Seamos claros, nuestro principal aporte durante la pandemia es tener paciencia y cuidarnos, evitando exponernos a un riesgo innecesario y lavándonos las manos cada vez que sea necesario, dicho eso, y entendiendo a quienes no pueden mantenerse en la protección de su domicilio, es momento de que apaguemos la televisión y ampliemos la mirada respecto al problema.
¿Cómo podemos informarnos sin ver televisión?, la verdad es que la pregunta es otra, ¿Informarnos o sobre informarnos?, en mi caso particular, vivo fuera de la región metropolitana, por lo que ver las noticias de poco sirve, es más, cuando veo que los capitalinos emigran a regiones para descansar de su gran metrópolis, pienso en las noticias se quedan cortas al transmitir sólo los atochamientos en los controles sanitarios, en vez de investigar la correlación directa entre los brotes epidémicos en regiones, con las visitas de nuestros santiaguinos de siempre.Son varias las personas que ayudan al médico a sacar al paciente adelante y eso, en los medios, no se destaca con la importancia que merece.
Ahora bien, ¿A qué viene el título de esta columna?
Quienes conocemos un poco mejor cómo funcionan los centros de salud, entendemos que ningún médico trabaja solo, es más, ningún médico dispone solo, todo es previamente dialogado con sus pares más experimentados y material bibliográfico, muchas veces importando.
Por eso es importante que ampliemos la mirada y comprendamos que desde el Editor (periodista) del artículo médico, al paramédico que prepara al paciente junto al enfermero, pasando por el kinesiólogo especialista en cuadros respiratorios, son varias las personas que ayudan al médico a sacar al paciente adelante y eso, en los medios, no se destaca con la importancia que merece.
Los Diostores en tanto, esos que adoran la exposición mediática (excluyendo al Dr. Ugarte, quien ha demostrado una conciencia social loable) nos transmiten una visión catastrófica que no sirve de nada, creyéndose dueños de una verdad evidente, que en realidad, no es tal.
Sujetos como ellos existen desde siempre, y ahogan al sistema de salud pública con su ego, ellos son el resultado de autoestimas disminuidas que al titularse tras siete años de estudios, se sienten validados con su delantal, como si les diera superpoderes, ellos son el problema, no la solución, porque tienen ideas enraizadas que van en contra del juramento hipocrático, y son quienes, al estar frente al micrófono, son incapaces de reconocer a todo el equipo profesional que trabaja en pro de los pacientes.
Si, hay algo de molestia en mi columna, quizás he visto demasiada televisión los últimos días, pero ayer, cuando todos aplaudían el gran avance de la terapia hiperinmunizada, escuché a varios médicos apropiándose de un logro compartido, uno donde estoy seguro que hay tecnólogos médicos y bioquímicos trabajando por todos.
Así que eso, más médicos con preocupación por todos y menos Diostores (Diputado Castro es un niño símbolo) que son incapaces de comprender que todos juntos, implica eso, juntos.
Quiero finalizar haciendo una mención importante al Senador Girardi, quien en un contacto televisivo, en el cuál le consultaban sobre la salud de un colega y el riesgo de que él estuviera contagiado, partió por expresar preocupación por su familia, agregando recomendaciones de autocuidado, eso es ser gente, eso hace falta hoy.
Éxito y seamos más humanos, eso es clave.
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