Los hallazgos hasta ahora publicados, y que constituyen el consenso científico vigente, sugieren que el uso ocasional de marihuana para estos u otros fines no pueden asociarse con efectos adversos sobre la función pulmonar.
Tanto el tabaco como la exposición al humo de éste causa daños a los pulmones, con consecuencias clínicas que incluyen síntomas respiratorios graves como obstrucción pulmonar crónica y cáncer de pulmón. De hecho, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el cáncer de pulmón están entre las principales causas de muerte, lo que hace que fumar tabaco sea la más importante causa evitable de muerte. Entonces, si fumar hace tan mal ¿fumar marihuana tiene similares consecuencias en la salud pulmonar? Pues no. Veamos.
El humo de la marihuana contiene muchos de los mismos constituyentes que el humo del tabaco, pero no está claro si fumar marihuana causa daños pulmonares similares a los causados por el tabaco. Estudios previos en fumadores de marihuana han mostrado cierta evidencia de lesión de la mucosa e inflamación de las vías respiratorias (1997;1998), así como un aumento de los síntomas respiratorios como tos, producción de flema, similares a las observadas en los fumadores de tabaco (2002; 2009). Sin embargo, los análisis de la función pulmonar no han podido detectar efectos adversos claros del uso de la marihuana en la función pulmonar, como bien concluyen en «Does cannabis use predispose to chronic airflow obstruction?«, del European Respiratory Journal.
Fumar marihuana es cada vez más común, por lo que el entendimiento de si causa daño duradero a la función pulmonar tiene implicaciones importantes para los mensajes de salud pública y la eventual promoción del uso médico de la marihuana.
En el estudio denominado Coronary Artery Risk Development in Young Adults, CARDIA (En: Journal of Clinical Epidemiology) se pesquisó por 20 años (26 de marzo 1985 hasta 19 de agosto 2006) a más de 5.000 participantes (n = 5115) a los que se examinó tanto su función pulmonar, como su consumo de tabaco y marihuana . Es un estudio longitudinal diseñado para medir los factores de riesgo de enfermedad arterial coronaria en una cohorte de mujeres y hombres de 18 años a través de 30 años, todos saludables en el inicio de éste en 1985 (Más info aquí). Se evaluó la intensidad actual del consumo de tabaco (cigarrillos fumados por día) en cada examen. También se evaluó la intensidad actual del consumo de marihuana (episodios en los últimos 30 días) en cada examen.
¿Conclusión? no se encontraron pruebas de que el aumento de la exposición a la marihuana afectara negativamente a la función pulmonar.
Eso no es todo, en los niveles más altos de exposición a la marihuana se encontró un estancamiento o incluso un retroceso en esta asociación. Por el contrario, las asociaciones que se encontraron entre el consumo de tabaco y la función pulmonar son compatibles con un gran número de investigaciones anteriores sobre las consecuencias pulmonares adversas del consumo derivadas de su consumo. Es más, la exposición al tabaco predice la reducción del flujo respiratorio, anomalías de intercambio de gas, y enfisema.
Los eventuales daños a los pulmones es lo que se podría “creer”, dada la similitud del acto de fumar, pero no es lo que está descrito (al menos en estudios publicados científicos publicados), pues no se registra ninguna obturación pulmonar en fumadores de marihuana, pueden revisar este paper: «Effects of cannabis on lung function: a population-based cohort study«.
Tampoco existe una relación entre consumo de marihuana y cáncer, si no me creen revisen esto: «Cannabis Smoke and Cancer: Assessing the Risk«. De hecho, según este otro estudio publicado en Nature «Cannabinoids: potential anticancer agents» se señala que el cannabis produce el efecto contrario, es decir, que sería un buen agente anticancerígeno.
La marihuana puede tener efectos beneficiosos sobre el control del dolor, el apetito, el humor, y el manejo de otros síntomas crónicos (no lo digo yo, lo dicen en el National Cancer Institute). Los hallazgos hasta ahora publicados, y que constituyen el consenso científico vigente, sugieren que el uso ocasional de marihuana para estos u otros fines no pueden asociarse con efectos adversos sobre la función pulmonar.
Existe cada vez más evidencia científica que encuentra potenciales beneficios derivados del cannabis y, por el contrario, ninguna que apoye las más alarmantes imputaciones de daño físico y adicción que su consumo provocaría ¿por qué no conciliar una política pública sanitaria que favorezca su investigación y despenalice su consumo?. Al parecer la cuestión no es empírica, es ideológica, moral y económica.
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Notas:
1: El paper que analizó los datos del CARDIA (estudio longitudinal de más de 20 años) se hizo un ajuste para resguardar la equivalencia funcional de las variables «intensidad de consumo» para eliminar el sesgo diferencial por frecuencia de consumo de marihuana frente al tabaco.
2: Los estudios aquí citados no son confirmatorios de hipótesis, al contrario, es quien afirma el que lleva la carga de la prueba, por lo que la hipótesis que afirma que el consumo de marihuana provoca daño de la función pulmonar no se ve apoyada por la evidencia. Los papers que enlazo en mi post así lo señalan. Es más, el título del post remite a las conclusiones del paper más reciente, y que dice textualmente «Occasional and low cumulative marijuana use was not associated with adverse effects on pulmonary function», por lo que de sensacionalista no tiene nada.
3: Si les interesa, pueden leer dos post más que he escrito sobre el tema y que complementan éste que acabo de escribir para ustedes: «La ilegalidad de la marihuana no tiene fundamento científico«, y «La marihuana no te vuelve idiota después de todo«.
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