Las palabras del vocero de gobierno, Andrés Chadwick, para contestar el emplazamiento de la presidenta del Instituto de Derechos Humanos, Lorena Fries, en el que cuestiona la concepción de orden público de La Moneda y critica la ausencia de autoridades en el lanzamiento del informe anual de DD.HH., evidencia la concepción que tiene éste respecto de las ONG.
"Cuando se dirige un Instituto del Estado como Derechos Humanos hay que tener ‘estatura’ de Estado y no comportarse como dirigente de ONG" fueron las palabras de Chadwick para responder a las legítimas críticas de Fries.
¿Qué quiso decir Chadwick con aquello de "no comportarse como dirigente de ONG"? ¿Qué idea subyace en su discurso? ¿Qué le sugiere a él la idea de dirigente de ONG?
Cuando el vocero utiliza la figura de “estatura de Estado” y la instala como antónimo del rol de quien dirige una ONG, no solo comete un error, una injusticia y un desatino sino que menosprecia el trabajo de los organismos no gubernamentales, sugiriendo que sus miembros no estarían a la altura ni tendrían la dignidad de una autoridad pública.
Qué equivocado está el ministro y cuánto habla de la concepción que tiene La Moneda, a través de su vocero, del rol que cumplen estos organismos intermedios de la sociedad.
Cuando quienes hoy habitan Palacio ocupaban directorios, emprendían nuevos negocios o administraban el poder del estado durante la dictadura, las ONG trabajaban por defender la dignidad, los derechos humanos y el ejercicio de derechos conculcados por su gobierno.
Las ONG se transformaron en una pulga en el oído del dictador, denunciando, articulando, movilizando y creando ciudadanía activa para terminar con los abusos que cometían aquellas autoridades públicas que definitivamente no tenían “estatura” de estadistas.
De ahí que el exabrupto de Chadwick no sea una casualidad: evidencia con nitidez el menosprecio de un sector social y político que ve a las ONG como una amenaza a sus privilegios y como actores claves en el proceso de construcción de una democracia que busca potenciar y no conculcar derechos económicos, sociales, políticos y culturales.
Las ONG son la sociedad civil organizada y serán siempre una amenaza para aquellos que se oponen a la construcción de un país más humano, solidario, democrático y sustentable. Sin duda el ministro vocero de gobierno siente esa amenaza e imagina en sus peores fantasías a centenares de “dirigentes de ONG” exigiendo en nombre de sus representados que cumpla con los compromisos internacionales y las leyes que garantizan la no discriminación, la equidad, los derechos, el pluralismo y la participación.
Las ONG son espacios autónomos, independientes y auto organizados, que trabajan a diario para estar a la “altura” de lo que la sociedad civil le demanda y aunque le pese a este gobierno y denoste a sus dirigentes y dirigentas no se detendrá un segundo en seguir profundizando su rol de aportar al enriquecimiento institucional de la sociedad civil chilena.
Somos actores políticos con voluntad de incidencia en los campos de la democracia y el desarrollo de nuestro país. Como tales creemos que la “estatura de Estado” se gana con acciones señor ministro, y sin duda las ONG de Chile, su historia, su trabajo y sus dirigentes superan por lejos la pequeñez reflejada en sus palabras y en la historia republicana de su sector político.
* Ignacio Iriarte es Coordinador de Comunicaciones de la Asociación Chilena de ONG, Acción AG.
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Foto: Los viajes de Gulliver
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Todo depende, hay ONG que son organismo guiados por el amor genuino al prójimo, personas desinteresadas que dejan todo lo que tienen y pueden dar por el simple deseo de ayudar, buscan un humanismo real y sincero. Hay otras sin embargo, que oculta tras la careta, son organizaciones politicas internacionales en extremo ideologizadas. ¿ a cuál se habrá referido el «pequeño» y quizás gordito Chadwick?