La ciudad ha sufrido cambios en los precios de sus bienes raíces debido a la escases de terrenos, el aumento de liquidez y el precio de la energía. Desde el 2010 ha aumentado 70% el precio del M2 construido en la Región Metropolitana.
Como resultado, para comprar una vivienda de iguales características que hace 5 años, es necesario aumentar el plazo del crédito hipotecario o elegir una comuna con menos servicios, conectividad y calidad de vida. Para arrendar es necesario seleccionar una vivienda donde los gastos comunes sean lo más bajo posible y en un barrio con menores servicios.La información puede cambiar el precio de las propiedades comparativamente en su cuadra, incentivar la industria del etiquetado energético para departamentos, la certificación del “maestro chasquilla” y el historial de mantenciones o arreglos responsables. Los datos están al alcance, sólo falta levantar y procesar para dar valor a la información.
Teniendo en cuenta estas condicionantes y las consecuencias de seleccionar una propiedad para arriendo o compra ¿Qué información tenemos disponible hoy para tomar una buena decisión? Fotografías, precio de la propiedad, número y tipo de dormitorios/baños y posición en el plano.
Pese a la demanda, no está a disposición de los usuarios la información de los gastos comunes de los departamentos, la historia operacional de los edificios y casas (mantenciones y datos de las tecnologías como calderas, calefont, cañerías, electricidad), o las preexistencias: fallas que fueron arregladas, con una fecha determinada, mano de obra calificada y el historial de las marcas de los componentes usados.
Sumado a esta información intramuros, no tenemos información relevante extramuros como número de asaltos y robos en la cuadra de la propiedad, conectividad y velocidad de desplazamiento intercomunal, tipos de servicios en la cuadra (restaurantes, colegios, supermercados, etc.), precio M2 comparativo con el resto de la cuadra, superficie comparativa con el resto de la cuadra, gastos comunes comparativos, eficiencia energética comparativa, etc.
Sin reflexionar demasiado, está claro que tenemos más información al comprar un refrigerador que para adquirir nuestras viviendas. Este escenario hace de la información inmobiliaria una gran oportunidad de negocio.
La información puede cambiar el precio de las propiedades comparativamente en su cuadra, incentivar la industria del etiquetado energético para departamentos, la certificación del “maestro chasquilla” y el historial de mantenciones o arreglos responsables. Los datos están al alcance, sólo falta levantar y procesar para dar valor a la información. El control de esta información es el primer gran negocio de Santiago para que se sitúe como ciudad inteligente.
Manuel Antonio Sacasa
Arquitecto y Director de Nodo Smart Building del Centro de Ciudades Inteligentes, Fraunhofer Chile.
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