Llama profundamente la atención que tras cuatro décadas de su indignante homicidio, la figura de Víctor Jara, siga más viva que nunca en la memoria del pueblo chileno. Hay algo especial en Víctor, su recuerdo se mantiene intacto, con un cariño vivo que emana cada vez y se cantan sus composiciones, las que tan bien nos retratan.
Me río con rabia de la DINA, esa terrible gestapo criolla. Nunca entendió que la conexión con la gente era más fuerte que las 44 balas que fueron incapaces de hacer callar la eterna voz del Cigarrito.Cómo me gustaría que estuvieras entre nosotros y aportando lo que tan bien sabías hacer, en materias esenciales para el desarrollo cultural de Chile. Te imagino aportando a mejorar la educación, salud, trabajo y cultura. Qué ministro serías, qué presidente serias.
Recuerdan cuando en los años 80, Raquel Argandoña, jurado en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, dijo que se sentía parte de la gente del cerro, la reacción de los presentes generó algo distinto, pues al no reconocerla como una de la suyas, pifias y desagrado del público se hicieron sentir de inmediato.
En este escenario, me pregunto: Si Víctor Jara hubiese estado y preguntado lo mismo a la galería ¿Cuantos habrían compartido el asiento con él? ¿Cuántos aplausos, cariños y cohesión social hubiésemos visto ese día?. “Víctor, ven acá, tú eres uno de los nuestros”. El tiempo engrandece la figura de Víctor Jara, él representa para el pueblo, todos esos valores que están encarnados en lo más profundo del hombre y mujer humilde: noble, constante, empeñoso, esforzado, luchador, sacrificado y deseoso de encontrar la libertad, sólo para poder tener el derecho a vivir en paz o para fumarse un cigarrito con un buen olor a tabaco.
La figura de Víctor Jara atraviesa a la ciudadanía de manera transversal, por lo bien que supo interpretar la historia que le toco vivir y por componer canciones que reflejaban la destrucción de la humanidad. Víctor, apostó siempre a salvar a la sociedad dentro de un mundo nuevo, uno muy posible de construir, con melodías muy simples y llenas de contenido social.
En lo que a mí me respecta, Víctor es un ícono viviente de la convicción y coherencia de vida, que nada ni nadie la altera, aún en las adversas circunstancias que le tocó vivir, jamás claudicó en lo que creía y veía posible que era necesario, para el bienestar de otro.
Personalmente valoro tanto su traspaso cultural desde el campo a la ciudad, escuchar que las letras de un chileno, bien chileno, han sido interpretadas por artistas de la talla de Silvio, Serrat, Milanés y tantos otros, que se ven reflejados en la poesía hecha canto nuevo. «Voy a hacer un cigarrito» o «Te recuerdo Amanda», verdaderos himnos mundiales, cantados en diversas lenguas. Eso logró tu muerte, compañero Víctor, que traspasarás las fronteras de tu Ñuble y te transformarás en ciudadano del mundo. Prueba de ello, que tu Palomita la encontraste en tierras foráneas y que se mantiene al pie del cañón, conservando tu hermoso patrimonio, para que otros hoy puedan crear, cantar, pintar y soñar por más de cinco minutos, como dice tu letra.
Compañero Víctor, eso logró tu muerte, traspasar las fronteras de tu Ñuble y ser un ciudadano del mundo. Prueba de ello, que tú Palomita la encontraste en tierras foráneas y aún se mantiene al pie del cañón, conservando tu hermoso patrimonio.
Cómo me gustaría que estuvieras entre nosotros y aportando lo que tan bien sabías hacer, en materias esenciales para el desarrollo cultural de Chile. Te imagino aportando a mejorar la educación, salud, trabajo y cultura. Qué ministro serías, qué presidente serias. Quizás también podrías contribuir en los medios de comunicación, con la creación de programas televisión de calidad, donde la cultura contrarrestara a estos famosos reality, que lo único que generan es, chimuchina, cahuines y develar la vida del otro/a, todo por el famoso rating que a estos les provoca.
Víctor buscaría conservar nuestra cultura identitaria, aquella que hemos perdido notablemente por el maldito modelo neoliberal, aún presente en nuestra sociedad chilena, que tanto daño nos ha provocado. Este sistema intrínsecamente perverso, que la Concertación (hoy transformada en Nueva Mayoría) ha perpetuado en el tiempo.
Culmino dándote las gracias Víctor, por todo lo que entregaste a esta larga y angosta faja de tierra, incluida tu propia vida. Gracias por tu sencilla voz y esa guitarra que lograron emocionar y cautivar a millones, que hoy te recuerdan y admiran por tu gran legado y compromiso.
Comentarios
05 de marzo
Sobre tu columna sólo puedo decir: https://www.youtube.com/watch?v=ppcqWpZUrK4
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