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El contexto en el cuál se creó la primera versión Teletón de Jerry Lewis, en 1966, fue plena guerra de Vietnam. Por una parte, el país estaba sensible por la cantidad de veteranos de guerra que se encontraban mutilados, con fuertes trastornos, y sin posibilidad de integrarse a la sociedad en forma normal. Y por otra, el costo de todo lo que implicaba la recuperación en esa época era muy alto comparado con lo que es hoy. Las prótesis, los tratamientos, las instalaciones, todo era impensable de costear para un ciudadano promedio. Era comenzar de cero para un país que no estaba preparado para lidiar con esa nueva realidad, producto de una de las guerras que ha causado mayores estragos en EEUU.
Así, la Teletón de Jerry Lewis cayó como un ángel del cielo, permitió unir en la solidaridad a un país cansado y frustrado, logró re-enfocar la esperanza de todo un pueblo hacia los niños que son el futuro y, de paso, solucionó el grave problema de financiamiento que el país no estaba en condiciones de solventar.
Pero de eso ya han pasado unas cuantas décadas. Hoy la discapacidad es un tema tan importante como otros que tienen carácter de enfermedad catastrófica, y que el sistema de salud es único responsable de afrontar. Hoy los tratamientos para la leucemia, cáncer, enfermedades renales, cardíacas, hepáticas, son incosteables para un ciudadano promedio, sin contar con el problema medioambiental que insistimos en obviar, sin embargo causa una mortalidad que llega hasta el 36% entre 0 y 14 años, según estudios de la OMS.
Muchas fundaciones, incluidas las que salvan vidas por enfermedades como la leucemia infantil, deberían tener la oportunidad de contar con la solidaridad de todos los chilenos. Pero eso no es posible, porque estaríamos 365 días del año haciendo campañas televisivas y consumiendo productos en promoción sin parar. Ahí nos daríamos cuenta que estas campañas no son la solución, son un parche, porque no corresponde a las fundaciones hacer este trabajo sino al Estado. Nos han convencido de que este es un evento prácticamente de carácter cívico, y esto está mal. Los derechos de los niños en Chile deben ser para todos por igual. Las fundaciones son un apoyo adicional a lo que el Estado debe entregar por derecho de salud a todos los ciudadanos.
Mientras sigamos apoyando esta iniciativa, seguiremos evitando que el sistema de salud se haga cargo, tal como le corresponde hacerlo. Esta es una invitación a no dar por caridad a nuestros niños discapacitados, lo que les corresponde recibir por derecho estatal.
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Teletón: dar por caridad lo que es un derecho
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Daniel
El ideal es que lo asumiera el estado.
Pero la realidad no es asi.
Por lo tanto, bien biene La Teleton.
Ojala en el futuro tengamos un gobierno que si haga bien las cosas y se preocupe mas del Chile y si gente que de sacar provecho propio .