El error de la abstención como método de mostrar disconformidad:
– Muchas personas están disconformes con el sistema actual. Algunos de ellos deciden votar y otros no hacerlo.
– Quienes votan creen que dentro de las opciones existen algunos candidatos que perjudican y otros que pueden beneficiar su situación y la del resto del país.
– Quienes no votan… dentro de ello pueden existir varios grupos.
En resumen: no votar y no participar de otra forma es no es estar disconforme, la abstención no es revolución.
a) No votan porque son «antisistema»: lo cual es absurdo considerando que el voto es voluntario y por lo tanto, el no sufragar es una opción aceptada dentro del mismo sistema.
b) No votan porque creen que existen otras formas de incidir en la población: esto puede ser si la persona que no vota participa activamente en otra forma de manifestación política (juntas de vecinos, movimientos tipo No+AFP, educación popular, intervenciones de arte, etc).
c) Quienes no votan porque no les llama la atención: esto es a fin de cuentas aceptar la forma en que funciona el sistema actual. Creen tanto en la estabilidad de la estructura política y social, que independiente de quien gobierne la sociedad no cambiará. Esto no les preocupa porque creen que ellos solo como individuos pueden arreglárselas por sí mismos (el sistema les daría esa opción).
En resumen: no votar y no participar de otra forma es no es estar disconforme, la abstención no es revolución.
Comentarios
16 de noviembre
El voto, tampoco es cambio. Si lo fuera, se dice que sería ilegal.
Muchas personas no votan, porque dejaron de creer en cuentos de candidatos. Personalmente, creo que Guiller representa una diferencia, pero, es cuestión de apreciaciones. Curiosamente, he votado después que dejó de ser algo obligatorio. Si no votara, o lo hiciera, no habría diferencia alguna. No la hay para sólo un votante. Si sumamos esto, para todos los votantes, tampoco la hay.
Lo bueno de todo esto, es que los candidatos aún pueden disfrutar de su circo. El país sigue en rifa y cualquiera que pueda, puede y va por el poder. Lo extraño de todo esto, es que el pueblo no vaya por él. Se lo prefiere dejar a los demás. Y es que no deben estar tan mal como se cree. Y quien pueda tener fe en el sistema, sabe que su voto no cambiará nada.
Y es que.. el sistema no puede ser cambiado por una raya de más. El sistema tiene que ser cambiado por una concepción que imagine qué podría ser aquel, luego la promueva y la gente se sume a ella, pero, eso no está sucediendo. Todos hablan casi de lo mismo, con matices o sin ellos. Los que más se deshacen en ofrecimientos, hablan cabezas de pescado, o locuras que se ven irracionales. De personas que no saben sumar, pasando por charlatanes, hasta corruptos… ¿Hay alguien a quien se le pueda creer?. Depende de cómo ponga la vara cada uno. Hay quienes la ponen bajita y votan. Hay quienes la ponen alta y ni siquiera quieren decir sin comentarios…
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16 de noviembre
Quisiera aclarar que en el texto no digo que votar sea revolucionario (ni siquiera entro en la discusión de que tanta efectividad tenga hacerlo). Lo que se propone es dejar de esgrimir la abstención como bandera de lucha contra el sistema.
El verdadero activismo político pareciera tener que ver con ser activo de algún modo (se dan algunos ejemplos en la columna), pero el no votar no es condición ni suficiente ni necesaria para derrocar el sistema democrático.
16 de noviembre
Estimados.
Me gustaría subir una columna sobre sufragar o invalidar un sistema.
Cómo puedo ponerme en contacto con ustedes
Saludos
Cristian Mesa
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16 de noviembre
Don Cristian:
Lo voy a guiar paso a paso para que cumpla su deseo.
Dirija su mirada al extremo superior derecho de la página. Ahí encontrará un pequeño botón que dice «PUBLICAR». Presiónelo con lo que le sea posible e interactue con la ventana que aparecerá. Quizá necesite «logearse» en la página con una dirección válida de correo electrónico y contraseñá.
Si tiene alguna duda, vuelva a consultar…
16 de noviembre
Existe la creencia que no votando se muestra el descontento y que esto debiera ser muestra suficiente al sistema político de cómo lo están haciendo, para que algún día, rayando la ilegalidad el número de votos emitidos, se pueda modificar el sistema, de manera que primero se ponga el qué se hará, gustándole a la mayoría, debido habido plebiscito, y luego detrás de esos bueyes, se cuelgue la carreta que lleve a una persona que ejecute esas ideas como candidato y así con las demás carretitas.
Pero, esto no pasa. Es cuestión de números. Hay quienes no dejarán de votar y quienes preferirán seguir no haciéndolo. Así el sistema se mantiene en un punto donde sigue existiendo sin que nada lo modifique. A menos que creamos que hay un candidato que sí lo mejoraría…
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