De todos los discos de Pink Floyd “Animals” siempre fue mi favorito por varias razones, la primera es que es un álbum conceptual tanto en sus letras como también en lo musical.
Inspirando en la novela sátira “La rebelión en la granja” de George Orwell que retrata a través de una fábula mordaz e irónica sobre cómo el régimen soviético de Iósif Stalin corrompe el socialismo (según Wikipedia); bien podrían haber elegido más elementos de la granja, pero concentrarse en los cerdos (clase política), perros (fuerzas militares y policiales) y las ovejas (la población) logra una entendimiento bastante directo y concentrado de la obra de Orwell en manos del genio creativo de Roger Waters y su profunda y sencilla prosa contra el establishment de la época.
La única deuda que tenía el disco antes de esta nueva mezcla y masterización era justamente su sonido y fidelidad, pero justamente ahora con todo este trabajo que se acaba de publicar, Animals vuelve al sitial de honor donde siempre debió estar
La propuesta musical de Pink Floyd para este disco es suprema y se conforma de un canon de 3 líneas melódicas que representan a los animales y que se van deconstruyendo y coloreando a medida que avanza el disco con una introducción, un momento peak en cada uno de los temas más largos de la obra y un epílogo circular que vuelve al inicio y también una apuesta armónico muy teatral como haciendo la antesala un tanto más tímida de la colosal “The Wall”, disco posterior a Animals que estaba por venir.
Sobre la producción no hay que perder de vista e imaginar que el formato imperante en la época era el LP en vinilo y quienes entraban en el mundo de los álbumes conceptuales debían ordenar la música para que completara un lado y poder dar un paso al otro lado sin perder momentum. Por lo mismo Dogs llena casi todo el primer lado del disco, salvo por la introducción Pigs on the wing.
Por si esto no fuera razón suficiente para situar a Animals en una obra cumbre la experiencia sonora que presenta esta nueva mezcla permite descubrir algunos otros elementos fundamentales de Pink Floyd, para mi fue un total descubrimiento escuchar a un Roger Waters ejecutando impecable e implacablemente su bajo fender precision, entregando pulsos armónicos y rítmicos a las capas que Gilmour y Wright crearon en guitarra y piano respectivamente. Nick Mason suena mucho más nítido y atmosférico en sus secuencias rítmicas aportando la ambientación precisa para cada canción y al servicio de la música totalmente. En esta nueva mezcla se puede escuchar toda la aportación sonora de Richard Wright y el tremendo aporte que hacía como instrumentista a la banda. Quizás la novedad no es la guitarra de David Gilmour sino más bien la sonoridad que toma en esta mezcla, lo impecable de su ejecución y la calidad vocal de David que otorga un carácter muy psicodélico y lúgubre con su voz.
La única deuda que tenía el disco antes de esta nueva mezcla y masterización era justamente su sonido y fidelidad, pero justamente ahora con todo este trabajo que se acaba de publicar, Animals vuelve al sitial de honor donde siempre debió estar logrando percibir como los cuatro músicos se ponen al servicio del concepto detrás de la música y de la música propiamente tal, experimentado y exprimiendo la máxima capacidad de cada instrumento y de la tradición armónica inglesa tal vez un poco menos progresiva que discos publicados en aquella época de gran calibre al igual que Animals desde mi perspectiva el mejor disco de Pink Floyd.
Comentarios
26 de septiembre
Desconocía la vinculación literaria del álbum Animals de Pink Floyd. Gracias por el artículo. Muy bueno.
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03 de octubre
No paro de escuchar este disco, nunca imagine que podría sonar así, impresionante!!
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