#Ciudadanía

La revuelta de los indignados chilenos

0 Visitas:
COMPARTIR
EN WHATSAPP
COMPARTIR
EN WHATSAPP

Este tiempo de masivos movimientos sociales encabezados por un gran número de jóvenes indignados, pero esta vez (huelga recordarlo) sin ideología, inevitablemente me hace compararlo con esa sosegada época que a muchos nos tocó vivir hace unos catorce años. Cuando reinaba la apatía juvenil, en medio de una timorata “transición a la democracia”, que más bien parecía una insalvable pseudo-democracia legitimada por las principales fuerzas políticas de este país; cuando el ex-dictador todavía detentaba, con su intimidante sonrisa diabólica, el cargo de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Y cuando los principios económico-sociales de la ideología conservadora pro capitalista (malamente denominada “neoliberal”), impuestos a sangre y fuego durante la dictadura, parecían consagrarse de manera definitiva, más aún cuando el crecimiento de la economía superaba el 7% anual.

Eran los “felices 90s”, una época de la que (seguramente) los grupos más conservadores deben sentirse muy melancólicos, mientras oyen en sus reuniones caseras, a propósito de la víspera de fiestas patrias, el folklore de Los Huasos Quincheros.

Hoy, sin embargo, pese a que el crecimiento económico es aún mayor, una gran masa de jóvenes universitarios y escolares, que no se identifica ni con la cultura de izquierdas ni de derechas, ha cuestionado –en nombre de una causa tan universal como el derecho a una educación pública gratuita y de calidad para todos- el orden institucional vigente. Al punto de estar demandando a la clase política una reforma constitucional, que permita convocar a un plebiscito. Demanda que ha sido apoyada por otros actores sociales, como los gremios de profesores y de trabajadores.

No se trata de un “infantilismo revolucionario” o de una “utopía”, como desafortunadamente han sostenido ciertos personeros de la Concertación, porque malamente unos jóvenes estudiantes, que en su gran mayoría no sustentan cosmovisión ideológica alguna, podrían aspirar a una revolución o una utopía. Al contrario, es muy probable que una minoría ínfima de ellos, que milita, adhiere o simpatiza con la izquierda, apenas haya leído “El manifiesto comunista” de Marx y Engels. Y pese a que la gran mayoría de las protestas callejeras han terminado con destrozos a la propiedad pública y privada, tales desmanes han sido provocados por una subcultura de encapuchados, que no guarda la menor vinculación con las demandas de los estudiantes, pero que sí es producto de la injusticia contra la que se reclama.

Lo que observa esta multitud de jóvenes indignados es que la desigualdad sigue siendo la principal “virtud cardinal” de nuestra limitada democracia, cuya principal fuente de poder ha sido este sistema educacional privatizado: desigual y discriminatorio, tanto en su acceso como en la calidad de los conocimientos que imparte, y que se ha mantenido casi incólume por más de treinta años, beneficiando principalmente a los grandes consorcios privados con el beneplácito y el subsidio del Estado. Eso es lo que indigna y contra eso se protesta.

Pero esta demanda de igualdad no se conforma con acabar con los “defectos” o “excesos” del sistema. Si así fuera, estaríamos en presencia de una rebelión, como la del movimiento estudiantil de 1997, cuyo resultado apenas se tradujo en un leve aumento del presupuesto fiscal para las universidades estatales.

¿Y qué es lo que quiere esta masa estudiantil? Que la educación pública vuelva a ser “una atención preferente del Estado”, tal como lo fue antes del actual “pacto político” impuesto por la dictadura militar a través de la Constitución de 1980. Un instrumento político que cada día se condice menos con los cambios culturales que la sociedad chilena ha experimentado en materia de libertades y derechos individuales, y menos todavía con las demandas que actualmente reivindica en el ámbito de los derechos sociales.

Por ello, la movilización de los indignados chilenos no es ni revolución ni rebelión, sino más bien una revuelta: la reivindicación de una situación o estado anterior, pero a través de nuevos actores sociales que nunca antes habían hecho historia.

Estará por verse si la historia que escribirán los próximos vencedores será la de una nueva república democrática, que haga del privilegio de unos pocos y de la desigualdad de muchos una auténtica prehistoria del desarrollo democrático de Chile.

———–

Foto: Cámara acciónLicencia CC

TAGS:

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras  Reglas de Comunidad

Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Quedan 1500 carácteres.

#NuevaConstitución

VER TODO
Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repeti ...
+VER MÁS
#Política

De vuelta a la rotonda política

Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repetir el ciclo interminable de esfuerzo y fracaso

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado
+VER MÁS
#Política

El mito del cierre definitivo del proceso constituyente/constitucional

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo
+VER MÁS
#Política

¿Nos jodimos todos?

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no ...
+VER MÁS
#Política

Las lecciones del plebiscito

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no se han visto por ningún lado

Nuevos

En lugar de luchar contra un problema que puede no tener relevancia real para nuestros clientes, debemos invertir nuestro tiempo y recursos en entender a las personas que nos eligen
+VER MÁS
#Economía

Enamorarse del cliente, no del problema

La encuesta debe servir sólo como indicador de lo que piensa la gente, no como sustituto de la creatividad programática de la política, de la capacidad de proponer metas y horizontes ideales, de convence ...
+VER MÁS
#Política

¿Material de encuestas o ciudadanos?

Los dichos de Mañalich dan mucho en lo que reflexionar, no estamos hablando de alguien lo grabo en una reunión privada, estamos hablando de una entrevista en un medio y que ante la interpelación del entr ...
+VER MÁS
##UnPaísQueOpina

Mañalich: el arquetipo del hombre agresivo

Aplaudimos el rol que está ejerciendo, con tanto profesionalismo y acendrado rigor, la Contraloría General de la República, motivo más que suficiente para que, a la brevedad, se confirme en el cargo a l ...
+VER MÁS
#Ciudad

Los gremios empresariales saben cómo controlar al sector público

Popular

Como toda arma de doble filo lo que hace que sea buena o mala es su uso, por ejemplo, se puede construir una casa con un martillo, clavos y madera, pero, con los mismos elementos se puede asesinar y constru ...
+VER MÁS
#Tecnología

Inteligencia Artificial, un arma de doble filo

Rawls contribuye consistentemente a la reflexión y aporta una visión en la que puedan convivir y complementarse los ideales de justicia social con democracia y pluralismo político.
+VER MÁS
#Política

A propósito de John Rawls

El laberinto se caracteriza por perder sentido las direcciones y parecer que toda acción deja en el mismo lugar (...) volver al mismo punto donde las personas añoran la moderación, la conciliación de lo ...
+VER MÁS
#Política

El laberinto político en Chile

Pero ,la verdad, para desolación de las derechas, ultraderechas, y parte de la izquierda gerontocrática ideológicamente, es que ni Cuba ni Venezuela ni Nicaragua, son la izquierda
+VER MÁS
#Política

La izquierda según la derecha y cierta izquierda