Hace cerca de 63 años en Palestina, los grupos terroristas Haganah e Irgun, convertidos en ejército regular de Israel después de su creación, iniciaron una campaña de limpieza étnica contra la población originaria, solo comparable al Holocausto Nazi.
En pocos días se dispusieron a borrar del mapa y de la historia cerca de 500 aldeas palestinas, masacrando a gran parte de sus habitantes y paseando a los sobrevivientes desnudos, en camiones descubiertos, para que fueran apedreados e insultados por inmigrantes traídos de todas partes del mundo por la Organización Sionista Mundial.
La idea era causar terror y hacer huir despavoridos a cerca de un millón de palestinos de sus tierras ancestrales, para crear en su lugar un hogar nacional judío. La apuesta de fondo se resumía en la frase de David Ben-Gurión, quién a pesar de haber nacido en Polonia, afirmaba sin vergüenza alguna que el sionismo debía hacer todo para asegurarse de que los palestinos nunca volvieran, sellando su reflexión confiado en que los viejos morirían y los jóvenes olvidarían.
Este episodio, conocido como Al Nakbah o La Catástrofe, se encuentra ampliamente documentado por historiadores de las más diversas religiones y nacionalidades, incluidos importantes profesores israelíes anti sionistas, que han liderado la corriente de historiadores revisionistas para intentar rendir honor a la verdad y a la justicia, en un país donde la mentira y la injusticia son la esencia de su existencia. Sin embargo, para las autoridades de Israel, este episodio, simplemente debía dejar de existir. Por lo mismo, falsearon la historia, inventando supuestas órdenes masivas de emigración provenientes de los gobiernos árabes de la época, como preparativo para una guerra que nunca existió. Luego se preocuparon de destruir cualquier vestigio de la presencia palestina en Tierra Santa, alterando todo lo que en ella existía.
Como si todo aquello fuera poco, el año recién pasado, el parlamento de Israel, en un nuevo y desesperado intento por borrar del imaginario colectivo esta representativa página de su propia civilización, aprobó una ley que prohíbe, con pena de cárcel, tanto en Israel como en los territorios palestinos ocupados, cualquier manifestación cultural, social o política que pretenda conmemorar o recordar un año más de La Catástrofe.
Esta nueva y elocuente muestra de la crueldad de la ocupación viene a sumarse a las demoliciones de aldeas y viviendas palestinas, a la construcción de asentamientos ilegales, al desvío de los cursos de agua, a los asesinatos selectivos, a la tortura, a la construcción del muro del apartheid israelí y al desprecio más absoluto hacia el derecho internacional, los derechos humanos y los derechos colectivos de los pueblos y le pone la lápida definitiva al mito que plantea que Israel es la única democracia de Medio Oriente, o acaso puede haber algo menos democrático que la prohibición de la memoria.
Afortunadamente, ni la limpieza étnica ni la costumbre de mentir permanentemente han logrado su cometido y mucho menos lo conseguirá esta nueva ley. Han pasado más de seis décadas y los jóvenes palestinos han aprendido de sus mayores, esa capacidad infinita de resistir la infinita crueldad de la ocupación israelí. Han desarrollado de manera admirable, esa capacidad de sobreponerse al dolor para dar continuidad a la vida y no han dejado, ni por un solo día, de transmitir a las nuevas generaciones que lo que hoy conocemos como pueblo palestino, estaba allí antes de que llegara el primer invasor y seguirá estando, mucho después de que se vaya el último.
Comentarios
10 de abril
Estimado Daniel: Las guerras y ocupaciones son crueles y hacen relucir lo menos amable de los seres humanos., todos los conflictos tienen situaciones crueles , pero de los dos lados, entiendo por tu apellido la razon de tu posición, pero trata de ser imparcial. En segundo lugar los palestinos de ahora poco o nada tienen que ver con los palestinos y otros pueblos que ocuparon ese territorio antes y despues de israel , la paz no sera posible si recordamos como dices , asi como entre los seres humanos el perdon es un punto de partida, tanto los Palestinos como Israel tienen el derecho a existir , y en el conflicto ambos lados han cometido crueldades , los civiles inocentes son inocentes tanto palestinos como israelies.
-1
11 de abril
Estimado jaime: no soy imparcial como nadie lo es, pero creeme que no somos los descendientes de palestinos los que no aceptamos la existencia de los otros. Yo reconozco el derecho a existir de Israel. Me encantaría sin embargo que definiera sus fronteras de una vez y que abandonara los territorios que ocupa hace 60 años. los palestinos llevan 60 años sufriendo la ocupación y estan cansados de esperar la justicia y las acciones de la comunidad internacional que aun traspasa la factura del holocausto nazi a los palestinos permitiendo la realización, por parte de Israel de un nuevo holocausto. La teorí del empate que muchos abrazn para buscar la paz no nos llevará a la paz pues aca nop hay dos estados en pugna hay un estado que ocupa a otro con el monopolio de la fuerza y del otro lado un pueblo que resiste casi sin herramientas, dentro del cual, no lo niego, una minima parte recurre a acciones terroristas que son condenables y deplorables a todo evento pero decir que la violencia vienen de ambas partes es no entender nada de la hostoria reciente.
23 de abril
Daniel : Te sonará brutal lo que te diré , quizas nadie tenga el valor de expresarlo , pero lo que se ocupó en una guerra rara vez se debuelve , de hecho solo recuerdo a Israel debolviendo la peninsula de sinaí a Egipto , pero aqui en sudamerica Chile jamáz le regresará territorios a Perú y Bolivia , como Argentina no lo hará con la Patagonia que era chilena , las cosas son como son. Daniel considerar que otro no sabe nada del tema porque no concuerda 100% contigo es injusto conozco bien del tema y soy neutral.
0