#Ciudadanía

Zuckerberg o Assange, dos futuros distintos de la Web

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La revista Time escogió al Personaje del Año 2010. La elección: Mark Zuckerberg, fundador de Facebook. Crear una comunidad que ya conecta a más de 500 millones de personas y que, sin duda, ha cambiado la manera en que cotidianamente usamos la Web es razón suficiente para estar en la clásica portada de la revista norteamericana.  Además, para quienes apostamos por Internet como espacio para que las personas se expresen, que Zuckerberg haya sido el escogido es un hecho importante. 

Antes, sólo Jeff Bezos (fundador de Amazon) en 1999 y la ya mítica elección en 2006 de todas las personas creadoras de contenido para la Web (bajo el anónimo pero incluyente “You” de aquella portada), habían llevado a la Red a ese sitial de la revista de circulación semanal más importante del mundo.

Pero que haya sido Zuckerberg es muy revelador de una mirada sobre el futuro de la Web. Más cuando muchos apostábamos que el personaje del año fuera Julian Assange. El líder de Wikileaks ganó en la votación popular que Time había lanzado, superando los 382 mil votos, 20 veces más que Zuckerberg (que quedó décimo en esa lista). Pero no hay que ser ingenuo: la portada de Time no es un ejercicio de popularidad (aunque ese sea un elemento que pueda ser considerado), es una decisión editorial. Y como toda decisión editorial, está basada en una manera de leer el mundo.
 
Sería fácil caer, al hacer este análisis, en una caricatura de los personajes, en las que Zuckerberg representara lo perverso y el lucro desmesurado, y Assange fuera una suerte de Robin Hood, encarnación binaria de la lucha de los oprimidos frente a los poderosos. Pero ambos personajes tienen suficientes zonas oscuras en sus biografías y sus acciones, en especial respecto de sus motivaciones más profundas, como para caer en esa simplificación.
 
Pero sí es razonable hacer otro ejercicio, uno que con trazos gruesos, caracterice el futuro de la Web que sus creaciones, Facebook y Wikileaks, representan.  
 
Por un lado, la todopoderosa plataforma desarrollada por Facebook, que sin tener un fin declarado más allá ser un espacio que “te ayuda a comunicarte y compartir con las personas que conoces” (tal como dice el slogan en su sitio), permite diariamente a millones compartir información de muy diverso tipo. Como a casi todos los que tenemos cuenta en esta red social, Facebook me facilita mantenerme al tanto de lo que están haciendo mis familiares y amigos, reencontrarme con personas que estimo y conocer a otras que, por diversas razones, me hubiera sido imposible hacerlo en el mundo presencial. Facebook me ha ayudado a conectarme con otros y otras, y el balance hasta el momento es positivo.
 
Pero Facebook es una plataforma privada, que busca ser una experiencia “totalizante”: Facebook espera que todo lo que yo haga en la Web, lo haga en su espacio. El costo de acceso a Facebook es muy bajo y los potenciales beneficios altos: apenas unos pocos datos para el registro y tras eso puedo participar en un muy poderoso flujo de información que, en su inmensa mayoría, ocurre dentro de las fronteras del que algunos definen como el cuarto país más poblado de la Tierra. Es un flujo de información controlado, sobre el que operan términos y condiciones y políticas de privacidad que en más de una ocasión han sido cuestionadas por vulnerar derechos básicos de las personas. Además, un flujo de información en el que explícitamente operan leyes de Estados Unidos. El espacio controlando el flujo. En eso, Facebook es una representación del statu quo, como quedó demostrado –por ejemplo- al cerrar las cuentas de activistas de Wikileaks
 
Por su parte, Wikileaks representa una mirada de una Web esencialmente abierta, transparente para ser más exacto. Una visión que la proyecta  no tanto como una plataforma, sino como un flujo que opera de manera distribuida en múltiples espacios, y que tiene un fin declarado: “We help you safely get the truth out” (Nosotros te ayudamos a revelar de manera segura la verdad). Desde esa lógica, Wikileaks permite conocer secretos de los estados, en muchas ocasiones revelando la enorme distancia existente entre lo que las autoridades dicen y lo que hacen, confirmando que quienes están llamados  a defender los derechos de las personas actúan en número importante de situaciones en la dirección contraria. Incluso en las que se definen como las democracias más consolidadas del mundo.
 
El costo de acceder a Wikileaks como colaborador es alto: si te descubren, te puede costar la libertad. Pero para quienes accedemos a su información como lectores, tiene un beneficio innegable: nos ayuda a comprender cómo funcionan las lógicas del poder y desde ese conocimiento tomar decisiones como ciudadanos informados y responsables. Es el flujo de información que desborda al control de los espacios. Los proveedores privados de servicios bloquean el flujo, pero este encuentra maneras inmediatas de restablecerse. Y con su sola circulación, el flujo se convierte en amenaza para el statu quo porque entrega poder a las personas.
 
Que la revista TIME haya decidido que Zuckerberg esté en la portada es una fotografía del mundo de los espacios controlados. Que la votación popular haya identificado a Assange como personaje del año, es una iconoclasta expresión de una ciudadanía que montada en el libre flujo de información reclama mayor transparencia y coherencia a sus estados y sus representantes. 
 
Zuckerberg y Assange están haciendo evolucionar la Web, pero en direcciones muy distintas. ¿Cuál crees tú que es la correcta? 
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Imagen elaborada sobre la base de dibujo de Abode of Chaos, con Licencia CC

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7 Comentarios

marceleau

marceleau

Interesante tema. Francamente, no creo que haya una forma correcta a partir de la cual deba evolucionar la web. Facebook y Wikileaks responden a motivaciones distintas y transitan por canales a primera vista distintos: el comercial y el político, respectivamente.
Naturalmente, la ingobernabilidad o «irracionalidad» del crecimiento de internet ha estado y estará cruzada por intereses de diversa índole que quieran llevar agua a su molino, llámese Facebook, Wikileaks o patatin patatan. Esa tensión entre los diversos actores por instalarse en un territorio en disputa como es internet, y su inefable cantidad de información, es un fenómeno que, por ahora, se ve sana y sostenible.
En resumen ni soñemos en meter mano al destino de internet. Esa es la gracia que le ha permitido crecer. Si alguien anuncia que tiene las riendas del asunto, no sabe en lo que se está metiendo.
PD: En lo personal, yo también hubiera votado por Zuckerberg.

    Enzo Abbagliati

    enzo-abbagliati

    Comparto lo que dices, Marcelo: no creo que se pueda hablar de una forma correcta para que evoluciones Internet. Pero si creo que en esa evolución se deben asegurar ciertas condiciones básicas que eviten que algunos actores pueden intervenir ese desarrollo.
    Un ejemplo es la reciente aprobación de la Ley de Neutralidad en la Red aprobada en Chile, que busca limitar la injerencia de los proveedores de servicio de acceso a Internet respecto de los datos, aplicaciones y programas que sobre sus redes se accede.
    Ahora bien, uno de los puntos de mi argumentación es precisamente que Facebook tiene la aspiración (aunque parezca imposible) de «controlar» la red, por lo menos desde la relación que los usuarios comunes tienen con ella. Y eso, al estar ocurriendo en un espacio privado, me parece preocupante.

earriagada

Aunque lo que se plantea es verosímil no creo que explique la opción de un grupo de periodistas que cada semana muestra sus opciones con transparencia. Time, como The New York Times o The Guardian fueron actores relevantes en la masificación de la última filtración de Wikileaks. La revista Time es una institución que a su vez produce otra
institución universal, su premio del personaje del año. En
el mundo social que tengo en mis espacios de Twitter y Facebook es dominante la
opinión de que la elección del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, fue
resultado de falta de audacia de una revista que no se atrevió a optar por la
personalidad más popular y revolucionaria de estas semanas, Julian Assange.
Muchos olvidan la revista no se limita a elegir a las personalidades con las que comparte
ideales, de hecho tanto Stalin como Hitler fueron en su tiempo personajes del
año de Time. Yo no subvaloro la importancia de Assange y
sus grupo de activistas han tenido en favor de conseguir transparencia en
actividades relevantes hasta hoy no tenían control externo alguno. Es indudable
que el hacker se inmortalizó cuando aprovechó las
herramientas digitales y el espíritu colaborativo reinante para “traficar”
información relevante. Su filtración tuvo un carácter histórico y la forma de
hacerla nos garantiza futuras entregas que cambiarán para siempre la forma de trabajar
de las autoridades de todas las instituciones relevantes.
Pero lo de Zuckerberg es más. Facebook ha
tomado un nivel de relevancia tal que le permite liderar internet ya no solo en
el tiempo que los navegantes usan sino como columna central de los medios
sociales. Ha conseguido que la relevancia de sus recomendaciones termine con el
dominio absoluto de los buscadores, en el futuro la gente se moverá más por
recomendaciones de conocidos que por relevancia. El premio a Zuckerberg es un
reconocimiento al cambio de paradigma definitivo más que a una personalidad que
una buena película ya había retratado. De un mundo dominado por mensajes
mediales pasamos a otro de conversaciones sociales donde las personas publican sus conversaciones sobre los mensajes como sobre los emisores de los mismos.

    Enzo Abbagliati

    enzo-abbagliati

    Eduardo, yo no cuestiono la decisión de la revista, ni tampoco resto mérito a la obra de Facebook, cosas ambas que digo en la entrada. De hecho, estoy de acuerdo con todo lo que planteas.
    A lo que apunto es que Zuckerberg y Assange representan miradas muy distintas sobre el potencial futuro de la red desde la perspectiva de la ciudadanía y mi apuesta es que en el largo plazo, la lógica que está detrás de Wikileaks tendrá un impacto mucho mayor que Facebook en cómo se decide nuestro futuro.
    Pese a la masividad de Facebook, su impacto en el discurso y proceder de la élites dirigentes, es proporcionalmente muy bajo. Wikileaks, por el contrario, tiene a presidentes, cancilleres, embajadores y políticos de distinto nivel negando cosas, y a la prensa hurgando en los secretos. Y el mundo, más allá de las utopías, se cambia cuando las élites son reemplazadas o sus prácticas modificadas.

meriadox

meriadox

Que irónico que Facebook haya comenzado gracias al hackeo de varios sitios web. Quizás si Wikileaks demuestra en el futuro ser un buen negocio las cosas cambien y Assange aparezca en la portada de esta revista.

crstbl

web centrípeta versus web centrífuga
los fines, claros: mientras una idea busca la transparencia, otra el oscurantismo. es cosa de revisar las nuevas políticas de «promociones» http://on.fb.me/ZY1mU
de todas formas, el dato importante no es el apellido del señor, sino la idea que él representa y que, hoy significa mucho, mucho tráfico en internet, desplazando muchas veces a motores de búsqueda como google, por ejemplo.

Hector Garzo Toro

Que el conocimiento es poder, es algo que todos sabemos. lo que no está tan claro en todos pero es igualmente cierto es que no existe el conocimiento «objetivo», todo lo que sabemos está basado en paradigmas y percepciones que nos cruzan transversalmente como sociedad…Los dos personajes mencionados coinciden en que han cambiado la percepción en que se funda el orden social y con ello provocado un cambio cuyas consecuencias aun no visualizamos del todo…
Ambos a mi juicio han entregado un gran aporte, no los veo como antagónicos, más bien como complementarios, como caras visibles de un proceso de cambio profundo que necesariamente tiene que venir, de un proceso que tiene muchas facetas, dos de las cuales son las que ellos han encarnado.