La Red de Alcaldes pro Participación que integro, tomó el compromiso público de profundizar y perfeccionar los mecanismos de toma de decisiones, incorporando mecanismos efectivos de participación de la ciudadanía. Vamos a ir más allá del mero cumplimiento de la ley, vamos a ir más allá de la formalidad, vamos a ir hasta donde nuestra imaginación, compromiso y ganas de participar nos lleven. Lo que no puede pasar es que tengamos a miles de vecinos defraudados por actos poco nítidos y claros de partidos políticos respecto de la democracia y el respeto a las decisiones de la gente.
Son miles los peñalolinos que debieron sentirse muy defraudados cuando supieron de la renuncia de una de las concejalas al Concejo Municipal de Peñalolén. La historia ya es conocida y en su momento salimos a denunciar cómo la UDI utilizó personas, recurrió a “rostros” televisivos, para torcer el verdadero espíritu de la democracia, que es que haya gente dispuesta de corazón a trabajar por el bien común, por el desarrollo local, por las esperanzas de las personas.
Con el servicio público no se juega y más allá de apuntar con el dedo a tal o cual personaje -en este caso obviamente estamos hablando de Carla Ochoa, a quién no quiero asignar ninguna culpa más allá de la que le compete-, vemos en esto una práctica instaurada y generalizada de la UDI. Recurrir a figuras televisivas o a cualquier otro artilugio para acaparar votos y luego burlar el sistema para ajustar las elecciones a sus necesidades políticas, es una práctica que atenta contra la democracia, que la corroe, la mina, la hace cada vez menos creíble.
La participación es un antídoto más que eficiente y, creo, absolutamente necesario. Del lado de la oposición y particularmente desde mi partido, la DC, podemos decir con orgullo y de cara a la gente que este tipo de engaños y triquiñuelas están desterradas de nuestro actuar político. Hace poco elegimos nuestro candidato presidencial en una primaria en donde 60 mil chilenos dijeron con su voto que la política importa, que la política vale la pena, que la política no la hacen sólo los políticos, sino que la ciudadanía en su conjunto.
La participación es garantía de que hay un proyecto político que debe ser defendido, impulsado y llevado a los foros para el debate; la participación es la garantía de que la gente no quiere que le designen a dedo quiénes deben ser los candidatos o candidatas que competirán por un cupo en el Parlamento o para la Presidencia. Menos aun cuando el sistema binominal, defendido con uñas y dientes por la derecha, simplemente no da ninguna garantía de representatividad.
Peñalolén rechaza este tipo de acuerdos cupulares y estos movimientos en zonas grises. Creo que Chile entero también repudiará este tipo de actitudes, pues son una clara demostración del desprecio que siente una parte de la derecha por la soberanía popular, por la de cisión de la gente y por el sistema democrático. Siempre he defendido la idea de que la democracia comunal es completa cuando hay una participación ciudadana continua y cuando ésta no se limita a la votación cada cuatro años. Cuando tenemos decisiones vinculantes en mecanismos conocidos y permanentes de consulta, se produce una sinergia política que es imposible pasar por alto o soslayar.
La Red de Alcaldes pro Participación que integro, tomó el compromiso público de profundizar y perfeccionar los mecanismos de toma de decisiones, incorporando mecanismos efectivos de participación de la ciudadanía. Vamos a ir más allá del mero cumplimiento de la ley, vamos a ir más allá de la formalidad, vamos a ir hasta donde nuestra imaginación, compromiso y ganas de participar nos lleven. Lo que no puede pasar es que tengamos a miles de vecinos defraudados por actos poco nítidos y claros de partidos políticos respecto de la democracia y el respeto a las decisiones de la gente.
Aspiramos a gobiernos locales y a representantes locales cien por ciento comprometidos con las tareas que asumen; respetuosos de la decisión soberana de la comunidad, inmunes a las tentaciones de la ingeniería política como la que demostró la UDI y, por sobre todo, autoridades y municipios dispuestos a recoger e incorporar las inquietudes y anhelos de la gente que se verá beneficiada o afectada directamente por las políticas locales que estamos debatiendo.
Soy una convencida de que la cercanía de las municipalidades es un atributo privilegiado para que la participación ciudadana enriquezca nuestra democracia; esto nos permitirá ser capaces de articular procesos de información, deliberación e intervención de los ciudadanos en la toma de decisiones municipales. Esa es la buena política, la que es sincera desde un inicio y hasta el final, la que no esconde segundas intenciones, la que se basa en proyectos conocidos, debatidos y sincerados con la gente, cara a cara y sin sorpresas.
La participación es una herramienta que nos servirá para volver a la esencia de la democracia, participativa y no meramente representativa. La participación es nuestro escudo para impedir que se defraude al sistema. Si queremos salvar la democracia, hay que participar y abrir todos los canales para que haya más y más participación.
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