un manotazo y casi bota de la mano mi trago. – Maricón, mal nacido, hijo de puta te voy a matar con este cuchillo cercenándote tus bolas- me grita con tan florido vocabulario e instantáneamente cae muerta sobre la mesa. El espíritu se sienta en la silla de mi nada afortunada amada y percibo que ya tiene un tamaño normal.
– Considero, mi buen amigo, que te ves muy bien después de atacarla.-
-¿Con ella fornicabas por amor o por pasión?- pregunta sin reparo y engullía con mucha prisa la comida de mi pobre amante extinta.
-Por ambas situaciones, pero creo que ahora no podré esperar ninguna. No me atrae la necrofilia, las emociones pueden ser muy frías y duras. Y lanzó una carcajada que todavía la escuchó resonar en mi mente. Ella te amaba a su manera. Tú no pudiste amarla y el error fue tuyo. No respetaste su identidad e independencia como mujer. No sabes nada de mujeres- afirmó con tono molesto.
-Tú eres mujer. Estoy seguro de eso. Hablas igual que ella cuando trataba de argumentar su “puterismo cultural” y su soltura de cascos- le expresó sin censuras y me paro arriba de la mesa donde todavía yace el cuerpo de la víctima. – Deja decirte espíritu de pacotilla que se vienen tiempos sin amor, tiempos de pestes y tiempos de guerras donde los héroes mueren sin sentido, donde las personas tienen presentimientos que a nadie les interesa, donde la vida solo vale un momento de adrenalina pura y esencial. ¿Sabes lo que es vivir sin adrenalina en la sangre? Es la verdadera muerte. Te invito a que desaparezcas de mi presencia antes que el veneno que tragaste como un cerdo te haga efecto, todo el veneno que le puse a ella en su comida antes que quisieras quedar como el salvador de esta escena.
-En el infierno, te espero- fue lo último que le oí decir antes de convertirse en el festín de unos gatos arrabaleros.
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Todavía duermes tan plácidamente con tu pelo sobre la cara y la respiración entre mezcladas con suspiros. Seguro que no escuchaste nada de lo que pude decirte durante esta noche. Me visto con rapidez para salir en dirección al trabajo. Tengo un buen presentimiento para este día que comienza. Te despiertas y me dices entre bostezos: “Guy, no olvides hoy, nos visitan mis amigas y debemos darles una gran impresión”. – No te preocupes cocinaré raviolis con ojos de res , – le respondo.
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