El C del bicentenario que se encamina hacia el tricentenario, está transformándose dentro de un proceso silencioso, pero no por eso menos importante.
La sociedad chilena ante estos nuevos desafíos necesita y dispuestos a jugársela por un nuevo Chile. Un Chile que por ahora ve como felicidad las cosas materiales. Hemos olvidado los valores trascendentales, valores que nos identifiquen como sociedad única y no como una mala copia de otra.El Chile que quiero es aquel que me llene de orgullo, donde seamos campeones en solidaridad, integración y verdadera unidad colectiva familiar.
Debemos volver a nuestras raíces, a nuestra libertad mas íntima y . Debemos volver a la alegría , de barrio y de amistad. ¿Cómo lo hacemos? Exigiendo de quienes nos dirigen lo mismo.
Nuestro país tiene en forma todos los necesarios para desarrollar nuestra sociedad. Pero tenemos que rescatar muy importante, y esencial: nuestra identidad nacional, elemento humano importantísimo pues sin él no podemos lograrlo.
El Chile que quiero es aquel que me llene de orgullo, donde seamos campeones en solidaridad, integración y verdadera unidad colectiva familiar. Donde defender nuestra soberanía sea defender estos valores humanos transcendentales.
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