#Ciudadanía

Una historia de perros y periodistas ciudadanos

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Hace ya más de dos meses, finalizando agosto, una colega desesperada me informó que la acababan de estafar. Ella, además de periodista, es criadora de perritos, condición que la ha llevado a crear el primer canal web exclusivamente dedicado a las mascotas en Chile.

Según me contó, una distinguida pareja “del barrio alto” se acercó a su domicilio con la pretensión de comprar una finísima pinscher, recién destetada. Lo cierto es que la raza da casi lo mismo cuando escuchas a una amiga hablar de sus crías como “mis nietos”, y cuando ves el cuidado que pone para dejar a estas criaturas con propietarios que sean responsables, cuidadosos y cariñosos. Pero ese día, como me dijo, la pillaron volando bajo. Se realizó la transacción y su “nieta” partió con los nuevos propietarios. Y ahí comenzaron los problemas. Al día siguiente, una vez en el banco, el cheque resultó ser robado a una abuelita, con lo que la distinguida “pareja del barrio alto” dejó de ser tan distinguida y pasó a la categoría de estafadores.

Desde ese minuto comencé a seguir los esfuerzos que puso esta colega en las redes sociales, en los medios especializados de mascotas, con otros colegas, con su gremio de criadores, con el organismo oficial, pero nada… Solo desesperación y “déjanos los antecedentes, por si sabemos algo”. Ustedes ya saben: algo similar a “déjanos tu currículum”. Y así iba su historia, cuando me propuse ayudarla.

Al fin de semana siguiente, en menos de 24 horas, tuvimos todos los antecedentes de los dos estafadores: ruts, edades, direcciones (varias), historial por condenas previas, datos de acciones similares y la forma en que habían conseguido los cheques con que estafaron a mi amiga. De hecho, conseguimos hasta las fotos de los sujetos y se comenzó a dar la alarma a otros criadores.

Poca repercusión tuvieron las advertencias de mi amiga entre sus colegas. Menos en el organismo oficial. De hecho, pese a los avisos, cualquiera que llegase con la mascota y los papeles robados podía hacer la inscripción en el club internacional que registra el pedigree en Chile.

Con toda la información reunida, mi amiga partió a la policía y esperó pacientemente el llamado de la fiscalía. Transcurrido casi un mes de interpuesta la denuncia, la colega llegó al despacho de una fiscal. Aunque parezca un chiste, la profesional de la pesquisa policial la felicitó por la gran cantidad de antecedentes reunidos y le dijo “nosotros deberíamos trabajar con puros periodistas”. ¿Qué percepción tendrá esta fiscal de las policías?

No pasaron mucho días y, tal como lo había advertido mi amiga a la fiscal, desde otro criadero le informaron que los mismos tipos de las fotos que ella había difundido, la misma pareja “del barrio alto” que la policía ni siquiera había interrogado, habían realizado la misma acción. Esta vez, sin embargo, fueron más osados: no conformes con un perro, robaron toda una camada de bulldogs franceses que aún no estaba destetada de su madre y se dieron a la fuga, frente al criador.

Por supuesto, mi colega estaba más triste aún, pero ahora enfurecida por el “actuar” de las instituciones. El otro criador robado, también enfurecido, fue a buscar a la pareja a todas las direcciones que encontraron -todas en la comuna de La Florida-, dando con el paradero de la madre de la estafadora.

Sin duda, no midieron las consecuencias que significa tomar la justicia por las propias manos, pero, ¿por qué la policía no es capaz de hacer eso mismo y con celeridad, con  todas las herramientas que tienen? Al final, la mujer negó haber visto a su retoña estafadora y la acción de los civiles, sin la fuerza de las instituciones, quedó en nada.

Mi amiga volvió sobre la fiscalía, para contarles esta segunda historia. La fiscal se justificó por correo señalando que no podía hacer más, debido a la gran cantidad de causas que ya llevaba y porque, por si fuera poco, estaba reemplazando a un colega que estaba con licencia médica. Cumplido el segundo mes, el caso pasó a dormir en la Policía de Investigaciones.

A los pocos días, los estafadores atacaron otra vez, esta vez sin éxito… gracias a la difusión pro bono que hizo esta ciudadana común y corriente.

Ya estamos terminando octubre y las mascotas no aparecen. En el intertanto, todos los chilenos supimos -por una investigación de periodistas- sobre de un grupo de policías, uniformados y civiles, que se dedicaban a las mejicanas.Esto fue un duro golpe para la imagen de esas instituciones, como decían los titulares. Para la gente común y corriente fue un “ahora sabemos por qué los pacos y los tiras no hacen su pega”. Sin duda, eso es un daño autoinfringido a todas las instituciones que no están funcionando.

¿De qué sirve una alarma en el pasaje -esas que adornan las estadísticas de seguridad nacional-, una vez que ya hemos sido robados?

Soy  un amante de los perros. Tengo dos o, más bien, tenía.

El fin de semana pasado desapareció la mascota de mis hijas. Además de ser su regalona, también era mi compañera constante, tal vez por ser yo el líder de esta manada llamada familia. Pese a tener chip y estar registrada en el organismo oficial, no hay forma de ubicarla. El domingo nos movilizamos rápidamente y entregamos los datos a media decena de policías apostados afuera de un local de votación cercano al lugar en que se perdió. Uno de esos policías fue una de las últimas personas que la vio, después de que le entregáramos el papel con los datos. Pese a verla frente a él, no atinó a llamarnos… lo entendemos.

Juliana tiene la misma edad que mi hija adolescente, pero es una anciana. Pasó la primera noche en el estacionamiento de un jardín infantil y fue vista por última vez buscando cobijo entre los vocales de mesa de un colegio, horas después que dejásemos empapelados los alrededores de ese mismo establecimiento.

Hemos hecho grandes esfuerzos por recuperarla, no porque sea una mascota o tenga eso llamado pedigree, sino porque es parte de nuestra familia. Un papel más o un papel menos no es lo que nos hace amar a nuestros animales. Mis hijas están destruidas y, personalmente, he hecho grandes esfuerzos por que no me vean triste, pero es inevitable.

Quise contar la historia de indolencia que está pasando mi amiga, porque a partir del día sábado es también mi historia.

* PS: Juliana es una poodle blanca, sin el corte de pelo habitual de su raza. Si la ves en el sector de calle Padre Hurtado, en Vitacura, llama al teléfono municipal1403 o entrégala en cualquier veterinaria del sector.

—-

Fuente de fotografía

 

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3 comentarios en “¡Malditos fumadores… paguen sus impuestos!”

01 de junio

Desde otra perspectiva… el arte de fumar y rabiar…

http://www.belelu.com/2011/06/fumar-o-la-libertad/

01 de junio

Chuta… medios números… voy a cortar mis aportes a bomberos, artistas ambulantes y otros… total, el que reclame le diré que aporto más al país que la minería…

Nota al margen… vamos derechos al mercado negro… la mala noticia es que los impuestos se van a gastar en más pacos, más fiscales, más burocracia, etc.

El que inventó el negocio de la salud debería ser santificado… el ser humano se transformó en mercancía que debe cuidarse para que trabaje hasta los 70 años y entregue muchos hijos productivos . Nunca antes en la historia salió más caro morirse (ni hablar de tener un pedazo de suelo donde ser enterrado).

03 de junio

Y en que queda la libertad de las personas, cada cual es muy dueño de hacer lo que quiera respetando a los demas, por diferentes formas estan terminando con el libre albedrio.
Y no es un problema de derecha o isquierda, sino que de politicos que quieren pensar por
nosotros.
No soy fumador, pero da rabia, tener que aceptarlo.

Hay comentarios

01 de junio

Desde otra perspectiva… el arte de fumar y rabiar…

http://www.belelu.com/2011/06/fumar-o-la-libertad/

01 de junio

Chuta… medios números… voy a cortar mis aportes a bomberos, artistas ambulantes y otros… total, el que reclame le diré que aporto más al país que la minería…

Nota al margen… vamos derechos al mercado negro… la mala noticia es que los impuestos se van a gastar en más pacos, más fiscales, más burocracia, etc.

El que inventó el negocio de la salud debería ser santificado… el ser humano se transformó en mercancía que debe cuidarse para que trabaje hasta los 70 años y entregue muchos hijos productivos . Nunca antes en la historia salió más caro morirse (ni hablar de tener un pedazo de suelo donde ser enterrado).

03 de junio

Y en que queda la libertad de las personas, cada cual es muy dueño de hacer lo que quiera respetando a los demas, por diferentes formas estan terminando con el libre albedrio.
Y no es un problema de derecha o isquierda, sino que de politicos que quieren pensar por
nosotros.
No soy fumador, pero da rabia, tener que aceptarlo.