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Marcela Aranda: Respeto por sobre todas las cosas

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Hoy nos enteramos de que Marcela Aranda -la ultra conocida mujer que promueve en seminarios, parlamento, y en las calles su especial visión de “amor al prójimo”, despreciando a las minorías y a quienes piensan distinto a ella- se ha quedado sin un cupo para participar de las próximas elecciones senatoriales que se realizarán en Chile

Esto nos debiese augurar un buen futuro en la elección de nuestros representantes, ya que al parecer no nos dejamos engañar con el discurso de personajes que, por conveniencia más que por convicción, nos vienen a “evangelizar” y nos hablan del “bien y el mal” únicamente con fines electorales. En nuestro país, la Iglesia -ya sea Católica o evangélica- tiene un fuerte poder sobre gran parte de la población, por ello llama la atención que el discurso de Marcela Aranda no cause efecto todavía en sus propias huestes y, asimismo, tampoco logre reunir las firmas necesarias para su candidatura.

Aranda es un personaje que, al igual que el autoproclamado Pastor Soto, nos hace pensar que en Chile los medios de comunicación, al parecer, se coluden para dar realce a quienes no lo merecen. Esta mujer, que por semanas promovió su «Bus del Odio» con el mensaje “Con mis hijos no se metan”, es además directora del Observatorio Legislativo Cristiano y la vemos deambular por los pasillos del Congreso Nacional asesorando a la derecha en temas tan sensibles como el aborto, los derechos humanos y, últimamente, en contra de la diversidad sexual.

A mi modo de ver, Marcela Aranda necesita ayuda: necesita ver el real país al que pertenece, al igual que sus seguidores. Como sociedad debemos acogerla, conversar con ella y con su entorno, no debemos festinar con su “no candidatura” -por más deseos que tengamos de ello-, ya que solo así será coherente el discurso de quienes promovemos una real inclusión y de que nadie sobra en Chile.

En nuestro país, la Iglesia -ya sea Católica o evangélica- tiene un fuerte poder sobre gran parte de la población, por ello llama la atención que el discurso de Marcela Aranda no cause efecto todavía en sus propias huestes y, asimismo, tampoco logre reunir las firmas necesarias para su candidatura.

Por ello, y desde esta tribuna, quiero que sepas, Marcela, que Chile ha cambiado, que Chile avanza, que Chile crece y tiene espacio para todos: nadie es reserva moral, nadie debe imponer ideologías que no van acorde a los tiempos, nuestra sociedad merece respeto y te invito a ser parte de ella en paz.

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1 Comentario

Arturo Salinas Calderón

Que bueno que no logró reunir la cantidad de firmas para inscribirse como candidata ya que lo único que buscaba era plata fácil.