Tú vivías en un casa o un departamento que era mucho más que tu casa: era tu barrio, tu trabajo, tus parques y tus servicios.
Todo lo que necesitabas para una buena calidad de vida, estaba cerca. Después del terremoto, la casa donde vivías quedó con daños o hubo que demolerla. Independiente de si arrendabas, compartías o eras propietario, estás apremiado.
Es posible que la única opción sea vender tu terreno o acceder a un subsidio, que te alcanzará para irte a una población nueva, lejos de tu barrio.
La pregunta es ¿a qué costo?
Tus vecinos y amigos vivirán más lejos, tendrás que recorrer grandes distancias para llegar a tu trabajo, colegio o servicios, perdiendo todo aquello que formaba parte de tu calidad de vida, y permitiendo que tu antiguo barrio desaparezca bajo la construcción de nuevos proyectos que no son para ti.
En esto no estas solo, hay otras personas que han sido afectadas igual que tu, con las que si te organizas, podrás acceder a otras opciones para quedarte en tu barrio.
Hay profesionales que pueden ayudarte, entregando asistencia técnica, legal y desarrollando proyectos integrales.
Enfrentando esta situación todos juntos, podremos conservar nuestros barrios, nuestras redes y trabajar para que los recursos queden en ti y no en negocios de terceros.
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