Hemos leído y visto por diversos medios, distintos tipos de información acerca del proceso constituyente, el cual inicia en base al proceso de movilización social y el llamado “estallido social”, y que desde la política institucional dio cabida al “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución” firmado el día 15 de noviembre del año 2020, siendo sometido a votación ciudadana el día 25 de octubre del mismo año, donde se decidió aprobar con una gran mayoría la redacción de una nueva Constitución escrita en una convención integrada completamente por personas elegidas para realizar este acto republicano. Posteriormente, los días 15 y 16 de mayo del año 2021 se eligieron los 155 convencionales constituyentes, quienes se integraron en la primera sesión el día 4 de julio del mismo año. Luego de un trabajo con una metodología propia de participación ciudadana, construcción, audiencias, mesas de trabajo, plenarios y aprobación del texto borrador del proceso de escritura, después de exactamente 12 meses, el día 4 de julio del año 2022 se realizó la entrega de la Propuesta de la Constitución de la República de Chile al Presidente de la República, haciendo el llamado al plebiscito de aprobación para dar termino al proceso Constituyente el día 4 de septiembre del año 2022.
Frente a este proceso Constituyente de características inéditas en la historia de Chile, se ha visto un incremento de participación política e información ciudadana, la cual ha sido influenciada en una mayor proporción por Fake News. Con respecto al texto, se han determinado diversas interpretaciones y en algunos casos (aunque no pocos) entregando información poco fidedigna del contenido del proceso y por sobre del texto borrador de la Constitución.
Este proceso nos debe llamar la atención para generar una consciencia ciudadana, y con ello una formación ciudadana y no solamente cívica del proceso político. En este sentido, vincular el proceso de la constitución con una ciudadanía activa en la valoración, respeto y promoción de los Derechos Humanos, considerando también el acceso al conocimiento de la información, en la participación y la toma de decisiones de manera transparente.
Estamos ad-portas de comenzar a cerrar un ciclo de escritura y validación de la carta constitucional, donde dicho texto se someterá a plebiscito de salida con características de voto obligatorio de ciudadanas y ciudadanos mayores de 18 años, convirtiéndose en el marco normativo político, administrativo y garante de derechos sociales y libertades ciudadanas para Chile. De igual manera, con el desafío vigente del cambio y transformación en la gobernanza y la construcción de políticas públicas, donde la ciudadanía, sin olvidar el protagonismo de niños, niñas y jóvenes, han indicado con distintas demostraciones ser parte del proceso de construcción social, evidenciando que no solo se quiere participar de una democracia a través del voto, sino que en la elaboración, discusión y reflexión de las medidas y acciones que son parte de su vida y desarrollo.
Es el cierre de un proceso de escritura constitucional, pero es la apertura a la actualización, construcción y reconstrucción de leyes, la cual se desarrollará de manera definida por la misma Constitución. Uno de los mayores problemas, en el debate actual, es anticipar leyes o posibles legislaciones en base a esta carta fundamental. Interpretaciones de qué es lo que vendrá o podría venir, tendiendo muchas veces a generar que la Constitución en sí misma es un cuerpo operativo legal y no una visión normativa general del país
El documento es un texto de libre acceso y descarga, disponible en distintos formatos y que se hace más necesario que nunca llegar a esa fuente directa y desde ahí construir opinión.
El llamado es claro, a definir las opciones que se concretan en una urna a través de un voto secreto, pero con la mayor información y formación de este proceso. Es fácil recurrir solo a los titulares que se señalan o caer en la tentación del comentario de la interpretación de la interpretación. Por eso, se debe leer la información buscando en la fuente directa del cuerpo normativo de la Propuesta de la Constitución de la República de Chile 2022. Un texto de 178 páginas estructurado en 11 capítulos, 388 artículos y disposiciones transitorias con sus 57 indicaciones, la cual nos presenta la visión para la (re) construcción de Chile. Se podrá realizar una comparación de la actual Constitución (y sus modificaciones) con la propuesta, pero el poder está en base a esa información, decidiendo para tener una opinión fundada y fundamentada como un ciudadano y ciudadana activa, con el poder de definir el futuro de Chile en la participación de la Constitución que nos regirá.
El documento es un texto de libre acceso y descarga, disponible en distintos formatos y que se hace más necesario que nunca llegar a esa fuente directa y desde ahí construir opinión, a través de la información para generar poder ciudadano activo y participativo.
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