A casi dos años del 27-F, y cerca de las fiestas de fin de año, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en la voz del Ministro Pérez, acaba de anunciar que la promesa de reconstrucción para muchas de las aldeas continuará siendo eso: sólo una promesa. Pese a que el compromiso presidencial fue reconstruir las viviendas antes del fin de su mandato, hoy se confirma algo que muchos de los actores involucrados en este proceso ya habíamos anunciado: la mayoría de los damnificados vivirá un tercer invierno en campamentos. Mientras que desde el Gobierno se reconoce que “no se dimensionó la intensidad de la catástrofe”, al mismo tiempo se señala que no se ha “sobreprometido” nada, ya que la mayoría de los subsidios se han entregado.
Para quienes viven en campamentos o “aldeas”, la entrega de una certificación para una futura casa, significa nada más que estar destinados a vivir otro invierno en las peores condiciones: 11 o 15 metros cuadrados para compartir en familia, baños comunes, lavaderos comunes, callejuelas que se convertirán en barriales, enfermedades, etc. En términos prácticos, para quienes aún no tienen solución concreta, la idea del subsidio cada vez pierde más credibilidad, según lo hemos podido confirmar en distintos terrenos en diversas localidades. En las localidades más afectadas abunda el pesimismo y el descontento. Bajo estas condiciones, ¿puede ser de otra manera?
En un proceso que se proclama como participativo, ¿cómo puede ser que no se haya dimensionado el tiempo y recursos que se debían movilizar para entregar soluciones a los afectados? Ya en agosto de 2010, el Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile observaba de forma crítica la inexistencia de una perspectiva integradora de sistemas sociales y territoriales en el plan de reconstrucción presentado por el gobierno. Ciertamente, durante los casi dos años transcurridos, la dirección gubernamental ha ubicado la reposición de la vivienda en el principio y fin de todo plan de reconstrucción, olvidando otras problemáticas que afectan a los localidades que se caracterizan por su diversidad y complejidad.
En marzo de 2011, el Observatorio de la Reconstrucción de la Universidad de Chile, organizó el encuentro Reconstrucción (es) Sociedad Civil, y muchas de las críticas sobre centralización de las decisiones, sobrevaloración de alianzas-público privadas (qué mejor ejemplo que en estos días se anunciara mayor participación de constructoras privadas para acelerar el proceso), falta de espacios de discusión y resolución democráticos para el proceso de reconstrucción, se volvieron a repetir.
Para las organizaciones de la sociedad civil que hemos trabajado desde el comienzo en este proceso, este anuncio viene a confirmar que esta reconstrucción carece de participación real, pues no se está escuchando a aquellos actores para quienes este tipo de anuncios sólo tienen de concreto que el sufrimiento que comenzó un 27-F todavía está muy lejos de terminar.
*Entrada escrita por el equipo del Observatorio de la Reconstrucción Universidad de Chile
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