Con tal de evitar que personas con las mentes distorsionadas busquen asociaciones con la realidad donde no las hay, utilizaré la metodología propuesta por Roberto Bolaño: mis protagonistas se llamarán A y B.
A es una mujer de izquierda, socióloga de la Universidad de Concepción y apasionada por el trabajo comunitario y los temas de género.
B es de derecha, si bien dice que desde que descubrieron las cuentas de Pinochet se hizo apolítico. Lo suyo es la eficiencia y la excelencia, para lo cual estudió ingeniería comercial en la Universidad de Desarrollo, donde además hizo un MBA. Al igual que Pato Navia, cada 10 palabras dice una inglés.
A habita uno de los pocos departamentos antiguos que resisten en las cercanías de la Plaza Ñuñoa, donde vive sobre 140 metros cuadrados de parquet con su pareja y su hija Ana de 8 años.
B vive en la colonia las Vertientes de La Dehesa, en una casa “tipo colonial”, que entre otras gracias tiene piso flotante fácil de limpiar y como dicen sus propietarios “uno ni se da cuenta que no es madera”. Su señora también es ingeniero comercial y si bien trabajó tres años en Procter & Gamble, ahora se dedica a criar a sus tres hijos: Isidora de 6, Matías de 4 y la recién nacida Blanca.
Los amigos de A llevan 20 años escuchando sus críticas a la Concertación en cada una de las reuniones sociales. Conocen de memoria su teoría del pacto de las elites, a través del cual el empresariado consiguió que la izquierda gobernara para sus intereses.
Los amigos de B son muy parecidos a B. Hacen asados, pero no hablan de política, sino de emprendimiento, de sus acciones en la bolsa y de sus recuerdos del voluntariado, experiencia que los marcó profundamente.
A quiere apasionadamente su trabajo, aunque es muy crítica de sus jefes. Pide más compromiso y sobre todo políticas sociales más radicales. A solo ha trabajado en la administración pública y en el fondo lo suyo es lo colectivo.
B es bueno en su trabajo. Tiene nada menos que la responsabilidad de gestionar las relaciones con los proveedores de una importante cadena de supermercados. B valora la oportunidad que le dio su empresa y sus jefes reconocen el importante aporte de B.
A acaba de perder su trabajo, la despidieron en nombre de la excelencia. Si bien tiene un post grado en equidad de género, su currículum no habla de una persona dedicada a empujar la carreta de la eficiencia.
B acaba de renunciar a su trabajo para asumir una importante responsabilidad en el FOSIS. La tarea es devolver la excelencia a un servicio plagado de operadores y de gente incompetente. B está entusiasmado ante la posibilidad de servir a su país, si bien se desempeñará en un servicio que no sabía que existía.
A es orgullosa. No entiende las razones de su despido, pero en silencio guarda sus cosas, incluída la foto del Cardenal Silva Enríquez y deja su oficina. Sus compañeros solidarizan con la mirada.
B llega a su trabajo nuevo. Su pequeña oficina con muebles anticuados y la alfombra gastada le parece motivante. Llama a una reunión con sus subalternos para hacer un “brainstorming” y así sacar el “mainstream” de lo que será su trabajo, por lo menos, por los próximos cuatro años.
Comentarios
25 de abril
Habrá muchos A que tendrán que irse. Irse hoy es signo de no ser capaz de llegar a los niveles de «excelencia» que se pregonan. Los B no me interesan. Los A mezclados con algunos que no merecían la oportunidad de trabajar por su país, van a sufrir el desdén de muchos. Además se sentirán solos y solas, verán que si antes, ya era dificil, ahora parece imposible que los sueños por los que se jugaron tengan una mínima posibilidad.
15 directores son echados a la calle en busqueda de la excelencia. El ministro Kast, no le había trabajado un día a nadie, hasta hace un año. Ahora es ministroa cargo del desarrollo… No es verdad que venir del mundo privado o de la derecha sea un pecado, el problema es venir de un mundo en el que no es posible aprender, ni el lenguaje ni la dinámica, las caras y los dolores de quienes y como, hay que ayudar. Bueno, me enredé, pero esto habrá que mantenerlo presente, porque muchos de nuestros conciudadanos no lo ven.
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25 de abril
sabes? a mi lo que impresiona es que la ciudadanía (el sr. del taxi, la sra del negocio de la esquina, etc) se compre la idea esa que los que se van o a los que están yendo, es porque no eran de excelencia y sólo estaban trabajando por pitutos. Eso sí me molesta, porque que Kast y todos ellos hacen o hagan, no es novedad, ni sorpresa, pero que la gente común y corriente no tenga ni una pizca de lectura crítica de los acontecimientos sí me preocupa y enoja.A veces me siento viviendo en un país de mentira, surrealista, donde los papeles están invertidos, en una especie de mundo feliz donde la gente sí está feliz de estar controlada y conectada a una máquina central.
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26 de abril
Sigrid, es horrible como la gente se compra de todo. Si es cierto que ha habido abusadores, ladrones, desprolijos y flojos, como en todo, NO es verdad que al final la concertación «se ha llevado el presupuesto de piñera para la casa». Tampoco es verdad que TODOS tenían que irse por incompetentes, ladrones y apitutados. Pero no solamente el sr. del Taxi, el profesor, el doctor, la peluquera y la dueña de casa juran que aguantarse las chambonadas de este gobierno nuevo, es el precio de sacar a esta «calaña» de gente. Nadie se acuerda como era la salud hace 20 años, como eran los colegios, como eran las calles, la protección social no existía para nada… la gente no es capaz de despejar y mirar con sensatez. Kast ni siquiera tiene curriculum más allá de sus becas y de su paso por Libertad y Desarrollo. Ningunea a la Alta Dirección pública, dice que espero 40 días para evaluar buscando la excelencia y respetando la ley de Alta Dirección y lo echo igual a todos¡¡¡. Y la gente asegura que los 15, entonces, eran malos. Que lara, y que lata que no se pueda llegar fácil a más gente. Velasco explicó ayer lo que había pasado con las reservas, en la Tercera, pero creo que ahí queda el tema. Sí, la gente es feliz conectada a la máquina.
27 de abril
Sigrid, dale tiempo al tiempo….mientras esperas leete «los bastardos de Voltaire» y en el transcurso la ciudadania descubrira que los tecnocratas no eran la panacea. Errores e ingenuidades tambien cometimos….en este tiempo tambien podremos aprender de gestion incluso…y en cuatro años los B estaran hablando de politica ….y no se daran cuenta que se habran «contaminado» . Tal vez no es tan malo el rol que ahora nos toca si aprovechamos el tiempo en consciencia.
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29 de abril
Interesante analogia….esperemos que no sea tan cruda como la planteada.
Solo me gustaria agregar que la gente capacitada y profesional siempre encuentra un lugar desde el cual realizar su aporte, es solo cuestion de tiempo.
Animo a los A y suerte para los B que probablemente al poco tiempo desearan volver a sus planes de carrera en el sector privado.
Saludos cordiales
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