#Chile 2030

Chile 2030: Soñemos con el fin de una pesadilla

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Mi sueño es un país sin la pesadilla del populismo, en otras palabras sin esa manipulación política que hace valorar más lo emocional que lo racional. Por ejemplo: ¡Hay que hacer reformas para terminar con esto o lo otro! No sabremos mucho cómo, pero el 80% está de acuerdo,  hay que hacerlas.

A un año y medio de aplicar poco y nada las reformas, solo el 20% quiere seguir con ellas. ¡Que levante la mano los que están en desacuerdo con la Constitución de Pinochet! el 99% levanta la mano. ¡Que levante la mano el que tenga otra!! …(silencio).. y por allá unos aparecen pidiendo una asamblea para que “alguien haga otra”.

La mayoría de los papás en el colegio subvencionado de mi hija iban a las marchas porque «¡hay que terminar con el lucro!» Y ahora lo van a cerrar y deben mandar a sus hijos a las escuelas públicas, justamente las que estaban evitando con esfuerzo al ponerlos en colegios subvencionados. Miles de estudiantes de las universidades privadas salían a marchar por «¡gratuidad, gratuidad!» Nadie les dijo que al final parece que era para privilegiar las universidades estatales.

Y así nos vamos dando cuenta de esto al leer toda la historia y ojo, muy transversalmente: «¡Que salga el presidente Allende de la moneda!» «¿Pero cómo, quién lo va a sacar? ¿Y a quién ponemos?» «No sé, no sé pero la mayoría quiere que lo saquen de una vez» «¡El pueblo pide pacificar la araucanía!» «Pero quién, cómo… ¡no sé como pero el pueblo lo pide y se acaba la discusión», «¡Partieron a pacificarla!.

Prácticamente todo lo que la mayoría de ahora considera que fueron errores del pasado fueron aprobados en su momento por mayorías ciudadanas enfervorizadas porque así es cuando se toman decisiones de estado motivadas por manipulaciones emocionales, se inventan fantasmas del pasado o poderes extraños, en lugar de ayudarnos a pensar realmente cómo afectan las decisiones en el futuro.

Comprobaremos así que prácticamente todo lo que la mayoría de ahora considera que fueron errores del pasado fueron aprobados en su momento por mayorías ciudadanas enfervorizadas porque así es cuando se toman decisiones de estado motivadas por manipulaciones emocionales, se inventan fantasmas del pasado o poderes extraños, en lugar de ayudarnos a pensar realmente como afectan las decisiones en el futuro con lo bueno y lo malo que traigan. Mi sueño es que el 2030 Chile se haya liberado de eso. El 2030 el que crea tener una constitución mejor que la vigente en lugar de contarnos cuentos de fantasmas nos la mostrará a todos y explicará claramente porqué es mejor. El 2030 nos habremos dado cuenta que tenemos educación pública de calidad porque habrán millones que pondrán a sus hijos en una escuela pública por opción y no por imposición de un gobierno populista.

El 2030 ya no podrán manipularnos tan fácil porque nos habremos dado cuenta que todas esos cuentos de fantasmas con poderes para manejar al pueblo, impedir la democracia, la libertad y la prosperidad, todas esas barreras las pusimos siempre nosotros mismos, nosotros las hicimos porque existieron sólo en nuestra mente.

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2 Comentarios

servallas

Estimado José Luis, ni el 2030 ni el 2050 cambiará este escenario, el populismo seguirá vivito y coleando, y  las monsergas asociadas seguirán su evolución natural, a mi parecer el fenómeno que enfrentamos día a día tiene su asiento natural en un tipo de cultura, en una forma de ser que quizás viene desde tiempos  remotos, entre otras causas distingo la flojera de pensar por si mismo y la incapacidad de construir proyectos de vida propios, si eso se llegara a cambiar, y ya no actuemos como ganado de quien grita más fuerte o quien promete más dádivas, seremos la cima, el ejemplo en  esta América tan golpeada por el populismo.

    jose-luis-silva

    jose-luis-silva

    Gracias Sergio. Espero que la cultura no sea inamovible. ¿No cree que si se logra una mejor educación la ciudadanía dejará de aceptar que las decisiones de estado se justifiquen en forma tan visceral y poco racional?

    Yo creo que con una mejor educación la gente no comprará estos discursos populistas al comprobar que terminan siempre con un arrebato para salir del paso mas que con una solución real y de largo plazo a los problemas. Nuestros hijos y nietos tienen que vivir en un país mejor Sergio.

    Saludos