Hace algunos años, en medio de los serios cuestionamientos a la cantidad de escuelas de periodismo existentes, declaramos «muerto» el oficio. Y al parecer no nos equivocamos. La profesión hoy enfrenta dilemas que la colocan en medio del juicio ciudadano, la propiedad de los medios y la capacidad profesional.
La prensa es la última defensa de la democracia. La prensa sin compromisos coloca nervioso al poder, hace temblar al corrupto, coloca presión en las autoridades, es peligrosa en esencia, y busca la verdad ahí donde otros buscan enterrarla.El periodista, no todos, se adaptó a lo políticamente correcto, la fuerza del gremio hace rato que perdió la batalla contra la concentración de los medios, la precarización laboral, y la excelencia en la academia.
Hoy es más sencillo, para un profesional, sentarse a hablar de farándula, en vez de la calidad de la educación. Es más simple «respetar» líneas editoriales diseñadas por propietarios e ingenieros, no por periodistas , que investigar, comprobar y publicar.
El periodista, no todos, se adaptó a lo políticamente correcto, la fuerza del gremio hace rato que perdió la batalla contra la concentración de los medios, la precarización laboral, y la excelencia en la academia.
Hoy, lo que vemos en los medios, es concentración absoluta de propiedad, prioridad solo al negocio, distancia de los contenidos conflictivos y control de lo que se dice y se hace. Tal cual.
Vemos pasar los días, vemos más actos de corrupción, vemos mayores desfalcos, abusos, y vemos, con pena, que no son los periodistas los protagonistas de las denuncias, con fuerza y voz alzada.
El oficio de periodista hoy se debate en medio de este mar de información que transita frente a nuestros ojos, con la mirada puesta en tratar de capear las olas, que la pega siga estable, en silencio, añorando los días en que los referentes de información eran otros y todos, absolutamente todos, buscaban la noticia que golpeara comunidades, conmoviera personas, aterrorizara autoridades.
La profesión de periodista hoy está muerta, pero en estado cataléptico creemos nosotros, escuchando todo, guardando todo, para despertar uno de estos días a defender la democracia y la libertad de expresión, porque para eso nacimos….para eso nacimos…
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