Los chilenos entendimos gracias a la revolución pingüina, primero y las movilizaciones del 2011 después, que hay que realizar cambios urgentes e importantes en la educación chilena, para que sea más justa, más integrada y de mejor calidad.
El camino hoy se ve confuso, sin embargo se mueve.
Uno de los cambios que veo que se producirá en los próximos 15 años, es que los padres y apoderados van a priorizar los colegios y escuelas que están más cerca de sus hogares, idealmente que puedan trasladarse los niños solos a sus respectivas escuelas y liceos y no que tengan que trasladarse por horas en vehículos para poder llegar.
Esto que parece muy simple, implica cambios importantes en el tránsito, en la contaminación, en el descanso y motivación de todos en general y va a ocurrir porque los padres y apoderados se han dado cuenta de que no basta preparar a los niños académicamente para que reciban una buena educación. También incide en el mundo rural, antes acostumbrados a pensar que las mejores opciones de educación se encontraban en las ciudades. Esto a mi modo de ver se quebró.
Se ha planteado en varios momentos que es necesario resaltar el sentido profundo de la educación, aunque hagamos todas las reformas que se nos ocurran si el sentido es el adoctrinamiento de los niños y niñas, es decir que sean obedientes, con gran capacidad de abstracción y de repetir funciones, que memoricen contenidos complejos, que se mantengan en silencio y quietos, de modo de prepararlos para la futura vida laboral, vamos a reproducir los mismos problemas. Hoy el trabajo se centra en lograr un buen desempeño académico y la calidad de la educación se pretende medir en pruebas estandarizadas, evidenciando que hemos perdido el norte, o peor aún que hay una intención de producir personas obedientes y con una gran capacidad de repetir funciones sin cuestionarse. Si esto es calidad de educación, claramente no lo comparto.
Hemos visto destacados profesionales con excelentes rendimientos académicos preparados para estafar, engañar, falsificar, mentir -a fin de cuentas asegurar sus vidas a cualquier costo- también jóvenes con muchos años de estudio con un conocimiento muy específico y con grandes vacíos en muchos otros o peor aún encerrados en su mundo y con graves patologías como hemos visto lamentablemente.
Llegar a la escuela para una niña o niño, puede ser realmente súper traumático. Llega con gran entusiasmo a conocer otros niños y a aprender de todo, de hecho preguntan por todo, por qué esto y por qué esto otro…pero al llegar al colegio, lo primero que hacemos es que deben estar quietos y en silencio la mayor parte del tiempo y comienza un sistema que pretende enseñarle un montón de cosas que tienen que aprender y los calificamos según sus capacidades de retener lo enseñado, es una enseñanza unidireccional, el que sabe es el profe el que debe aprender es al alumno, al poco tiempo tenemos niños desmotivados y sin ganas de aprender…
Esto es realmente terrible.
El sentido pareciera tener que ver con apoyar a los niños en sus capacidades creativas, sus intereses y habilidades, por tanto habilitarlos para que aprendan a generar sus propios aprendizajes y búsquedas, en un contexto valórico que está presente constantemente y que no es solo resorte de los padres y apoderados. Niñas y niños capaces de valorar la naturaleza y las acciones realizadas como cultura humana. En fin de cuentas niños y niñas felices, realizados y agentes positivos para la sociedad, siempre dispuestos a cuestionar el camino elegido.
Si nos concentramos en los intereses y capacidades de los niños y niñas, de sus gustos y ganas de aprender, si bien es más complejo y requiere mayores y mejores herramientas de parte de los docentes, hace que cada niño tenga la importancia necesaria, sus intereses y motivaciones son relevantes e inciden en la clase, el niño se siente contento y realizado.
El intercambio de experiencias y conocimientos y participar activamente en el proyecto educativo al cual está trabajando. Además de ser una herramienta importante en término de gestión, genera un espacio adecuado para estar contento y trabajar duro.
Si además cuenta con el apoyo, la conversación cotidiana y el cariño y respeto de sus padres, a mí me parece que esto podríamos llamar una educación de calidad.
Los niños del mundo rural tienen intereses y habilidades distintas y por ello es importante que terminen su educación básica y media en sus territorios, en establecimientos preparados y dedicados a impartir una enseñanza de calidad y que estén orientados a desarrollar estas capacidades.
En la comuna de Cochamó, comuna 100% rural, nuestros niños a la edad de 12 años tienen que emigrar a otros lugares a estudiar su enseñanza media porque en toda la comuna sólo hay una Escuela que tiene la resolución de educación para impartir la enseñanza media. Teniendo una matrícula potencial de 300 jóvenes, y solo 80 estudian en este Liceo y el resto, es decir, el 73 % de los jóvenes, o dejan de estudiar o viajan a estudiar a Chiloé, Puerto Montt, Calbuco u Osorno. Esto por supuesto afecta a las familias, muchas han abandonado sus tierras, sus vidas por acompañar a sus hijos, pero también afecta al país.
Hoy los padres y apoderados, quieren que sus hijos crezcan cerca de la familia para poder apoyarlos y cuidarlos, porque entienden que una buena educación no sólo depende de un buen rendimiento académico sino que hay valores y principios que se enseñan en la casa y que se fortalecen en las escuelas. Como dice un amigo mío, ”los niños y las paltas lo mejor es que maduren en las casas”.
Por ello que esperamos que en la comuna de Cochamó podamos tener un establecimiento pensado para impartir enseñanza media de calidad y esperamos que no tan sólo esté construido sino que lleno de vida y desafíos.
También observo un cambio en el perfeccionamiento docente. Si bien es vital el camino formal del perfeccionamiento, hay luces claras de lo vital que es la capacidad autónoma de los establecimientos en fomentar el perfeccionamientos docente, desde las necesidades de cada escuela y considerando el equipo humano que trabaja ahí. Hoy los docentes tienen una carga administrativa mayor y una menor preponderancia en acciones que permita mejorar las capacidades pedagógicas y didácticas de su equipo de trabajo. En la época de Frei Montalva se implementó la Red de Docentes y los talleres comunitarios, que promovían este principio con debilidades importantes, como que pocos profesores y más bien académicos propiciaban las capacitaciones y talleres, con un resultado de 5.000 profesores capacitados en 6 años. Se requiere mayor capacidad de replicación. Sin embargo si contamos con una red mayor, donde cada establecimiento escolar desarrolle un sistema de perfeccionamiento docente que “le funcione”, ya sea el modelo Japonés donde los mejores profes exponen sus mejores clases para que las observen sus pares, cada cierto tiempo y en todas las asignaturas, o el compartir didácticas y métodos aplicados, de modo que año a año el establecimiento se vea fortalecido en su trabajo colaborativo y su capacidad autónoma de mejorar su calidad de educación que imparte.
El intercambio de experiencias y conocimientos y participar activamente en el proyecto educativo al cual está trabajando. Además de ser una herramienta importante en término de gestión, genera un espacio adecuado para estar contento y trabajar duro. Invertir en esto. Que cada escuela tenga la opción anual de perfeccionamiento en lo que la Escuela considera que están sus mayores debilidades u oportunidades, financiado y con reemplazo del docente, además una persona encargada de gestionar un ciclo de intercambio de experiencias, clases demostrativas, asesorías, charlas y talleres y fondos concursables para el desarrollo de actividades de perfeccionamiento docente.
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