Las catástrofes naturales son y han sido una constante en nuestra historia. Sabemos de terremotos, aluviones, tsunamis, incendios; hemos tenido que aprender a convivir con estos fenómenos. El último crujido feroz de la tierra fue en febrero del 2010, el último terremoto ha sido distinto, comenzó el 18 de octubre del 2019 y no fue la tierra la que crujió, fue la sociedad. Tenemos experiencia en procesos de reconstrucción post terremotos, pero no sabemos muy bien cómo se reconstruye la sociedad después del quiebre del 18 de octubre.
A este escenario, de suyo complejo y largamente analizado, se suma la explosión del coronavirus que se desata ya en marzo del 2020 y que nos tiene (a julio) en el séptimo lugar mundial de contagiados (valores absolutos), con más de doscientos ochenta mil infectados y top one en contagiados en proporción al total poblacional. La crisis desatada por la pandemia nos encontró en las peores condiciones posibles, sin siquiera haber logrado resolver una estrategia de reconstrucción, nos vimos enfrentados a una crisis sanitaria de proporciones enormes.¿Podremos volver a este camino largo y complejo de reconstrucción democrática? ¿Qué se necesita para la reconstrucción?
Estas dos explosiones son insumos para contextualizar un cocktail de complejo manejo y de aún más difícil pronóstico. Noticia en desarrollo que condiciona nuestro actuar día a día.
Especulación 1: Manejo de la crisis sanitaria en la perspectiva de la crisis social del 18 de octubre
Después de haber escuchado un discurso oficial errático durante más de tres meses y un accionar gubernamental que a la vista de los hechos ha sido un fracaso, que nos llevó a pasar de 2.500 personas contagiadas hacia fines de marzo a 250.000 hacia fines de junio, la pregunta que salta es saber si nuestras autoridades (Políticas y económicas) son muy estúpidas o muy inteligentes. No caben medias tintas. Si el objetivo trazado en enero–febrero fue controlar la pandemia y asegurar a la población una adecuada administración de los peligros implicados, la constatación de saturación del sistema de salud pública (y privada) que nos sitúa en el borde del barranco, entonces la conclusión es obvia, el gobierno ha fracasado en la consecución de este objetivo, ergo, nuestras autoridades o no saben o son muy estúpidas. Ahora, si el objetivo trazado en enero-febrero fue aprovechar el contexto de pandemia para amortiguar o tapar y controlar la crisis desatada a partir del 18 de octubre y en esa perspectiva, el control social, la generación del miedo colectivo y como consecuencia de ello, la postergación de las demandas sociales, políticas y económicas de cambios estructurales, entonces, el manejo de la pandemia ha sido un total éxito, caso en el cual, nuestras autoridades han demostrado una inteligencia superior.
Especulación 2: Empresas y movilidad social
Tantos años viviendo en la ley de la selva, en donde hay tanta gente tratando de sacar o buscar una ventaja personal u organizacional a cualquier costo; tantos años soportando las colusiones, las estafas, la corrupción, la no punición de actos contrarios no sólo al pudor y la ética, actos derechamente criminales, tanto que ya parece normal. Muchas empresas falseando información a la autoridad (que tampoco fiscaliza) para posibilitar seguir produciendo y no queriendo asumir la responsabilidad colectiva que, a todos, a cada uno le corresponde en este contexto. No nos sorprenden estas actitudes que son en gran medida las que han impedido que los trabajadores puedan quedarse en su casa y se ven obligados a transitar por la ciudad exponiéndose al contagio. Los resultados están a la vista.
La pregunta entonces es ¿por qué ocurre esto? Muchas son las empresas que se sostienen en una delicada posición, muchas, sufrieron el impacto del terremoto del 18/10 y no pueden parar sus faenas por un tiempo indefinido sin arriesgar la propia subsistencia. Más de setenta mil empresas se acogieron a la ley de “protección al empleo” afectando con ello a más de seiscientas mil personas. Veamos el caso de una empresa productora de cortinas roller que falseando el giro siguió trabajando. Si esa empresa detiene su producción y para, va a mirar al lado y verá que su competencia no detuvo faenas, entonces, ellos perderán el espacio comercial que tenían, no podrán retomar y quebrarán. Si todas las empresas de ese giro pararan de verdad, todas estarían en igualdad de condiciones pero, no faltará quien importe de China y nuevamente tendremos un problema, lo más probable es que toda esa industria nacional quiebre, por tanto, ¿qué se hace?…no hay dudas, siguen trabajando arriesgando la multa. ¿A quién le corresponde regular que las empresas de producción no esencial cierren pero que no comprometan con el cierre su existencia futura?
Hay que derogar la #leydelaselva y la #leydemoraga
Especulación 3: Sanidad y seguridad nacional
Chile invierte el 5% de su PIB en salud y el 4% en defensa (contemplando el costo del sector pasivo de las FFAA). La pandemia ha mostrado con crueldad que ante una invasión biológica, los tanques y aviones de guerra no sirven de nada. Si los países de la América Latina nos ponemos de acuerdo inteligentemente, deberemos reducir drásticamente el gasto en defensa y hacer un solo ministerio de sanidad y defensa, reorientando a las FFAA a una labor de defensa sanitaria y que serán ellos la primera línea defensiva ante los actuales y futuros ataques de esos formidables enemigos biológicos.
El ministerio de salud es un gigante de muchas cabezas, no tiene una estructura piramidal y carece de gobierno corporativo. Hemos aplaudido su gesta en el combate al covid 19 pero hasta hace un año la opinión mayoritaria de los chilenos era que el servicio de salud pública era un desastre, ¿dejó de serlo?
El sector pasivo de las FFAA consume, para un universo de algo menos de doscientas mil personas, un presupuesto similar al del pilar solidario que presta a casi dos millones de personas. Claramente hay aquí algo bastante mal estructurado. No es aceptable la enorme desproporción en las pensiones de los chilenos y chilenas.
Un solo ministerio de sanidad y defensa debe ser la innovación mayor en la estructura del aparato del Estado.
Especulación 4: Reconstrucción democrática
El estallido social de octubre del 2019 dejó al país en un estado de crisis similar a los post terremotos pero quebrado en su alma. Nos mostró muchas cosas y develó la precariedad de nuestras vidas, pero lo más dramático, nos desnudó en la escasa o nula legitimidad de las instituciones nacionales. A la crisis de credibilidad de las iglesias, al desprestigio de las FFAA y Carabineros se agregaron la desfachatez de los medios de comunicación masivos, especialmente la televisión, la inoperancia e incapacidad de los actores políticos para comprender la profundidad del problema y diseñar soluciones aptas para la mayoría, se entiende la escasa empatía del sistema judicial acomodado en una función de sostenimiento de un orden injusto y desequilibrado, y lamentablemente, a la dificultad de las Universidades públicas para asumir algún tipo de liderazgo nacional que nos permita encontrar al menos una institución a la cual recurrir, al menos una institución con la suficiente credibilidad y prestigio para hacerse cargo de ese liderazgo extraviado hace tantos años.
Este escenario desastroso con el que llegamos a marzo se agrava con la pandemia del covid 19 y a la fecha (julio 2020) nos demuestra que estamos metidos en un zapato chino, con escasas variantes de salida. Ya tenemos claridad que estas autoridades políticas no tienen ni la legitimidad ni la capacidad para sacarnos del atolladero y la reconstrucción democrática será una tarea muy, muy compleja. Nuestra sociedad está desestructurada, sin tejido social y sin prácticas comunitarias que nos faciliten el tránsito hacia un nuevo modelo de sociedad. El interesante -pero incipiente- trabajo esbozado post terremoto del 18 de octubre por cientos y miles de personas que desde las organizaciones territoriales de base comenzaron a reconstruir nuestras conversaciones y acuerdos fundamentales, informando, educando, discutiendo, todo esto quedó trunco con la pandemia. ¿Podremos volver a este camino largo y complejo de reconstrucción democrática? ¿Qué se necesita para la reconstrucción? Necesitamos obreros calificados disponibles a dedicar esfuerzos en la reconstrucción, obreros dispuestos a trabajar en rediseñar un país para todos partiendo por redibujar la organización social, política, cultural y extendiendo un ejercicio de participación quizás inédito en nuestra historia; nos sobran caciques, necesitamos personas generosas con voluntad democrática para reconstruir este país.
Especulación 5: El Estado que se necesita
Entre el 2010 y el 2020, casi que se duplicó la dotación de personal en el aparato del Estado. En este mismo período ¿se duplicó la calidad de los servicios públicos? Claramente la respuesta es no. Tenemos casi un millón de personas que trabajan en el Estado, en sus distintas dimensiones lo que aparentemente parece ser abultado, salvo que seamos capaces de pedirle al Estado (financiado por todos los ciudadanos) que nos devuelva servicios de calidad.
En el contexto de la salida de la crisis sanitaria y de la reconstrucción democrática, necesitamos que para las diversas áreas de la actividad nacional, las personas que hoy trabajan en cada una puedan reunirse y diseñar nuevos modelos y construir propuestas innovadoras que permitan configurar al aparato del Estado desde nuevas miradas, miradas construida desde las nuevas necesidades que la sociedad tiene hoy y desde el imperativo de calidad de servicio público en un marco de nueva democracia participativa. Tenemos que ser capaces de diseñar funciones públicas con los y las ciudadanas, no es posible mantener los miedos a la participación ciudadana y al control que las personas tenemos que hacer a quienes ejecutan las labores asociadas a la gestión pública. Un nuevo Estado se requiere y las personas deben reciclarse desde esta perspectiva, no hay tiempo para seguir agrandando el hoyo en el cual estamos.
Comentarios
08 de julio
Estimado, sus especulaciones 1,2 y 3 muestran un estado coludido, malvado y que busca el beneficios de algunos sectores, mientras el grueso de los mortales sufrimos lo indecible, la especulación 4 nos señala una realidad y la especulación 5 , que considero altamente propositiva, es en mi concepto, su gran aporte, bien. Las primeras especulaciones son tan antiguas como la humanidad, siempre hemos sospechado y argumentado contra el estado y sus representantes, ademas de exponer sus debilidades y pensado que el pueblo ( que supuestamente tiene una voz espontánea y no es manipulado) esta lleno de virtudes. La especulación 4, la nula legitimidad, y estimo que credibilidad, es un juego entre todos, los tiempos nos señalan que vivimos en la edad de la posverdad, la mentira generalizada y el camino es superarla, ¿como? , yo no lo sé pero lo constato. Finalmente , es cierto, se requiere diseñar un nuevo estado, esta Ud. en lo cierto, ¿pero en que nos apoyamos?, cualquier apoyo esta contaminado con esos virus mentales, capitalismo- neomarxismo-anarquismo-nihilismo. ¿Como diablos lo hacemos?, yo me sumo a su inquietud.
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