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Rotulados y mercados: por el derecho a saber

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A propósito de la mal llamada “ley del super8”, algunos han sostenido que viola la libertad de los consumidores. A mi juicio, en términos generales, eso no es así. La ley establece acciones de educación para un consumo saludable, establece obligaciones de información para un consumo saludable y prohíbe prácticas comerciales agresivas respecto de los niños y la venta de alimentos no-saludables en establecimientos educacionales. Veamos porqué.

Las empresas saben más sobre los bienes y servicios que ofrecen que los consumidores, es decir, existe una asimetría de información. Precisamente por eso, la ley establece el derecho que tienen los consumidores a una información veraz y oportuna sobre las características relevantes de lo que desean comprar. Por eso, también, se prohíbe la información y la publicidad falsa o que induce a error o engaño al consumidor.

Hoy la información que entregan las etiquetas de los alimentos es demasiada, compleja y no facilita las decisiones de un “ciudadano de a pie”.  Por eso, que el proyecto obligue a informar que productos son “altos en” sal, azúcar, grasas y calorías va en el sentido correcto. Porque no es posible ejercer la libertad sin información sobre las opciones existentes. No es posible que los consumidores ejerzan su derecho soberano a elegir que comprar y que no comprar, si no saben que se les esta ofreciendo. No es posible ejercer el derecho a la libre elección si no se cumple el derecho a la información.

Los niños, particularmente, se encuentran en una situación de vulnerabilidad por su inexperiencia, inmadurez, susceptibilidad de ser engañados o excesivamente influenciados, y su falta de habilidades cognitivas necesarias para evaluar la credibilidad de la publicidad. Por eso, va en el sentido correcto que se prohíba un conjunto de prácticas comerciales agresivas y la venta en los establecimientos educacionales (solo en el caso de los niños) de aquellos alimentos que la autoridad sanitaria considera como no-saludables, ya que atentan contra su salud.

Pero vayamos más allá. Si revisamos otros mercados, veremos que, en muchos casos, la información relevante o no se entrega o se entrega de manera poco clara, es decir, vemos que “del derecho al hecho hay mucho trecho”.

En el mercado del crédito, una información básica que es el precio y no se entrega con claridad. No le dicen “raya para la suma: el crédito cuesta tantos pesos”. Por el contrario: a usted le informan la tasa de interés expresada en porcentaje, la comisión expresada en pesos y los seguros expresados en U.F., y, bueno, usted saque la cuenta …

En el mercado de telecomunicaciones, hoy es imposible comparar tarjetas de prepago o planes de telefonía móvil (que llamadas a números de la misma compañía o no, que depende del día y de la hora, que si es numero frecuente o no, etcétera).

O en el mercado de las farmacias, donde usted no sabe los precios de los remedios, y en los hechos los vendedores deciden por usted.

Y si usted se pone “sofisticado”, y quiere ejercer un consumo responsable, ético, ciudadano y “votar con su compra” ¡olvídese! Si el  Ministro de Salud declaró el etiquetado de alimentos transgénicos como “un tema irrelevante”, ni pensar en saber la huella de carbono o de agua de los productos, o pensar en saber si los productos respetaron durante su fabricación los derechos humanos, los derechos de los trabajadores o las normas medioambientales.

Yo estoy por el derecho a saber. ¿Usted?

* Lee también el contrapunto a esta entrada: Mientras el mundo opta por educar, Chile elige prohibir, por Asociación de Empresas de Alimentos.

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Foto: tobalin Licencia CC

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17 Comentarios

jorge1812

Yo estoy por el derecho a saber, me parece necesario transparentar al máximo la información en todo sentido, no sólo en cuanto a qué compramos, sino cómo se fabrica un producto, con qué elementos, con qué efectos. Por eso estoy de acuerdo con rotular.

No obstante, la prohibición me genera ruido porque la prohibición -y eso la experiencia lo demuestra- nunca ha contribuido al derecho a saber, al contrario genera nebulosas y zonas oscuras que no contribuyen a decidir bien.

Creo, que en vez de prohibir y producir una especie de tabú, como algunos pretenden por ejemplo en cuanto al uso de métodos anticonceptivos, debería enseñarse con la mayor transparencia para que los niños, desde pequeños tengan información y decidan libremente.

    jroa

    Jorge,
    la prohibición es una herramienta excepcional.
    En este caso, porque se trata de niños que se encuentran en una situacion de vulnerabilidad y se trata de productos no-saludables.
    Precisamente por esas razones, por ejemplo, no encuentras juguetes para niños menores de 3 años con piezas pequeñas que se puedan meter en la boca y causarles un accidente.
    La vida y seguridad de las personas, en mi opinión, justifica la utilización de esta herramienta excepcional, para que las personas puedan comprar tranquilas y elegir soberanemente dentro de opciones seguras.
    Saludos, J

marceleau

marceleau

Sr. Roa, apoyo su deseo de ampliar y explicitar de la mejor manera posible la información de los alimentos para que la gente -consumidortes como usted los califica- adopte las mejores decisiones. No obstante, me parece que es un contrasentido enorme que la ley en cuestión tenga como objeto mejorar la capacidad de decisión ciudadana, apoyándose en un prohibicionismo que horada libertades indiviudales fundamentales. Históricamente ya se puede comprobar que la coerción a quemarropa ejercida sobre ciertas conductas en materia de salud son un fracaso (Alcoholismo, por ejemplo).
En esta ocasión los parlamentarios Rossi, Girardi, Nuñez y Castro, galenos todos, están haciendo gala de un verdadero «imperialismo médico» que no calza con el desarrollo de una ciudadanía responsable de sus actos.

    jroa

    El proyecto es mucha mas que prohibicion. No lo juzgue por una sola disposicion. Tiene normas en materia de educacion, información, etc.
    La prohibicion original era solo en establecimientos educacionales para niños. Segun indico Senador Girari un DIputado UDI la habria ampliado a educacion de todos los niveles. Yo comparto la propuesta original (solo niños).
    En todo caso, a mi juicio, corresponde prohibir los productos que atentan contra la vida, seguridad, salud de las personas, y aquellos cuyos efectos los pagan terceros (como la obesidad que presiona al alza los gastos de salud publica que pagamos todos los chilenos). La libertad tiene por limite la libertad de los otros (no causar daño a terceros).
    Slds, J

jorge1812

Estimado José. Creo que la excepcionalidad en este caso se perdió, porque acepto resguardar del consumo excesivo de dulces a niños de 3 años incluso de 7 años ¿Pero a jóvenes de 15?

Me parece exagerado. ¿O la prohibición es sólo en básica?

    jroa

    La disposicion original era niños en establecimientos educacionales. Segun Senador Girardi, diputado UDI amplio a establecimientos educacionales en todos los niveles (aun así es excepcional, solo alimentos no saludables en establecimientos educacionales).
    Yo comparto propuesta original (niños en colegios).
    Slds, j

jorge1812

De hecho, no sé si los «honorables» en su preocupación por el peso, consideran incluir a las nutricionistas como atención médica bonificable, ya que si no me equivocó, éstas no tienen bonificación y son consideradas como atenciones particulares.

    jroa

    De acuerdo. Este proyecto toca una dimensión del problema. Hay otras. Seria interesante conocer perspectiva de un salubrista publico.
    Slds, j

ptorrealba

ptorrealba

Me preocupa que todos los esfuerzos se centren en la prohibición o no de una venta o en la rotulación o no del producto. El debate debería a mi juicio centrarse en dos puntos básicos, la producción y la publicidad. Estos dos factores son muy influyentes en el consumo, ya que por más prohibición que se ponga, siempre se exceden los límites, sino preguntese por todos los adultos que conducen con alcohol en la sangre, o por aquellos que no dan el asiento en la micro; entonces que se le puede pedir a un niño. Por tanto lo que no debería pasar es que se produzcan alimentos que en un consumo diario crearían en el futuro una dependencia o un problema de salud; o que la publicidad no favoreciera indiscriminadamente su consumo. La información de los contenidos del producto es importante saberla, sin duda, pero para leerla se debe tener la educación consciente o incluso subconsciente de hacerlo, y en la sociedad rápida y de mall en que nos estamos desarrollando esto es casi imposible. La prohibición conduce a otras manifestaciones más agresivas para obtener lo que se quiere; la educación por tanto es la herramienta, primero para saber entender una etiqueta, pero su función más trascendental es que aunque exista la posibilidad de comprar un «Super X» se elija conscientemente una Manzana.

¿Qué vamos a hacer en estas próximas Pascuas de resurrección con los huevitos de chocolate?
Una solución es atar al conejito para que no salga a enterrar huevos de chocolate… o sea PROHIBIR que haga lo que esta por años acostumbrado a hacer (disculpen si parece una incoherencia descomunal) o vamos a decirle a los niños que en realidad el conejo no pone huevos (menos de chocolate) y que mas aún el come zanahorías.

    jroa

    Pablo,
    Lamentablemente la discusión pública del proyecto ha caricaturizado su contenido limitandolo principalmente al «Super8».
    El proyecto contempla la regulacion de la publicidad, y en el caso de los niños la regulación de practicas agresivas de comercialización.
    Tambien establece la facultad de la autoridad sanitaria de fijar limites a ciertos productos «altos en» (azúcar, sal, grasas, calorías).
    Slds, J

ptorrealba

ptorrealba

Estimado Jose: sería muy bueno para este debate la difusión de este proyecto en toda su integridad para evitar suposiciones o «caricaturizar» las ideas. Esto es fácil, ponga un link al documento en este tema y se hará la correspondiente difusión.

    jroa

    Pablo,
    gracias por la propuesta.
    Va la info.
    Slds, j

    En http://bit.ly/ff7Z4G debiera bajar archivo directamente. Ver página 14 y ss,
    En http://bit.ly/i1S2Xb abrir informe comision mixta 05.04.11.
    Ver página 14 y ss,

oinotna

Si se posee información de que un producto es nocivo ,no debiera el ISP prohibir su comercialización,se supone que estamos hablando de salud pública.Con esto se evitaría todo este problema ya que todos creen tener razones para bien o mal,propongo que se dicte una norma (basada en conocimiento científico) con las cantidades de sal,azúcar etc. que no deban excederse y el ISP fiscalice y el producto que no cumpla simplemente no se puede comercializar.Es sabido que nunca todos vamos a estar de acuerdo así que esto podría eternizarse para mal de todos.

    jroa

    Antonio,
    El proyecto es más que prohibición.
    Respecto de la prohibicón, hoy el Ministerio de Salud tiene facultades tan amplias que permiten lo que tú indicas. Por ejemplo, en lo relativo al Reglamento Sanitario de Alimentos el procedimiento de trabajo es amplio y recoge en parte lo que indicas.
    Esta ley, al establecer la obligación específica genera un mandato especifico (que no depende de la generosidad de la autoridad al interpretar sus facultades).
    En ese marco la reacción del Ministro es decidora, al indicar que no tiene las capacidades técnicas y humanas para cumplir con esa tarea. Talvez esa sea una (no la unica) expicación de su posición.
    Slds, j

ptorrealba

ptorrealba

Los productos no hacen daño por si solos, lo que hace daño son las dosis de ellos, por ejemplo tomarse una aspirina diaria seguramente no te hará daño; sin embargo, tomarse 20 aspirinas diarias te provocará un problema instantaneamente, por esto no se puede retirar la aspirina de las farmacias o prohibir su consumo. Piense en los cigarros, alcohol, medicinas, etc. y se darán cuenta que cuando se exceden las dosis de consumo cada cosa, surgen los problemas de salud. Lo que se debe debatir es cómo regular el consumo de estos productos o cuáles son alternativas sanas para obtener calorías, carbohidratos, etc. y no retirar, o prohibir.

    jroa

    Como todo, matices.
    Hay productos que no son inocuos (vgr. tóxicos). Esos no deben venderse.
    Hay productos que de acuerdo a un comportamiento (consumo) esperable para un consumidor promedio no son saludables.
    Slds, j

paco-brasilia

Buenas Sr Roa,
No consigo entender porque se le busca siempre el pelo al huevo, la cosa es simples pero para que facilitar si podemos complicar no es cierto?
Cuando se habla de prohibir se esta enviando un mensaje a los padres que no consiguem protejer sus hijos y les permiten que consuman todo tipo de porquerias que la propaganda les hace llegar de todas las formas antieticas posibles, por los comentarios arriba leidos parece que pribir es algo absolutamente ruim, y no se ve el lado positivo, si los padres son incapaces de orientar sus hijos sobre una alimentacion mas sana en el dia a dia de los escolares el estado tiene que cumplir su papel d proteger la salud publica.
Ademas nadie a dicho que se perseguira con el rigor de la ley a quien se coma un chacoate, por favor, los conejos de la semana santa esta tranquilos, ademas porque no se pretende el control sobre lo que la poblacion consume sino observar como se consume y que es lo que saludablemente se consume, osea los chocolatras pueden estar en tranquilidad, continuaran comiendo sose