* Artículo escrito en colaboración con Jaime Mondria
Diversos estudios indican el rol clave que juega la televisión en la manera en que las personas se forman opiniones, se entretienen y se informan sobre diversos temas. Al mismo tiempo existe una gran insatisfacción de los televidentes con respecto a la falta de calidad y diversidad de la actual oferta televisiva en el pais.
El 6 de abril se vota en el pleno de la Cámara de Diputados la ley que modifica el CNTV y permite la introducción de la TV Digital. Esta ley podría mejorar el escenario señalado, pero en vez de eso, lo empeora. En su paso por tres comisiones parlamentarias (Ciencia y Tecnología; Hacienda; Cultura) el proyecto de TV digital se ha vuelto cada vez más beneficioso para los actuales grandes canales de televisión, los mismos que los teleespectadores evalúan negativamente.
Por ejemplo, el artículo 31A de la ley autorizará a los actuales operadores a cobrar por 50% de su capacidad de transmisión. Esto significa que si usted quiere ver más y mejor televisión, tendrá que pagar por ello. Este artículo contradice el uso consagrado para las bandas del UHF y del VHF del espectro radioeléctrico, que estaá pensado para el desarrollo de señales abiertas de televisión. Para señales de pago existen los canales de cable y de satélite.
El artículo II y III transitorio, permite que algunos de los actuales operadores NO TENGAN QUE CONCURSAR para obtener una concesión digital. Este derecho no se hace extensivo a los canales regionales, locales ni comunitarios actualmente emitiendo y que son más de 100 en el pais.
Estos artículos transitorios atentan gravemente contra el derecho de igualdad ante la ley, en este caso de los distintos modelos de televisión existentes en Chile. La ley da mayores facilidades a los operadores más fuertes y pone más barreras de entrada a los más débiles, profundizando así la desigualdad dentro del sistema televisivo.
Primero perdimos la televisión universitaria, después perdimos la televisión pública y ahora perderemos la televisión abierta… ¿Qué podemos hacer, entonces, como ciudadanía informada y activa?
En primer lugar, escriba a los parlamentarios de su distrito pidiéndoles que no aprueben la ley así como está. Los artículos 31A, II y III transitorios son sólo la punta del iceberg de un proyecto de ley orientado a consagrar un sistema televisivo cada vez menos democrático y diverso. En segundo lugar, infórmese de los contenidos de la ley, de los debates parlamentarios y de las posiciones críticas que desde organizaciones de medios y organizaciones ciudadanas se vienen haciendo al proyecto, al menos desde hace un año.
Si lo anterior no funciona, no invierta en un nuevo aparato para ver la misma oferta que la actual. La televisión abierta en Chile se financia principalmente a través de la publicidad: los canales venden audiencias a los anunciantes. Y para eso necesitan que la clase media (el colectivo que consume en mayor número) vea televisión (porque los grupos de menos ingresos tampoco les interesan). Si usted como clase media o como clase baja piensa que con esta ley la oferta televisiva seguirá siendo la misma, rebélese ante este engaño y gaste su dinero en otra cosa.
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