Sin duda algunas cosas han cambiado. Nadie puede desconocer el trabajo que Sharp ha desarrollado, pero hay deudas pendientes. El movimiento ciudadano que llevó a Sharp hasta la alcaldía, aquellos que tan duro trabajaron, aquellos que levantaron las manos porque las tenían limpias, no entraron al edificio consistorial. Se quedaron afuera, y ahí siguen.
Y lo entendemos. Porque el proyecto de Sharp y sus asociados es nacional. Su presencia constante en los medios de comunicación tocando los temas más diversos, habla a las claras de un proyecto a largo plazo. Y Valparaíso no necesita eso.
La ciudad requiere de compromisos a largo, muy largo plazo. La ciudad requiere de una mirada colectiva, convocante, dejando de lado personalismos políticos que han dañado tanto. La ciudad, la gente, las comunidades tienen que rescatar su ciudad y dejar de administrar pobrezas y desgracias.
Basta de creer que nuestro destino es portuario. Basta de discursos que no se sostienen en la realidad. Es hora de los líderes locales, de los verdaderos ciudadanos, de las comunidades organizadas, lejos de los cálculos pequeños, de partidos políticos de dudosa representatividad, y que «hablan» por nosotros.La ciudad, la gente, las comunidades tienen que rescatar su ciudad y dejar de administrar pobrezas y desgracias.
Se vienen las elecciones de alcaldes y concejales, y la disputa por los espacios de poder va a ser encarnizada. Y nuevamente el botín a disputar serán las personas. Volverán las ofertas, crecerá el discurso de «ahora si cambia todo», entre cuatro paredes se elegirán a nuestros representantes, y la rueda dará una nueva vuelta a la desidia.
Valparaíso no resiste si no hay un cambio profundo, absoluto, definitivo. No podemos seguir administrando la pobreza. Es hora de que los ciudadanos volvamos a tener el poder de decidir, y que dejemos de mirarnos en slogans y letreros pintados en murallas y avisos.
Algunos no se han dado cuenta, pero Valparaíso va a despertar de este letargo, y vamos, de una buena vez, a ser los porteños y porteñas los que decidamos cómo queremos vivir…
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