Carta al rey de España

Majestad, usted es un hombre afortunado de poder participar -y decisivamente de nuevo- en una transición hacia estadios morales superiores, donde reine la justicia, lo racional. En esta ocasión puede ayudar a impulsar el respeto por los animales no humanos.

Su corona tiene vocación universalista.

En Chile, lugar que visita en breve, ha causado mucho impacto su foto junto al elefante a quien acababa usted de matar, por divertirse.

El Rey de España es una figura de carga simbólica enorme en ciudadanía chilena. Ahora mismo ésta concentra esfuerzos por hacer respetar el derecho a la vida y dignidad de los elefantes y todo animal esclavizado en circos y otras instancias comerciales. Lucha la ciudadanía que lo recibe en este momento, Majestad, por que le dejen diseñar una sociedad que ampare a los animales.

América Latina necesita santuarios. Acogen en libertad a estas personas desamparadas a quienes hoy consideramos propiedad. Y son los santuarios símbolo de una nueva era, que podría usted, con orgullo histórico, encauzar en la medida de sus posibilidades.

Tenga coraje y haga valer su prerrogativa. Actualice su simbolismo.

Ponga la primera piedra del primer santuario latinoamericano de animales rescatados de la esclavitud. Demuéstrenos que el arrepentimiento que nos expresó significa algo.