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No al aborto o the convenience sex

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debatir sobre el aborto es una discusión doctrinaria sobre el sentido de la vida y discutir sobre el sentido de la vida, no es un asunto añejo y tradicional; sino que es vigente en todo momento. Sin tener una concepción del sentido de la vida, las dictaduras hubiesen ejercido ad eternum sus genocidios a vista y paciencia de todos nosotros.

Escribo este artículo para expresar públicamente mi oposición a la legalización del aborto. Pero antes de exponer mis particulares razones, no puedo dejar de hacer algunos alcances de orden general.

Los grupos que están a favor del aborto, cuando tratan de presionar para que se legisle al respecto, señalan que este es un tema que se debe debatir. Al manifestar esto, dan a entender que la sociedad chilena o que una parte de ella es refractaria al debate, y por tanto no se puede avanzar en esta materia. Yo comparto con ellos que es un asunto que se debe discutir, porque obviamente no es un asunto baladí, porque involucra un debate sobre la ética ciudadana o cívica; y este es un asunto público, porque los asuntos de carácter ético social, nos involucran a todos. La moral y ética pública no es un asunto de género, a como los patrocinadores del aborto tratan de establecer y dejarnos fuera del debate y ejercernos una suerte de arrinconamiento. Lo que me sorprende es que a pesar de que exigen debate, cuando uno les plantea la discrepancia, en las redes sociales, en lugar de defender robustamente su posición y respetar la de los que discrepamos, ejercen una intimidación apabullante ejerciendo el sarcasmo, la ridiculización, la condena y el insulto; todo esto adosado de una retahíla de epítetos de conservador, añejo y facho.

Por otra parte, debatir sobre el aborto es una discusión doctrinaria sobre el sentido de la vida y discutir sobre el sentido de la vida, no es un asunto añejo y tradicional; sino que es vigente en todo momento. Sin tener una concepción del sentido de la vida, las dictaduras hubiesen ejercido ad eternum sus genocidios a vista y paciencia de todos nosotros. Ahora voy esgrimir mis particulares razones para oponerme a la legalización del aborto.

Bueno, mis razones vienen desde una vertiente muy simple, de cómo yo concibo el sentido de la vida y el acto de la procreación. El acto de la procreación y reproducción humana, requiere la participación e involucramiento emocional de dos personas: una mujer y un hombre. La vida humana no se concibe sin la fusión entre un espermio y un óvulo; y la vida emerge en el instante de esa concepción.

La discusión entre los que nos oponemos al aborto y de los que están a favor, se centra en dos 3 puntos principales: i) ¿en qué momento comienza la vida?, ii) que el útero es de la mujer, y por tanto tiene derecho a decidir sobre el destino de un óvulo fertilizado iii) que es una decisión íntima, y que en el marco de las libertades individuales todo individuo tiene derecho a decidir sobre su cuerpo.

Primero abordaré los puntos (ii) y (iii) y dejaré para el último el punto (i), que me parece el más importante respecto de los otros.

El punto (ii) es un argumento muy débil, porque no estamos discutiendo sobre la propiedad del útero, sino que estamos discutiendo sobre un acto humano, y decidir unilateralmente sobre el destino de un ser vivo que se encuentra en estado embrionario, pero que ya se asomó a la vida, aunque sea un útero su primera morada, lisa y llanamente es un chantaje. Reclamar el derecho de “propiedad privada” del útero, es tan semejante o equivalente al derecho de pertenencia que ejercen algunos padres (y en algunos casos, mujeres) para maltratar a sus hijos, cometer parricidio e imponerles una religión, ideas políticas, una carrera profesional y hasta el modo de vestirse; aunque el sentido de pertenencia igual está inmerso por la ligazón consanguínea de haberlos engendrado, reconocerlos ante la ley y darles nombre y apellido. Sin este sentido de pertenencia antropológico o biológico, no ejerceríamos el derecho y deber de darles protección e insuflarlos de un sentido de la vida; y por mucho que a nuestros hijos les demos el derecho a ser, sin duda gran parte de lo que son está marcado por el sello familiar, por los valores compartidos y porque en gran parte del crecimiento de los infantes antes de emanciparse del cordón umbilical familiar, tienen a sus padres como los patrones de comportamiento y configuración de arquetipo más influyentes casi por osmosis de convivencia.

Recuerdo que hace unas semanas atrás una mujer grabó y denunció a un padre que llevaba a su hijo de 4 ó 5 años, detrás de una pick-up. El infante iba haciendo jugarretas y arrimado al borde lateral de la pick-up. Fue un hecho noticioso. El padre acusó el recibo de su irresponsabilidad y pidió excusas y prometió no volver a hacerlo. Nadie condenó a la mujer por meterse donde no debía por ser una decisión privada que corresponde al ámbito de las decisiones familiares. Yo tampoco la condeno, me pareció pertinente y necesario. Pero, ¿por qué esta mujer se sintió con derecho a entrometerse en una decisión de un padre de llevar a su hijo en la parte trasero de una pick-up? Pues el sentido de la vida y de cautelar por ese niño, que por una estupidez humana podía acabar accidental y fatalmente con su vida. Sin duda el sentido de protección y de apoyarnos socialmente la empoderó para permitirse tal intromisión. Pues bien, entonces pregunto ¿y qué nos impide entonces, por mucho que una mujer sea dueña de su útero, a intervenir sobre la dilución unilateral de un ser ya gestado en forma de óvulo fecundado? Por estas razones es que el argumento de la “propiedad del útero”, me parece un chantaje y un argumento semánticamente débil.

Voy al tercer punto. Este punto es muy familiar y parecido al punto (ii), pero se alza o fundamenta sobre las libertades humanas y que por tanto es una decisión íntima, donde nadie debe entrometerse. Pues bien, este argumento nos lleva a una discusión más amplia que no desarrollaré acá, sobre cómo concebimos la libertad, algo tan preciado por casi todo el mundo Occidental. Por mucho que el acto sexual sea personal, íntimo y que se acometa como resumen de una historia de amor y compromiso o como de un deseo de una noche de diversión, experimentación y juerga, un óvulo fecundado ya es un ser vivo y sobre ese ser vivo nadie tiene la facultad de acabar con su vida. Y si bien no nos incumbe expresarnos sobre las piruetas sexuales que dieron vida a un nuevo ser, sí nos incumbe juzgar socialmente un acto humano: la acción de interrumpir una vida que ya está, aunque esté cobijada en el interior de un útero.
Ahora voy al punto (i), que me parece el más relevante, porque es en él donde surgen las diferentes concepciones sobre la vida y que es lo que nos separa.

¿Cuándo hay vida humana? Esta es la pregunta relevante y sobre ella es que tenemos dos posiciones antagónicas. Para los pro aborto, la vida humana existe al momento de que el feto muta en ser humano y sale del vientre materno y da sus primeros lloriqueos, como diciendo: “acá estoy, esto soy, llegué al mundo”. También hay una posición de que se puede abortar cuando aún no está de verdad fertilizado el óvulo y por tanto no se está aniquilando a un ser vivo. Me parece interesante esta posición, por la sutileza que encierra. Si por un lado el óvulo  todavía no está fecundado, es decir, no hay vida humana, entonces, no se entendería el abortar, puesto que al no estar fecundado el óvulo, nada hay que abortar. Ese óvulo a los días se irá solo por el torrente sanguíneo de la menstruación. Si por otra parte entonces, argumentan que un óvulo recién fecundado no es un ser vivo, acá emergen dos aspectos: i) al no dotar de características de ser viviente o humano a un óvulo fecundado, están tratando de soslayar la culposidad de exterminar a un ser vivo y eliminar de este modo todo escrúpulo por tal acción y, ii) de frentón están diciendo que un óvulo fecundado o feto, es un ser sin historicidad, sin identidad, sin autonomía e independencia y que al no tener historicidad, ni emocionalidad, no tiene aún la categoría de ser humano, y por tanto, no se está abortando ninguna vida humana y no se acomete ningún acto inhumano, insensible y condenable ética y moralmente. Este último argumento, no señalado explícitamente en los escasos debates sociales, está totalmente sumergido en sus premisas a favor del aborto y merece una digresión aparte.

Pues bien, si la vida emerge cuando el bebé tiene rostro y forma humana y está fuera del útero, se está afirmando que el momento 0 o la historia de ese ser humano, comienza en ese instante, al momento de ser parido, y por tanto, dentro del útero es cualquier cosa sin historia. Un lector atento y cauto, se dará cuenta no sólo de lo débil de este argumento, sino de lo absurdo. Veamos. La mayoría de los hijos que están entre nosotros, son parte de una historia que comienza mucho antes de ser engendrados. Los hijos fecundados y nacidos, son el resumen de otra historicidad: la de dos padres que se vincularon por el amor y decidieron armar un proyecto de vida, cuyo eje central son los hijos por nacer. La entrega de una mujer al acto sexual como parte del resumen de una historia que engarza dos biografías, es el resumen de una historia para marcar un antes y un después con el nacimiento del primer hijo, acaso el único en muchos casos. Y es aquí donde está mi discrepancia con los abortistas. Para mí la vida de un ser humano ya se comienza a gestar con la vinculación sentimental de un hombre y una mujer y que la primera manifestación de esa vida es cuando una pareja sueña y desea tener o “encargar” un hijo; y esta se manifiesta cuando el espermio logra romper de manera triunfal las paredes del óvulo; en ese instante estalla la vida y nadie ya tiene derecho a terminar con esa vida.

Ahora bien, si un óvulo fecundado no es consecuencia de una historia de amor, sino de una historieta sexual desprovista de compromiso sentimental, y por tanto, como es un embarazo no deseado, se tiene derecho a interrumpir una vida engendrada, lo que se nos está diciendo es que cuando esa fertilización no es producto del amor o de un deseo de formar una familia, lo más práctico es acabar con su vida. No es otra cosa la que se nos está diciendo, literalmente es eso. Interesante punto éste. Se nos está diciendo que un óvulo fecundado con amor vale más que aquél sin amor, y que producto de una accidente de rotura de preservativo, olvido de la pastilla anticonceptiva o porque el destino hizo una mala jugada a los dispositivos anticonceptivos se puede diluir la vida de un ser gestado. Es decir, la facultad moral para abortar, es la categoría del óvulo fecundado, o sea, hay óvulos fertilizados de primera categoría y de segunda categoría.

A mí, entre muchas cosas que me llaman la atención, y que aquí he desarrollado, es que esta visión de abortar a rajatablas, viene de corrientes que se auto denominan de “progresistas” y que tienen un claro perfil de izquierda y que generalmente son “antisistemas”, queriendo decir con esto que están en contra del sistema capitalista por considerar que éste es el causante de todas la lacras modernas, como el abuso, la corrupción, la explotación, la desigualdad y que mantienen estancadas a las sociedades por medio de los grupos de poder ligados a la iglesia católica no dejando avanzar a la sociedad hacia un Estado moderno, donde se acepte la diversidad sexual, se legalice el aborto sin discusión, se legalice la donación de órganos (cosa aberrante que ya en Chile logró determinar sobre nuestras vidas y cuerpos de que somos donantes por defecto) y se legalice la marihuana. Todas estas corrientes están relacionadas y son casi una sola en el mundo occidental. Lo sorprendente, que criticando y tratando de “cambiar el sistema”, porque les parece inadecuado que sea el mercado el que decida sobre muchas cosas, aspecto con el que estoy de acuerdo sobre todo en materia del deterioro del valor estético del arte en todas sus expresiones mediante la valoración mercantil de muchos fetiches de la música rock principalmente y otros fetiches literarios y artistas plásticos que justifican su mediocre calidad apoyándose en el éxito de ventas y en alguna que otra mención en alguna revista americana, a quienes consideran precisamente el causante de todos nuestros males.

No obstante la tirria que le tienen al mercado estos grupos pro aborto, tienen una concepción utilitaria, mercantilista de éste, y amparados en una vida entregada al hedonismo y placeres mundanos (por lo demás muy propias de un capitalismo muy desarrollado), sinónimos de la felicidad y libertad humana, promueven el convenience sex. Si el sexo casual, el touch and go me conviene, no aborto; si no me conviene, aborto. Este es el axioma, asumido con la frialdad más absoluta e indolente.

En este punto quisiera aclarar que no tengo nada contra el sexo por el sexo. También el sexo por el sexo, motivado por el goce y no con la intención de procrear, cabe en la vida moderna como manifestación del placer y la felicidad sexual y humana. Muchos de los coitos con nuestras esposas y entre muchas parejas, el sexo cumple una relación balsámica, de juegos, fantasías y se ejecuta casi animalmente por el deseo de pasar un buen momento y disfrutar el elixir del sexo. Mi posición no es fundamentalista ni concibo el sexo como mera acción reproductora. Lo que digo es otra cosa: que cuando se asume tener una relación sexual, con amor o sin amor, con compromiso o por divertimento, se asuman las consecuencias de esa opción y no que se elija el camino más fácil y cómodo del “convenience sex” y abortar sin mayor dilación y con toda frialdad.

Lo sorprendente es eso, la actitud de juzgar el destino de un óvulo fecundado por el valor de utilidad que éste pueda tener en nuestras vidas personales. Si aquél -el feto-, es la piedra de tope para continuar los estudios, para seguir gozando la vida sibarita, para viajar por el mundo y aventurar, para seguir disfrutando de las amenidades que ofrece el capitalismo, pues la decisión más óptima y tecnócrata es abortar.

Soy de formación científica. Soy licenciado en matemáticas puras. Cuando aprendí física o mecánica clásica, me sorprendí de la maravilla de cómo se manifiesta el universo, la naturaleza y cómo ésta nos habla en un lenguaje que es las matemáticas. Así como el simbolismo de los poetas franceses, soportado por la filosofía de Swedengborg, que decía que había una correspondencia entre las categorías celestiales y las terrenales y dio origen a esta corriente poética de las que Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé y Verlaine, son sus máximos exponentes; la física teórica establece una correspondencia entre un lenguaje y la naturaleza en todas sus manifestaciones. Lo maravillosamente sorprendente es que cuando uno lee la naturaleza a través del lenguaje científico pareciera que ella emerge, nace al momento de establecerse esa relación o vinculación entre lenguaje y fenómeno. Cuando se deslizan las ecuaciones sobre el movimiento o sobre la electrodinámica, pareciera que el mundo estallara al momento que la tiza comienza a configurar y describir ese mundo en la pizarra hasta sentir que el mundo son precisamente esas ecuaciones. Pareciera que esto que afirmo es algo exagerado o motivado por mi pasión por las teorías científicas. Lo primero no es cierto. Lo segundo sí. Pero ¿quién realmente es o no es al momento de hablar? ¿Quién de nosotros no se conmueve, apasiona cuando un ser humana se expresa de manera bella y  nos describe y nos configura un mundo armónico, bello sólo con el arte de la retórica?

Uno de los misterios de la vida y de las ciencias físicas es explicarse el momento de la creación del universo, eso que denominan el Big-Bang, para señalar el momento en que comienza la gran vida. A pesar del extenso avance de la física experimental y la teórica, la teoría del Big-Bang sigue siendo un maravilloso misterio, pero nadie duda de ese momento inicial donde la vida comienza. La fecundación de un óvulo tiene esa misma dinámica, aunque está fundada científicamente, pero sigue teniendo ese misterio de que en un momento, como el big-bang, estalla la vida.

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18 de mayo

A pesar de ser de formación científica no entró a discutir papers sobre, por ejemplo, el origen del sistema nervioso en el ser humano, porque si vamos a hablar de aborto entonces sería conveniente hacerlo en base a fundamentos un poquito más elaborados que los dogmas.
Pero como no lo hace, imagino que ud. no le da a la ciencia ningún valor descriptivo que nos pueda guiar en el debate normativo. Dado que yo comparto esa postura básica, (la ciencia solo nos entrega hechos y no normas morales, menos leyes civiles) entonces entremos a mirar lo que ud. dice.

Punto por punto de lo que me pareció relevante:

–«Reclamar el derecho de “propiedad privada” del útero, es tan semejante o equivalente al derecho de pertenencia que ejercen algunos padres (y en algunos casos, mujeres) para maltratar a sus hijos, cometer parricidio e imponerles una religión, ideas políticas, una carrera profesional y hasta el modo de vestirse»
Sobre refutación punto (ii): Totalmente de acuerdo. Agrego que invocar a la propiedad privada como argumento me parece una caída al capitalismo que se critica usualmente.

–«Por mucho que el acto sexual sea personal, íntimo y que se acometa como resumen de una historia de amor y compromiso o como de un deseo de una noche de diversión, experimentación y juerga, un óvulo fecundado ya es un ser vivo y sobre ese ser vivo nadie tiene la facultad de acabar con su vida»
El punto (ii) parece ud. enredarse en su propia retórica. A mí un simple óvulo fecundado no me parece un ser vivo. No se reproduce, no está inserto en un nicho ecológico, sus funciones no lo hace autónomo, en fin. Hay decenas de condiciones que no satisfacen los óvulos fecundados para hacerlos seres vivos. En este punto si ud. quiere ser serio (cosa que, por la extensión de su escrito, parece intentar ser) tiene que apelar a la ciencia para sustentar su opinión. Si no hace tal cosa estaría cayendo en algo así como los evangélicos que fueron a rezar frente a La Moneda. Y para hablar con gente así… prefiero no hacerlo la verdad.

Este entuerto gigante continúa más adelante
–«i) al no dotar de características de ser viviente o humano a un óvulo fecundado, están tratando de soslayar la culposidad de exterminar a un ser vivo y eliminar de este modo todo escrúpulo por tal acción y, ii) de frentón están diciendo que un óvulo fecundado o feto, es un ser sin historicidad, sin identidad, sin autonomía e independencia y que al no tener historicidad, ni emocionalidad, no tiene aún la categoría de ser humano, y por tanto, no se está abortando ninguna vida humana y no se acomete ningún acto inhumano, insensible y condenable ética y moralmente.»
Sobre (i): Debe ser claro y analítico ¿no era científico ud.? Hay una distancia enorme entre las categorías «viviente» y «humano». Una ameba está viva, pero está lejos de tener características de un animal. El tema está en que un embrión no es autónomo, por tanto, aunque está vivo, no cuenta como un individuo en la especie. No obstante después de cierto desarrollo, aun cuando la madre muera, este embrión ya es capaz de sobrevivir a su entorno. Las categorías no son absolutas, eso es obvio y ud. parece tratarlo en términos de unos y ceros.
Ahora bien, en términos jurídicos no es lo mismo un ser viviente a un ser humano. Una oveja o un chancho son seres semovientes, y aun así son seres vivos, los cuales sufren si los pateamos o los degollamos, pero los podemos procesar en mataderos para nuestro beneficio. En cambio un ser humano es el sujeto de derecho por antonomasia. Lo interesante en este punto es la apelación a la «culpabilidad». No hay culpa en comer carne ¿cierto? Sin embargo, parece haber infinita culpa en tomarse una píldora del día después y acabar con el «óvulo fecundado que es un ser vivo». Desde lejos esto no me cuadra mucho, que quiere que le diga.
Resumen al punto (i): Respire, aclare sus ideas y reescriba para ver si su argumento sigue teniendo peso, porque es vago ir cambiando de «ser vivo» a «humano» para aplica luego el tema de la «culpa».
Sobre (ii): Ud. capta el argumento central de los proabortistas, pero es poco fino con las sutilezas, y la única manera de que su razonamiento en contra tenga validez es deliberadamente embolinar la perdiz con las categorías de «óvulo fecundado», «feto», «embrión». Crea un hombre de paja para luego deshacerlo a palos de ciego. No sé si lo hace deliberadamente, porque no es capaz de entrar a debatir las sutilezas acerca del desarrollo embrional o porque hay sesgo de confirmación detrás que le impide ir más allá de sus propias creencias.
Para aclarar: al legalizar el aborto no se permite el aborto en cualquier estadio de embarazo, sino que se hace de acuerdo a criterios pragmáticos y científicos que no dicen en qué punto esta «vida» «siente o no siente». En general el razonamiento pro-aborto es ver a la vida como un proceso con diferentes etapas y condiciones, además de considerar variables sociales que ud. ni de cerca ha tratado. Variables tales como la calidad de vida de los niños que son dados en adopción precisamente por ser embarazos no deseados o temas como la sobrepoblación.
Resumen al punto (ii): Se deriva de lo anterior que falta, si se quiere refutar a los abortistas, entrar a «picar» en las categorías científicas. Pero si no quiere hacer eso, entonces lo que queda es que ud. declare que al usar términos como «óvulo fecundado» lo está haciendo de manera tan laxa que, deduciendo por su propio discurso, hasta uno mismo como adulto es capaz de decir que es un «óvulo fecundado».

— «No obstante la tirria que le tienen al mercado estos grupos pro aborto, tienen una concepción utilitaria, mercantilista de éste, y amparados en una vida entregada al hedonismo y placeres mundanos (por lo demás muy propias de un capitalismo muy desarrollado), sinónimos de la felicidad y libertad humana, promueven el convenience sex.»
No sabía que el capitalismo es el responsable del hedonismo humano, eso si es novedad. Porque según tengo entendido el utilizar al sexo como herramienta de placer puro es una característica que se deriva de llegado cierto nivel de complejidad neural ¿Sabía que los delfines tienen sexo por placer? El punto es que no somos la única especie que usa el sexo con fines no reproductivos, lo cual da la fuerte impresión que su argumento de «capitalismo como responsable del hedonismo» es falso. Sexo con fines NO reproductivos lo tiene una variopinta gama de individuos: personas ricas y pobres, sistémicos y antisistema, concertacionistas y derechas, delfines y bonobos.
Resumen de aquí: no es la cultura ni la estructura socioeconómica el origen del sexo por el sexo, sino que es anterior a ellas.

Cierre, que soy un latero.
En la naturaleza existe el infanticidio. Antropológicamente y etológicamente confirmado. En el paleolítico ya hay rastros de infanticidio en humanos como manera de mantener estable la cantidad de individuos, dado que no se podía mantener a todos vivos por presiones ambientales.
Hemos evolucionado e inventado formas de control del embarazo (anticonceptivos) y formas de control de la población (aborto y eugenesia).
Desde mi perspectiva (y no usaré argumentos de principio como los suyos) el aborto debe ser legalizado en Chile, ya que les da las herramientas adecuadas de control de sus propias vidas a las mujeres que están en una situación de desmedro socioeconómico y que no pueden seguir teniendo hijos. El aborto no es solamente una herramienta que sería usada por la elite hedonista capitalista como ud. aduce, sino que sería algo transversal.
Encuentro que oponerse al aborto de manera irrestricta sin tomar en cuenta el futuro que le espera a los niños no deseados es una irresponsabilidad. Chile no tiene, ni tendrá a mediano plazo, la estructura estatal adecuada para proteger a los niños que son dados en adopción. Es cosa de ver los últimos casos del SENAME para darse cuenta que no nos podemos dar el lujo de oponernos al aborto.
Quizás dentro de una sociedad ideal, donde no debamos preocuparnos de lo que sucede con los niños de embarazos no deseados porque tal problema estará resuelto por el Estado, entonces tenga sentido oponerse al aborto. Pero ese no es el caso.
Un hijo no debe entenderse como un justo castigo o justa consecuencia por tener «convenience sex», sino que debe entenderse como una decisión consensuada y concientemente de traer un nuevo ser humano al mundo.

Saludos

20 de mayo

Justo frente a estos argumentos escribí sobre el aborto. Espero puedan leer el artículo y evaluar la situación.

Divorcio y aborto en Chile, una reflexión

Andrés Garrido P.

21 de mayo

Estimado Sr. Hiche

No acostumbro a responder a este tipo de columnas, pero me parece un ejercicio saludable, a veces. Efectivamente usted manifiesta lo que se malentiende por retórica, muy probablemente busca convencer a alguien pero sin estar dispuesto a ceder en alguna de sus posiciones que en muchos aspectos que usted llama argumentos no son más que posiciones personales basadas en la moral imperante, usted engaña con su lengua, señor. Su rol de intérprete social y de reducción a categorías de individuos nadie las ha pedido y, créame, quienes deciden abortar poco les importa lo que usted o yo pensemos, por eso es que estas columnas son más bien triviales. Debate, sí, claro que sí. Opinología, donde cada uno dice lo que quiere y se queja si viene alguien a responderle (facho, conservador, idiota, etc…) o a intentar moverlo de la propia posición me parece que ya no es más tolerable. En algún punto toca hacerse responsable de lo que se dice y escuchar aquello que retorna al exponer nuestras ideas. En otras palabras esto es sin llorar. Como matemático, científico y teórico sin duda la reducción de la realidad a modelos de trabajo debe ser de utilidad, pero créame, a quienes practicamos la clínica con pacientes de verdad sus modelos y posiciones morales son completamente insuficientes para dar cabida y respuesta a la complejidad de las realidades humanas y sus demandas que en su columna señor Hiche son vulgarmente caricaturizadas. Y es que no es tolerable su posición según la cual quienes sostenemos que al acto de abortar NO debiese ser penalizado seríamos un conjunto de irresponsables-farreros-drogos-progresistas-hedonistas-anti-capitalistas-oyentes-de-jazz (¡Eso dijo!). Solo con ese parrafo bastaría para escupirle la cara por la violencia y el pre juicio que usted no se da cuenta que expone, pero como usted es digno de respeto no lo escupiremos, ¡pero no pida que nadie le responda ni escupa sobra sus ideas!. Antes entonces de escribir me permito nuevamente destacar que independiente de lo que escribamos, las mujeres abortan porque pueden hacerlo, porque tienen el poder de hacerlo de modo que aunque le irrite a usted la decisión no es un asunto público, es privado del resto, lo público tiene que ver con lo que como sociedad decidimos sobre lo que se levanta como un asunto de salud pública cuando vemos morir o enfermar a mujeres por la cuestión. Reconozca que actualmente lo legal viene dado por una ley aprobada en dictadura, mantenida por una constitución de dictadura y de espalda a lo público asi que no se haga el tonto, por favor, hoy Chile mete presas a las mujeres pobres que abortan. El resto tiene que ver con nuestra posición frente a como nos hacemos cargo de esa realidad que como usted no quiere ver si es materia de género y si es materia política en esta dimensión, pero no en la decisión.

Según usted habrían 3 pilares de discusión. No estoy de acuerdo con sus reglas del juego, señor. No son 3, son múltiples y diversar en función de la realidad individual. La reducción pro-aborto v/s pro-vida es una dialéctica burda y propia de nuestra cultura obsesiva.

Su debilidad señor Hiche está precisamente en el único centro de su columna, esto es la afirmación tajante e incuestionable para usted de que un óvulo fecundado es un ser humano, pues desde ahí es que usted cuestiona las ideas respecto de la autonomía de la mujer utilizando, ridiculamente, comparaciones entre un embrión y un niño, un embrión y un sujeto autónomo, y un útero y una camioneta. Comparaciones derivadas evidentemente de su idea de que el aborto sería una discusión doctrinaria del sentido de la vida, vida humana que según usted, y la iglesia, mas no de la ciencia biológica sitúan en la fecundación. No hay ciencia que permita definir lo humano y quien adjudicándose el estatuto de científico lo afirme debe soportar la burla de la comunidad. Nadie pone en cuestión lo vivo de un espermio, de un óvulo o del conceptus, pero que nadie ponga en duda lo vivo, su condición de ser o lo humano de aquello es muy diferente de equiparar eso con ser humano, ¡discúlpeme! Pero usted estira demasiado el elástico. Eso es ignorar y meter en un tacho de basura los años de discusión ciudadana, científica y epistemológica sobre el asunto, donde la iglesia ha tenido su espacio, pero el resto de la sociedad civil también. Y en esto le recomiendo leer los debates (debates de verdad no como las payasadas que se oyen en televisión chilena o de los diputados llamados a sí mismos “progresistas”) de la ley de aborto belga, donde además podrá conocer como opera la oposición a la regulación de esta materia, muy parecida a la suya por lo demás. Le adelanto que el monarca una vez aprobada la ley de aborto se negó a promulgarla a propósito de sus muy personales convicciones cristianas, aunque por lo menos él lo asume así, usted no. Para muestra un botón, lea respecto de “los niños lobo”, vea a ver si el proceso de humanización es posible sin otros humanos alrededor, ¡se deviene humano! No está dicho desde la fecundación y no está sanjado en el ADN. Este punto de apoyo desde donde usted desprende sus opiniones está puesto en cuestión desde hace mucho tiempo.

Lo que toca decir es que se ha impuesto una sola interpretación de la realidad a toda la sociedad, usted comparte esa mirada, pero muchos de nosotros no. Y no estamos de acuerdo que lo humano se defina desde lo biológico ni tampoco desde lo etéreo o idealista que sería una “larga relación de amor heterosexual” cuyo resultado lógico una vez despejada la ecuación sería el Big-Bang de la fecundación, según usted. Con mucho respeto pero cuando me echo un polvo disfruto la experiencia del orgasmo y no estoy pensando en tener un hijo cuando eyaculo, sin embargo, si tengo presente que el sexo trae asociado el riesgo de un embarazo y hago lo posible para evitarlo por ahora, pues me basta con una hija. Y en lo que cada uno piense o deje de pensar llevado por la pasión del encuentro con otros cuerpos es asunto de cada uno. Lo que sucede es que como cultura nos irrita este sometimiento a la vida afectiva y sexual incontrolable, cuesta hacerse a la idea de que la pasión real no es racional, padecer del impulso sexual es lo contrario a pasión. Hasta hoy y pese al conocimiento que se tiene de la vida inconsciente aún existen quienes mantienen que la vida sexual y sus impulsos son racionales y controlables, mientras que en su mayor medida son llevadas adelante por las narices por parte de nuestro inconsciente. Como ejemplo… “En este punto quisiera aclarar que no tengo nada contra el sexo por el sexo”… Y es que con esa negación usted afirma cuál es su problema con la cuestión pues lo expone claramente dentro de su texto, he ahí una muestra de los movimentos inconscientes de la psiquis. Usted tiene un problema con el sexo por el sexo, léase de nuevo. De esta idea obsesiva se desprende sin duda esta tendencia a culpabilizar a las mujeres que disfrutan de su pasión con frases tales como “¿Acaso no te gustó? ¡Aguanta ahora!” o con este discurso moralista (no ético) de asumir las consecuencias de los actos… siempre y cuando asuma de la manera en que se lo imponemos. ¿Sabe qué señor? Abortar también es hacerse cargo.

Debe así mismo tener presente que esta alegoría que usted se permite con la idea de sexo casual y embarazo/aborto refiriéndose indirectamente a la juventud irresponsable es no tener idea de lo que se habla. En Chile quienes más abortan son mujeres casadas con familia, perfectamente lúcidas y responsables, pues lo que para usted es una “salida fácil” o una “irresponsabilidad” es una forma valiente de hacerse cargo de una decisión que por ningún lado es sencilla de tomar ni menos libre. En este país en aras de proteger la familia que ya se tiene, de cuidar la vida propia, la de los hijos que ya pisan este mundo o de resguardar la dinámica de la “sagrada familia” chilena, y por cualquier otro motivo posible pero la mayoría lejos de la estupidez referida como vida sibarita o viajes por el mundo, y mucho más cerca de la sobrevivencia y de la vida digna, muchas mujeres abortan arriesgando el pellejo y la libertad, y yo las he visto, las he escuchado y las he asistido, así que antes de hablar mal de estas tremendas mujeres lávese la boca con jabón, y en esto mi enojo es tal que sí, a usted lo insultaría por cretino pues hablar de axiomas fríos o indolentes o de tecnocracia en la vida íntima es un absurdo. Felizmente los axiomas pueden ser modificados y dar lugar a otras matemáticas, y así mismo sólo gracias a la contradicción de los axiomas es posible elaborar teorías, gracias a Gödel, no a Dios.

Andrés Garrido.
GdM.-

Josue meneses

28 de junio

Hola don boris, me parece que es medio saco wea

La bebelin

26 de agosto

Apoyo, tremendo saco wea

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Las lecciones del plebiscito

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no se han visto por ningún lado

Nuevos

En general todo incremento en los costos, son traspasados a precios. Por tanto, no es inocua la discusión sobre el nivel de ingresos que debiéramos tener en Chile, de acuerdo al tamaño de nuestra economía
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#Trabajo

Para mejores sueldos

Hablar de los avances en los derechos de las mujeres se hace vital, y es que continuamente están en riesgo latente de ser un retroceso y volver al punto inicial
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#Género

Siempre es 8M y nosotras lo sabemos

1 Acabo de participar en la “Fourth Chilean Conference on Philosophy of Physics”/ IV Conferencia Chilena en Filosofía de la Física, del 11 al 13 de marzo de 2024. Lo escribo en inglés como fue publi ...
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#Cultura

Consideraciones iniciales de una filosofía de la física actual

Para nuestro proyecto político, no existe nada más revolucionario que un objeto concreto y patente que el Estado funciona, permitiendo que jóvenes de clases y medias y medias bajas puedan generar movilid ...
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#Educación

El Frente Amplio debe valorar la selección en liceos emblemáticos

Popular

Para nuestro proyecto político, no existe nada más revolucionario que un objeto concreto y patente que el Estado funciona, permitiendo que jóvenes de clases y medias y medias bajas puedan generar movilid ...
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#Educación

El Frente Amplio debe valorar la selección en liceos emblemáticos

Si bien las investigaciones son consistentes, hablan más de probabilidades y no de certezas, esto significa que entre los seres humanos existe una gran variabilidad individual, es decir, entre el blanco y ...
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#Política

Ser conservador o liberal vendría predispuesto en el cerebro

La lección más importante, sobre todo, para el sector conservador, es a moderar sus palabras, no es sano, ni permisible, que personas que detentan cargos de responsabilidad política, acostumbren a declar ...
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#Política

Un tobogán de emociones

Tiene razón el presidente, se deben buscar los acuerdos necesarios, para concretar el mandato que el pueblo le diera. No es tiempo de discusiones banales, ni de hacer filosofía política de bajo vuelo
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#Política

El Barros Boric