La empresa Cementos Melón extendió una invitación, en abril pasado, a la inauguración de su nueva planta de molienda de cemento, ubicada en el sector Ventanas de Puchuncaví. Sí, no crea que es un error tipográfico: precisamente en el mismo sector de la Región de Valparaíso ya saturado por la contaminación que tanto ha afectado a sus habitantes. La empresa espera producir más de 600.000 toneladas de cemento anuales, todo un hito en su producción histórica.
Esta nueva industria llega en momentos en que las autoridades evalúan el traslado de los vecinos de La Greda y Ventanas. Estamos asistiendo a la anarquía de los grupos de poder, o simplemente al más desconsiderado oportunismo económico sin la menor preocupación por el medio ambiente ni por los habitantes de dicho sector. Hoy, cuando está en tela de juicio cuál es la política energética que debiera seguir el país, asistimos perplejos a que la única política existente es aquella que esgrimen las megas empresas, que consiste en presentar un proyecto, un lugar para su emplazamiento y desarrollarlo.
El sentido común queda a un lado cuando estos mega proyectos no solo se imponen sin mucha resistencia, sino que además, lo hacen en sectores altamente cuestionados por su debilidad ambiental, donde la intoxicación avanza a pasos irreversibles sobre pobladores, flora y fauna, que lentamente o no tan lentamente, como es en este caso, ven deteriorase el nivel optimo de subsistencia.
Estábamos con La Greda al cuello, para decirlo de una manera educada, y cuando esperábamos cierta asertividad de las autoridades, solo recibimos unas paladitas más de greda, o de cemento en este caso, que nos deja con la contaminación a la altura de las pocas neuronas que aún podemos rescatar.
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Foto: Radío Bio Bio
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