Este año, la comunidad científica nuevamente manifestó su preocupación por el presupuesto para la ciencia, tras conocerse el proyecto de ley para el año 2015. El presupuesto para ciencia fue catalogado como “de continuidad”, otra forma de decir que no estamos creciendo mucho o que, de frentón, estamos estancados. De acuerdo al reportaje de un medio de prensa, la inversión en I+D ha pasado del 0,24% del PIB (2007) a un 0,38% estimado para el 2015, aunque una mirada más cuidadosa diría que en realidad nos hemos mantenido entre el 0,35% y el 0,38% durante los últimos siete años (incluyendo el presupuesto 2015).
Sabemos que Chile invierte poco en I+D, y esto queda en evidencia no sólo cuando nos comparamos con potencias mundiales, sino que incluso cuando lo hacemos con países con un PIB per cápita similar, mientras que de a poco los países vecinos nos alcanzan o incluso superan. Se podrán buscar distintas explicaciones al presupuesto “de continuidad”, y sin dudas cada una de ellas tendrá algo de verdad. Por ejemplo, se podría afirmar que la inexistencia de un ministro de ciencia e innovación, que trabaje en conjunto con los actores relevantes y que defienda de manera unificada el presupuesto para las agencias y programas de ciencia (hoy dispersas en distintos ministerios, con programas en al menos cinco carteras distintas), dificulta el conseguir un presupuesto más ambicioso para la ciencia nacional.
En esta línea, durante los últimos días los deportistas de alto rendimiento dieron a la comunidad científica una “masterclass” en el tema. Descontentos por el escaso crecimiento en el presupuesto destinando a financiar al deporte de alto rendimiento, los deportistas rápidamente iniciaron una campaña destinada tanto a concientizar a la opinión pública como a presionar al mundo político para conseguir un presupuesto más generoso. Una nota, titulada “La ruta a la victoria de los deportistas”, resume todo el conflicto y su desenlace, hablando del camino de los deportistas para “doblarle la mano al gobierno”. Afortunadamente para los deportistas, ellos sí tuvieron a quien apelar (y con quien dialogar) en altos niveles del gobierno: una ministra con responsabilidad exclusiva en el tema.
La Ministra de Deportes comprometió hace pocos días un presupuesto que, a diferencia del “presupuesto de continuidad” para la ciencia, fue calificado como histórico, según relatan notas de prensa, señalándose que este logro involucró “extensas jornadas de trabajo en conjunto con los principales actores del deporte nacional”. En efecto, algunos medios de prensa dieron cuenta durante la semana de las reuniones entre los deportistas y la Ministra de Deportes. Además, los deportistas habían llevado una carta hasta La Moneda, expresando su preocupación por este sensible tema (un medio habló de que “El deporte se toma La Moneda”), y buscaron apoyo a través de las redes sociales. Fue la propia Ministra de Deportes la que expresó, días después, que “escuchamos las necesidades de los deportistas y gracias a ello fue posible este esfuerzo adicional. Hoy tenemos un presupuesto histórico para el alto rendimiento”.
Es imposible no pensar en las similitudes entre ambos casos (Deporte y Ciencia). Por ejemplo, ¿los científicos no constituyen un grupo de “alto rendimiento”? Los informes cienciométricos publicados por CONICYT en los últimos años mantienen la convicción de que poseemos una comunidad científica de excelencia, investigando en la frontera del conocimiento, pese a las limitaciones presupuestarias. El futuro de cientos de jóvenes científicos recientemente graduados (tanto en Chile como en el extranjero), cuyos talentos podrían perderse ante una creciente falta de oportunidades, amenaza con convertirse en una de las mayores decepciones de nuestra política científica nacional. Los Tomás González y Natalia Ducó de la ciencia no podrán demostrar su talento y compromiso, a no ser que el Gobierno decida aumentar fuertemente la inversión en I+D, especialmente en materia de reinserción y nuevas oportunidades.
Se hace cada día más evidente la necesidad del ministerio de ciencia e innovación, no sólo para resolver el tema del presupuesto para la ciencia (aunque el presupuesto es una de las herramientas de política pública más relevantes con las que cuenta un gobierno), sino que para reafirmar también el compromiso del gobierno con la ciencia.
Otra similitud. ¿Acaso los científicos no se han manifestado también, como lo hicieron los deportistas? Desde el año 2007 (cuando se realizó la protesta frente a CONICYT por temas de esta misma índole), los científicos han manifestado en años recientes su preocupación por el desarrollo de la ciencia en el país, incluyendo cartas al Gobierno y una protesta frente a La Moneda, tal como hicieron los deportistas. Sin embargo, aquí yace una importante diferencia: ¿quién escucha a los científicos a nivel ministerial? ¿Quién es el ministro(a) responsable de los temas de la ciencia? ¿Cuál ministro ha sostenido “externas jornadas de trabajo” con los principales actores del sistema científico nacional? ¿El Ministro de Educación, el de Economía, u otro de algunos de los ministerios con programas relacionados a la I+D?
Los deportistas de nuestro país merecen el máximo reconocimiento y apoyo (incluyendo recursos que les permitan desarrollar su potencial y talento). Los científicos también, y si bien alguien podría decir que los deportistas reciben menos apoyo financiero, también es cierto que los científicos tienen necesidades distintas (por ejemplo, en términos de costos de equipamiento), constituyen un grupo más numeroso, y su aporte se materializa de mejor forma en contextos en los que el país aproveche el conocimiento y trabajo de nuestros investigadores, lo que requiere amplios recursos. Se hace cada día más evidente la necesidad del ministerio de ciencia e innovación, no sólo para resolver el tema del presupuesto para la ciencia (aunque el presupuesto es una de las herramientas de política pública más relevantes con las que cuenta un gobierno), sino que para reafirmar también el compromiso del gobierno con la ciencia. No es casualidad que Claudia Vera (Presidenta de la Agrupación de Deportistas de Alto Rendimiento, DAR), haya manifestado tras los anuncios de la Ministra del Deporte, que “nosotros hemos ganado mucho más que un acuerdo en el presupuesto. Hemos ganado el compromiso del Gobierno, la unión de los deportistas, la fuerza de la comunidad, el apoyo del poder legislativo, el apoyo de los medios y el cariño de muchos”. Cuesta creer que hubiesen ganado todo eso si, tal como ocurre con los científicos, no tuviesen un interlocutor claro a nivel ministerial.
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