La efervescencia social actual en nuestro país ha puesto en tela de juicio la capacidad de representación que poseen los clásicos instrumentos e instituciones que fueron formados para ello.
Tanto los partidos como los representantes políticos, han sido superados por la necesidad de manifestación, que no solamente refleja un descontento con el sistema político, sino más bien con el sistema en su conjunto. Son los bancos, las empresas, los servicios, los liceos y escuelas, y todo lo que implique atropellos de los cuales el ciudadano común y corriente siente que es víctima.
¿Pero por qué ahora y de esta forma? Las TIC’s y las nuevas formas de comunicabilidad (no confundir con comunicación) han proporcionado esta plataforma desde la cual se levantan las demandas e insatisfacciones propias de una sociedad de consumo que, de a poco, se está consumiendo. La necesidad de visibilización de estas demandas, que otrora no representaron los grandes temas que movían al mundo, ha sido la causante de la forma de este estallido. Los “pequeños” temas también afectan la calidad de vida, calidad de vida que se ve reservada solo para algunos, y a la cual muchos aspiran.
El sentimiento de injusticia que ronda en sociedades en desarrollo con una fuerte desigualdad, marginación y desintegración social, ha encontrado eco en el saber que “al otro” le pasa algo similar, que no solo afecta a unos pocos. Esto ha sido la clave del éxito de las redes sociales, en donde los colores políticos pasan a un segundo plano y priman las reivindicaciones sociales que afectan a las mayorías.
Se trata de una integración a través de la masificación de las opiniones y discusiones que importan al Chile actual. La transparencia y el acceso a la información, y todo lo que esto supone, hace verse a los diversos grupos sociales como “iguales”, provocando con esto un sentido de pertenencia nunca antes visto.
Por lo mismo no es de extrañar la consolidación de movimientos ciudadanos, de organizaciones sociales afines, de corporaciones que, a través de sus peticiones, están diciendo: aquí estamos, importamos y nos importa lo que pase.
El delegar la toma de decisiones en estructuras burocráticas creadas en otros contextos sociales y políticos y que, al parecer y sentir popular, han dejado de dar cuenta de las nuevas formas de relación social, es parte de la explicación a este fenómeno. Ya no se están logrando resolver los “grandes” temas por parte de estas estructuras.
El parlamento, los partidos políticos y los representantes políticos deberán encontrar o crear una nueva forma de relacionarse con esta sociedad informada, con opinión y propuesta, para poder, así, dar cuenta de la realidad de manera dinámica, eficaz y real. Deberán encontrar rápido esta fórmula para, en definitiva, justificar su existencia.
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Foto: kellerabteil / Licencia CC
Comentarios
07 de noviembre
camaraciudadana.cl
¿Para qué más palabras?…
gfdgdf
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