Hay que recuperar la ética de la participación ciudadana, las convicciones sociales, y aprender a ejercer el derecho a controlar a quienes elegimos para regir la nación. No podemos continuar en deuda con nosotros mismos.
Últimamente nos hemos dedicado a la educación ciudadana en Juntas de Vecinos, formando parte estable de la JJVV N.º 40 Villa Sur del sector Amanecer de Temuco, quienes están efectuando un trabajo de excelencia en el sector. Por supuesto, siempre a disposición de que, si las otras orgánicas ciudadanas de base lo desean, podemos ejecutar alguna gestión en sus territorios, cumplidos ciertos requisitos mínimos lógicos.
Y aquí es donde, entre la lectura del acontecer político, que es también un ejercicio cultural social a nivel local y país, por si usted no se había dado cuenta, en conversaciones con otros gestores culturales de la zona, hemos apreciado ciertos síntomas participativos que el paternalismo de las oficialidades buscadoras de votos han potenciado, hiriendo gravemente la conciencia ciudadana de la participación comunitaria de base social.
Cuando digo base social, me refiero estrictamente al ejercicio social participativo en territorialidades mínimas, como las Juntas de Vecinos o agrupaciones similares, si es que las hubiera en un tenor similar, la organización más básica y fundamental del entramado social global, aquella que supone un piso funcional-estructural sobre el cual ejercen las otras orgánicas sociales más amplias (barrios, comunas, regiones, etc.).
Fíjese usted en los detalles de participación en su sector. Espero que forme parte activa de alguna organización barrial sectorial, porque aunque usted se crea de sectores “altos”, por el poder adquisitivo, igual forma parte de un barrio o sector, así es que el concepto perdió hace tiempo el tono menoscabador alusivo a los sectores antes denominados bajos, hoy llamados deprivados. Si usted gestiona una actividad de interés directa al bolsillo de los vecinos, asisten no necesariamente por interés organizacional (unirse para reclamar, por ejemplo), como lo ocurrido en la charla que dictamos en nuestra JJVV sobre los Medidores Inteligentes, con lleno total de recinto. Muy distinto fue, primando la ignorancia de los efectos del proceso, la charla del TPP11; lo mismo otros conversatorios (muy imitados hoy por varios importantes políticos locales), y así. Pero diga usted que hay comida, cóctel, algo que implique algún tipo de prebenda…
El ni tan nuevo habitus cultural, bourderianamente hablando, al parecer nace de la compra de favores políticos, de votos. Los patrones de fundo mataban las vaquillas para “festejar” a los inquilinos y peonada antes de las elecciones, y les decían por quién debían votar. Y basta ver cómo funciona últimamente la política chilensis, que apenas somos un fundo de los sectores de poder, unas pocas familias que se casan (cruzan) entre ellos mismos para resguardo de sus intereses económicos y, por ende, de poder. Vil dinero.
Y así, los otrora sectores progresistas, hoy neoliberales a ultranza, aprendieron la maña patronal, reemplazando las causas por el beneficio inmediato de la compensación por algo a cambio de la participación tibia e interesada. De hecho, abandonaron los sectores vecinales y pasaron estos largos año de pseudo democracia (porque esto de vivir regidos por una Constitución Política dictatorial parchada a puras reformas qué será) sobándose la panza igualmente patronal de las castas erigidas desde la lucha y vidas de los que de verdad luchaban por Chile. No es en vano el dicho aquel. Entonces por una década o más hay JJVV regidas por un solo sector político que, por cierto, quienes ofician de líderes, son la evidencia más preclara del servilismo del poder, los patrones del fundo local, sin mayor formación escolar incluso, y que se suelen regir por comentarios, “cahuines” o “pelambres” y no por las normas estatutarias correspondientes (otro día revisaremos el ejercicio de los nexos conductores con la oficialidad orgánica o municipio). Una cultura de la incultura social muy conveniente.
Precisamente, en atención a estos problemas, que a la postre son de cognitividad social, el 10 de agosto, desde las 17 hrs., realizaremos lo que hemos denominado “La Mesa Larga de Té Cito”, donde convidamos a los vecinos y a quienes deseen participar, a llevar su aporte o donación para compartir, y plantearemos el uso legal de los estatutos en las JJVV, que no son unos escritos impresos solamente para abanicarnos, sino para conocerlos y darles uso que faciliten la gestión de las organizaciones comunitarias y otras.
Si, podemos decir que existe un apagón cultural de participación social en Chile. Se perdió la fuerza del análisis organizacional, la convicción de la lucha social comunitaria que hoy es tan simple y básica como gestionar cámaras de vigilancia, mejores luminarias públicas, pavimentación, etc., pero para lo cual se necesita recuperar las confianzas sociales y humanas, la solidaridad entre vecinos.
No estamos sanos, nos pesa la espada de la dictadura que nos atravesó hasta el alma ciudadana; pero es tiempo de recuperarnos y seguir avanzando por las generaciones que continuarán la tarea de la Patria. No sé por qué han mancillado el concepto de Patria, es penoso. Sin identidad no hay unidad; la unidad ni la identidad son uniformidad; y ésta, como el concepto que hoy erigen sectores ultras escasamente preocupados de los chilenos realmente, Patria o Matria, como desee, tiene que reconstruirse, como nosotros cuando hemos sufrido un gran trauma, que así fue.
Tenemos que querer sanar. Empecemos por lo mínimo, los pequeños pasos, reaprendiendo a caminar tras una larga enfermedad. Hay que recuperar la ética de la participación ciudadana, las convicciones sociales, y aprender a ejercer el derecho a controlar a quienes elegimos para regir la nación. No podemos continuar en deuda con nosotros mismos.
Comentarios