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Poder Ciudadano Cannabis: Resultados Esperables II

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Estamos prontos a hacer entrega del Escrito Derecho a Petición Cannabis, de la campaña #YoFirmo (www.poderciudadanocannabis.blogspot.com), en la cual más de 16.000 chilenos, ciudadanos responsables, manifestamos a las más altas autoridades vinculados a la Justicia de nuestro país (Tribunal Constitucional, pleno de la Corte Suprema, ministra de Justicia, presidente del Senado, presidente de la Cámara de Diputados, Fiscal Nacional y Defensor Nacional Penal Público) que, en coherencia con las normas internacionales ratificadas por Chile, y la Constitución de la República, asumimos como un derecho el cultivo de nuestra espiritualidad y a la cannabis como una herramienta legítima para estos fines, y solicitamos se corrija la grave vulneración de los derechos fundamentales, que se está produciendo al aplicar la ley 20.000 (ley creada para controlar el narcotráfico) sobre personas que utilizan y/o cultivan esta planta para fines recreativos, creativos, medicinales o de trabajo espiritual explícito.

Entregaremos además una copia del documento a los pre-candidatos y candidatos a la presidencia.

Desde esta iniciativa ciudadana, se visualiza un conjunto de consecuencias provechosas posibles, provenientes de la actualización del potencial consciente de la ciudadanía -que se da en el contexto de una comprensión de ser humano que incluye de manera práctica lo espiritual y el desarrollo de la percepción como estrategia para alcanzar un contacto con la dimensión espiritual de la existencia- que es la base de esta iniciativa.

Estas consecuencias implican el poder abordar con aproximaciones enriquecidas, no solo el tema de la violación de derechos fundamentales de los usuarios responsables de cannabis, sino también algunas de las más dramáticas manifestaciones de insuficiencia presentes en distintos planos y áreas de la convivencia nacional.

Sin pretender sea este un análisis acabado de cada punto a presentar, exponemos a ustedes este segundo capítulo de consideraciones, continuando los compartidos hace unos días.

1. Incluir en la práctica, en el sentido común y en las políticas públicas, una comprensión de la condición humana espiritualizada, implicaría diversos efectos de acuerdo al ámbito:

a) En educación se podría alcanzar una comprensión más esencial de la situación, reconociendo que la insuficiencia diagnosticada por todos, obedece a que una dimensión sutil de lo humano no se encuentra atendida en los procesos formativos, se desconoce la necesidad de instruir sobre planos sutiles de la realidad humana.

b) En salud sería posible recuperar una dimensión del capital humano para el cuidado de la vida, y se recrearía la comprensión de lo que es la vida, la salud y el bienestar, y de cuáles son nuestras genuinas oportunidades, facilitándose con ello la actualización de un protagonismo de la persona enferma en su vida, del que sufre, y en general de quien está vivo y quiere desarrollarse en armonía. Esto es la esencia del curar, del sanar. Recuperar una dimensión sutil de la actividad humana para la conciencia es sanador, facilita una prosperidad en la participación de los seres humanos en las distintas dolencias que va tocando padecer, modificándose la relación con la enfermedad y la existencia física y comprendiendo la naturaleza de nuestro equilibrio material-espiritual, donde radica la salud y la prosperidad.
En este contexto recreado para lo terapéutico, se puede profundizar la comprensión del mecanismo de acción de los enteógenos sobre la salud, y con ello asumir y legitimar el empleo de la cannabis como medicina natural. Con esto se podría liberar a quienes participan de procesos curativos, especialmente a los pacientes que en la actualidad se ven conminados a cuidar su integridad física y psíquica de modo clandestino y en condiciones humillantes, o que lisa y llanamente no tienen acceso a este recurso propio de la medicina chamánica.

c) Sobre la relación con el medio ambiente. En ausencia de la constatación de nuestra ligazón con la naturaleza, de que en esencia efectivamente somos uno con ella y con la vida, resulta imposible levantar conductas respetuosas con la existencia y sintónicas con una ecología ética y madura. Es tal nuestra responsabilidad que el equilibrio del planeta está comprometido de modo significativo por nuestra ignorancia.

d) Sobre la conflictiva relación del Estado de Chile con los pueblos indígenas. La ausencia de espiritualidad en la comprensión utilizada para aproximarse a un conflicto que se perpetúa, compromete el reconocimiento profundo necesario para resolver. La fricción entre dos naturalezas de proyectos culturales reivindicados, es ya impresentable y dolorosa. El asentamiento funcional de la inclusión de derechos y deberes para atender la dimensión espiritual de la existencia, facilitaría la reconciliación efectiva de los intereses en pugna, fundamentalmente a través de una recreación profunda de los verdaderos intereses presentes, aquellos que por nuestra condición natural nos unen, más allá de las diferencias legítimas que nos distinguen y complementan.

Estas consecuencias implican el poder abordar con aproximaciones enriquecidas, no solo el tema de la violación de derechos fundamentales de los usuarios responsables de cannabis, sino también algunas de las más dramáticas manifestaciones de insuficiencia presentes en distintos planos y áreas de la convivencia nacional.

e) Sobre la relación con nuestros hermanos americanos. En la actualidad el énfasis para nuestras identidades, está puesto en lo que nos distingue: el territorio, la raza, la nación, el lenguaje, la materialidad de la existencia. El reconocimiento de la presencia de la dimensión espiritual, el respeto efectivo de los derechos naturales de la condición humana, puede llevarnos a reconocer la presencia de caminos más inteligentes, simples y maduros, que lejos de quitarnos algo íntimo y particular, reafirman nuestra identidad esencial, y nos permite comprender lo trascendente que es interesarnos por todos como estrategia hacia la prosperidad.

f) Enriquecer la comprensión acerca del género y la sexualidad. La ausencia de espiritualidad, como información necesaria de considerar en el estudio de esta materia, compromete la jerarquía del contexto donde se reconocen las distinciones complementarias que la especificidad de los géneros ofrece.

2. Despejar nuestra convivencia del daño que produce la persecución de ciudadanos que emplean enteógenos como la cannabis, para cultivar derechos fundamentales, personas que en la mayoría de los casos terminan considerando esta persecución como lo correcto, y llegan a estar convencidos de encontrarse cometiendo un delito. Por una parte se rechaza y violan derechos naturales espirituales y por otra se encarcela, tortura, maltrata y discrimina desde el imperio de la ignorancia y la falta de consecuencia.

3. Iniciar una recreación para la relación con la riqueza material y el estudio de los desequilibrios manifestados a través de la falta y el exceso de ella en la vida de las personas. Poder impulsar una distribución inteligente de la materia, basada en una constatación más rigurosa y evolucionada de las verdaderas necesidades del ser humano, en su condición espiritual y material, que permite experimentar otros órdenes de riqueza en la existencia.

En síntesis, la relación con la cannabis o santa maría, comprendida en su dimensión de planta maestra, herramienta evolutiva, así como con los enteógenos en general, implica para los ciudadanos el ejercicio de ir más allá del paradigma clásico, alcanzar una altura en la comprensión individual y colectiva más lúcida, madura y evolucionada, para superar el plano de lo-bueno-y-lo-malo, y lograr arribar al plano donde la responsabilidad se recupera para el ser de lo humano, y adquiere relevancia el cómo, la cualidad que el ser le da a su conducta en el contexto de la convivencia en comunidad.

El tema de fondo es la oportunidad para cristalizar atributos en la dinámica colectiva, propios de nuestra dignidad sutil como seres con existencia espiritual y material, como nuestra carta magna asume, en el contexto además, de declaraciones realizadas en tratados internacionales ratificados por Chile.

Se trata de favorecer el advenimiento de un nuevo paradigma, de una Nueva Era.

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3 Comentarios

vasilia

vasilia

«en la cual más de 16.000 chilenos, ciudadanos responsables…»

16.000 chilenos lo creo, (16.133 segun la pagina web al 1 de abril) ¿16.000 ciudadanos responsables? Lo dudo.

¿Qué creen que es un ciudadano responsable? ¿Pueden dar fe (o sea, podrian demostrar expresamente) que esos 16.000 ciudadanos son y seran consumidores responsables? No. Ellos no lo han probado, uds no lo saben y no hay nada en su pagina ni en la lista de firmantes que lo acredite.

Pretenden presentar el petitorio ante el Tribunal Constitucional, pleno de la Corte Suprema, ministra de Justicia, presidente del Senado, presidente de la Cámara de Diputados, Fiscal Nacional y Defensor Nacional Penal Público, pero sólo pueden ofrecer la lista de nombres de los adherentes, sus datos, pero no pueden decir que sean «ciudadanos responsables».

Me parece una expresion muy poco acertada y que buca que se ignore que si bien algunos consumidores de marihuana lo hacen de manera responsable y que son ciudadanos responsables, estan los otros que son unos imbeciles con o sin marihuana en el cuerpo. ¿Que pasa con esos? ¿Que hacemos con esos? ¿O es que esos drogadictos desequilibrados afectan a su causa pro-legalizacion y los quieren tirar bajo la alfombra?

illest

No creo que ninguna persona irresponsable alla ido a firmar ya que los irresponsables y gente mal enfocada en el ambito de la marihuana,no se atreverian a firmar por miedo a que los denuncien o los pillen en su irresponsabilidad y malos pasos !!
con la legalizacion eso queremos eliminar a los irresponsables y traficantes !!

    vasilia

    vasilia

    No es cierto, con la legalizacion lo unico que quieren muchos es consumir marihuana donde les de la santa gana a cualquier hora, sin importarle un comino el resto de las personas.

    Porque si a los drogadictos les importara los traficantes, hace mucho que habrian entendido que si no compraran droga no habria trafico. El trafico de drogas es un negocio que necesita que alguien compre. Si no hay alguien que compre, no hay negocio.

    Y si fueran responsables, no se drogarian comprando a traficantes. Pero es lo que hacen.

    Esto es lo mismo que la gente que bebe. Hay gente que se toma un trago a la semana, y estan los imbeciles que manejan borrachos. Es lo mismo que los que fuman: estan los que fuman en privado, a solas, y estan las chimeneas humanas que no paran ni siquiera en los hospitales.

    La razon para legalizar no es eliminar a irresponsables y traficantes, esa es una mentira. Si hay que legalizar, es porque hay gente que se droga y el daño que provocan con su vicio esta descontrolado porque lo hacen fuera de la ley. Por eso hay que legalizar, poniendo muy claro los limites, las sanciones para quienes cometen delitos bajo efectos de drogas (que jamas puede ser un eximiente, porque si se drogo fue por voluntad propia), y poniendo condiciones (no se puede consumir drogas en x lugares, no pueden consumir drogas x personas, no pueden realizarse actividades o ciertos trabajos si se es consumidor de drogas porque se pone en riesgo a la poblacion) porque esta claro que una de las cosas que se pierden cuando alguien se droga es el respeto hacia los demas. Pero seguiran habiendo irresponsables, seguiran habiendo trafico, y creer lo contrario es ser iluso o mentiroso.