Siempre habrá Futuros Entornos Alternativos. Una forma de abordar el futuro es a través de la descripción de posibles entornos en los que se podrá desenvolver el ser humano, las sociedades, las naciones o el mundo y, dentro de los cuales se producirán eventos futuros individuales. Un entorno que es atractivo para ser anticipado es el económico, como también lo son el político, el social, el cultural, el ambiental, o algunos ambientes particulares como: el deportivo, el cinematográfico, el musical, el artesanal y muchísimos más.
Estos futuros entornos alternativos se pueden describir de diferentes maneras: a través de indicadores cuantitativos o cualitativos, por medio de relatos, de imágenes y variables descriptoras, y muchas formas más. Pero siempre es conveniente que quien realice la descripción indique el o los métodos que ha utilizado para llegar a sus resultados alternativos.
Avances como el computador o el teléfono inteligente han significado cambios muy importantes en el comportamiento de las personas y en las instituciones y ha logrado introducir transformaciones en las formas de relacionarse. Su impacto es muy notorio y asombroso, cuando miles de millones de personas lo usan en su vida diaria. Esas mismas personas, siguen haciendo mucho de lo antiguo y tradicional del pasado: viven en casas o departamentos, tienen 3 o 4 comidas diarias, se transportan a su trabajo de manera muy rutinaria, trabajan y tienen vacaciones, etc. Es decir, que el tremendo cambio introducido por el computador y tecnologías de la información y otras novedades que nos asombran día a día, es muy muy reducido, y mucho menos de lo que parece. Por lo tanto, hay todo un mundo donde las personas puedan hacer cambios que beneficien a la sociedad nacional y global en su cotidianidad y buen vivir en el presente. En el futuro está casi todo por hacer o por mejorar e innovar.
¿Habrá futuro o futuro(s) para el desarrollo de Eventos y de Entornos? Normalmente nos hacemos muchas preguntas sobre ¿cómo será el mundo que nos rodee?, ¿cómo lo afectará un evento particular (un nuevo invento, una tecnología, un descubrimiento, etc.)? y ¿de qué manera este evento podría alterar el medio o pasar desapercibido?, es decir, que el medio incorpore o no el evento en cuestión?
Hace 50 años no se hablaba de internet. En algún momento, esta red de comunicaciones interconectadas, fue un evento futuro cuya repercusión en el medio entorno fue muy limitada. Hoy, la realidad nos dice otra cosa: es un medio que está en todo el mundo, se emplea masivamente, ha cambiado multitud de ocupaciones y aún tiene un amplio campo para seguir introduciendo modificaciones en las formas de vida de las personas, de las instituciones y del mundo. También, hace más de 50 años ya se hablaba de que el país sería desarrollado al comenzar el siglo XXI. Un evento ocurrió, pero el entorno actual no es el de un país desarrollado y se tienen grandes interrogantes sobre si sea posible o de para cuándo.
En paralelo, es posible imaginar lo que podría ser, por ejemplo, la Región de la Araucanía, Isla de Pascua, Patagonia, Desierto de Atacama, Antártica Chilena en 50 años más si se sigue haciendo acciones como las actuales y a través de esos alternativos futuros (o de los más probables) poder evaluar los pros y los contras de cada uno. Esto podría proveer antecedentes para imaginar acciones concretas que se pueden aplicar desde ya, que intentarán llevar a entornos que cumplan los objetivos que se consideren más idóneos.
Los entornos futuros posibles y alternativos sólo serán ciertos o inadecuados cuando se confronten con la realidad de ese momento futuro. Serán, a veces cercanos a lo que se supuso, otras lejanos o ni buenos ni malos. Pero si se dispone de ellos se podrá trabajar anticipadamente para “mejorar los valores de sus descriptores” y utilizar métodos para evaluar si resultan adecuados, para seguir avanzando en los caminos trazados o para hacer proyectos de cambio. De esta manera, se pueden trabajar futuros eventos que cambien la trayectoria del entorno y lleven hacia realidades potenciales futuras a donde se quiere o se desea ir.
Los futuros de Chile deben trabajarse con métodos y conocimientos probados, con personas idóneas, con la independencia política y la ética propia del profundo sentimiento humano y estar dirigido a la mejora del futuro de los demás, en forma colaborativa, proactivo e innovadora en todos los ámbitos del quehacer nacional.
Por eso es bueno revisar la importancia de las miradas al futuro preguntándonos qué puede ser más conveniente: ¿la exploración astrofísica o los impulsos para crear un entorno donde impere una salud universal, preventiva y de bajo costo versus administración de enfermedades? o ¿Las acciones tendientes a tener una sociedad neo democrática ampliamente relacionada o el almacenamiento de archivos personales o nuevos materiales biológicos? o ¿El desarrollo de sistemas de resguardo de la privacidad personal o el desarrollo de una enseñanza superior de calidad mundial accesible a todos o la big data e inteligencias artificiales o “la internet de las personas”?
Una diferencia entre mirar el futuro como eventos o como entornos, e influir sobre ellos, es que en el primer caso, se busca un resultado que está centrado en el interés de quien o quienes lo desarrollan el evento (y su justo beneficio individual) y que de una, o muchas, maneras ayudará a las personas y, en el segundo caso, mirar al entorno se centra en mejorar las condiciones generales de vida de la comunidad, con los respectivos beneficios sociales.
Dilema Estratégico. Por eso, ¿no se llegará a ayudar a una mayor parte de la humanidad si se trabaja en emprender, pensar e innovar para resolver problemas de prevención de la salud o de traslado humano urbano, para un buen y mejor vivir, o acceder a la educación y las arte los que representan necesidades globales; en vez de hacer avances en eventos particulares a partir de la ciencia y tecnologías ultra complejas, que son muy valiosos, pero para lo cual hay que disponer de importantes y costosos recursos y contingentes de personas ilustradas (masa crítica), que son muy difíciles de encontrar y formar? He ahí también la importancia de contar previamente con una Estrategia Nacional Consensuada ENC de largo plazo para el desarrollo del país y de una autónoma Agencia de Estudios Estratégicos del Futuro (ADEF).
No es menor esta tarea sobre el futuro. Por eso valoramos que se haga un Congreso sobre el Futuro cada año, y los esfuerzos y aportes de otros países. A su vez echamos de menos que esta actividad no sea una labor principalmente del nivel directivo de estado mas allá de su Senado, y que sea una actividad continua y estratégica para el futuro desarrollo del país con una institucionalidad y una organización adecuada, como la que hemos propuesto, sin resultado positivo, desde hace algunas décadas.
Esperamos que, además de institucionalizarse los futuros de Chile se trabajen con métodos y conocimientos probados, con personas idóneas, con la independencia política y la ética propia del profundo sentimiento humano y de trabajar por el mejoramiento del futuro de los demás, en forma colaborativa en un proactivo e innovador ámbito público, empresarial, ciudadano, intelectual, profesional y universitario -hoy al debe- en investigar, enseñar y estudiar sistemáticamente «los futuros» como bases de conocimientos prospectivo estratégico para el desarrollo nacional.
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Patricia Palacios Vilches
Futuro y desarrollo nacional idealmente debería ser efectuado pensando en el entorno. Lamentablemente, en Chile somos cortoplacistas, por lo tanto probablemente se hace por eventos. Políticos y gobernantes necesitan tener resultados rápidos, antes que finalice el período para el cual fueron elegidos. Y la ciudadanía quiere tener soluciones instantáneas. Claros ejemplos se ven en la educación y salud, en donde los resultados se ven a largo plazo. Por lo tanto, solo se logrará cuando se trabaje colaborativamente, sin importar el color político, respetando lo adelantado por el predecesor y que la ciudadanía tenga una visión de futuro, que acepte que quizás no verá los resultados pero sí lo verán sus hijos y nietos.