#Ciudad

¿Pedro Montt o Violeta Parra?

Compartir

Valparaíso es una ciudad llena de historias, mitos y leyendas, que conjugan en un paisaje de cerros, plan y bahía. Las historias siempre traen consigo nombres y personajes, con su respectiva carga temporal y significados.

¿Pedro Montt o Violeta Parra?

Hace unos días en el Concejo Municipal de Valparaíso, Claudio Reyes propuso el cambio de nombre de la Avenida Pedro Montt por Avenida Violeta Parra. Los argumentos se centraron en la construcción de una ciudad diferente y más justa, buscando el reconocimiento de hombres y mujeres por igual. La paridad de género también estuvo presente, ya que según dato de contexto, de los 620 nombres de calles en Valparaíso, sólo el 4% es de mujer siendo el 1,2 de reconocido valor histórico, recalcando que ninguna calle importante en la ciudad lleva nombre femenino. Seguido a ello, se evidencia el legado de Pedro Montt, destacando su responsabilidad como Presidente de la República en la Matanza de la Escuela Santa María de Iquique el año 1907, donde con el uso desmedido de la fuerza se asesinó cerca de 3000 personas. Este hecho, se pone en contraposición a la herencia cultural de Violeta Parra, que este 2017 celebra 100 años desde su natalicio.

Por último, el debate se instaló en Valparaíso y las opiniones afloraron en la gran cantidad de habitantes de la ciudad, con argumentos a favor, en contra y matices frente a la idea, que concluye con una consulta ciudadana.

Aquí, esperamos desarrollar análisis relacionados al debate cultural y no al técnico, jurídico o económico de la propuesta

Una calle, un significado

Ahora bien, hay dos conceptos que debemos clarificar antes de continuar. El primero es el de paisaje cultural y el segundo el de toponimia.

Los lugares cargan con significados que constituyen en su conjunto la construcción de paisajes culturales, determinados por la misma sociedad, en cuanto a su historia, tradiciones, instituciones políticas, producción económica y prácticas sociales. Un elemento concreto de esta construcción cultural es darle nombre a un lugar -o calle-, convirtiéndose en un elemento de valor histórico y cultural para la ciudad y sus habitantes.

A partir de lo anterior, llegamos al concepto de toponimia, entendido de manera simple como el estudio de los nombres de los lugares, por consiguiente, guarda relación con la historia local de un territorio, su estudio y comprensión.

El paisaje cultural y la toponimia se estructuran como elementos centrales en este debate y se insertan en una batalla mucho más amplia, donde la historia local y regional juega un papel importantísimo. En ese sentido, la lucha termina siendo contra el centralismo y la constante construcción de una historia e identidad nacional, la cual no responde a la cultura, sentir ni actuar de la ciudad.

El debate que debemos dar

Volviendo a Valparaíso, creo que la propuesta de Claudio Reyes es notable por dos razones:

El paisaje cultural y la toponimia se estructuran como elementos centrales en este debate y se insertan en una batalla mucho más amplia, donde la historia local y regional juega un papel importantísimo.

La primera, porque busca retar una identidad nacional impuesta desde la clase dominante u oligarquía institucional conservadora. En ese sentido, agregar datos al debate y poner como ejemplo a la familia Montt será interesante.

La calle en cuestión fue nombrada como Pedro Montt cerca de 1915, mismo año en que asume Jorge Montt como alcalde de Valparaíso. Intereses encontrados o no, creo que el aporte de Pedro Montt respecto al terremoto de comienzos de siglo en Valparaíso no lo hacen acreedor de llevar el nombre de una de las principales calles de la ciudad.

La segunda, porque insiste en valorar a la mujer en Valparaíso, históricamente pisoteada e invisibilizada en una cultura nacional machista, ya que tal como se dijo anteriormente, es un porcentaje ínfimo el que destaca a mujeres en calles de la ciudad. Sin embargo, hay matices. El principal matiz radica en Violeta Parra, mujer con innegable legado en la cultura nacional, pero con una mínima importancia en la ciudad de Valparaíso. En ese sentido, creo que una mujer como Micaela Cáceres, primera mujer mutualista de América Latina y fundadora de la Sociedad de Obreras N°1 de Valparaíso el 23 de noviembre de 1887, es merecedora de muchos más honores que Violeta. Sinceramente, no basta con una cabeza de piedra en la Avenida Argentina.

Y así, como Micaela Cáceres, hay muchas más personas destacadas en la historia de Valparaíso con poco y nulo reconocimiento, hombres y mujeres que entregaron su vida en el puerto y que no valoramos como se lo merecen. Ejemplo de ello es Osvaldo “Gitano” Rodríguez. El reconocimiento de antiguos habitantes de la ciudad nutre la historia de Valparaíso y le entrega una carga cultural importante.

Una continua batalla cultural

Para terminar, creo que la construcción cultural de la ciudad y la identificación de su gente con Valparaíso es un proceso constante que está sujeto a transformaciones, en el que las instituciones educacionales y principalmente los habitantes de Valparaíso deben hacerse parte, conociendo su historia, dando significado a sus calles e identificándose con sus territorios.

Valparaíso amarra como el hambre y sus calles, son el alma de su historia.

0

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad

Comenta este artículo

Datos obligatorios*