#Política

El conflicto de interés de Camila Vallejo

Compartir

Camila Vallejo acaba de insistir en la idea de que «Lavín no es un interlocutor válido» para los alumnos. Esta idea ya había sido expresada con anterioridad por varios dirigentes estudiantiles. ¿La razón? El supuesto conflicto de interés que el titular del Ministerio de Educación tendría con la causa en virtud de su historia con la Universidad del Desarrollo. El tema se prendió aún más cuando Lavín respondió afirmativamente a la pregunta de Villegas en Tolerancia Cero sobre si éste había recuperado o no el dinero que había «invertido» en la Universidad del Desarrollo.
Aquí Piñera y sus asesores merecen un tirón de orejas. Cualquiera en sus cabales políticos sabía que Lavín en Educación tendría un lastre tremendo si se gatillaba un conflicto educacional universitario. Por muy buenas que fuesen las intenciones del Ministro, era obvio que su relación pasada con la Universidad del Desarrollo iba a despertar suspicacias de su contraparte estudiantil. Es más, con dos dedos de frente política se podía predecir que dichas suspicacias iban a ser explotadas por los dirigentes como una razón para aletargar la posibilidad de diálogo.
¿Tiene Joaquín Lavín un conflicto de interés? El razonamiento de Vallejo y el resto de los dirigentes ha quedado bastante claro. El problema es que sobre la base de esa misma premisa Camila Vallejo (y un gran número de dirigentes estudiantiles) también lo tienen.
 
¿Por qué? Precisamente por su militancia política. No me malentienda. Creo que es rescatable que se empiece a participar en partidos políticos y sus respectivas juventudes desde que se cumple la mayoría de edad. Sin embargo, es lógico preguntarse: ¿ante quién responde efectivamente un militante?
Y esto no es un tema menor. A muchos les generó molestia el carácter empresarial de una gran cantidad de personeros del Gobierno, incluido el Presidente, precisamente por el temor de que éstos tomaran decisiones cuidando los intereses de su entorno económico, en desmedro de los intereses de la sociedad, era una preocupación más que atendible.
Por lo mismo muchos exigieron al Presidente que abandonara sus intereses económicos en LAN, Colo Colo, etc., como también se le exigió a ministros, subsecretarios, intendentes, seremis, entre otros. ¿Por qué entonces no podemos exigir lo mismo a nuestros dirigentes estudiantiles? Como mencioné más arriba, es sumamente razonable preguntarse ante quién responde un militante que además es dirigente. ¿Responde ante los intereses de su partido o los del grupo que lo eligió? No lo podemos saber.
Y el problema es que este tipo de cosas genera suspicacias y muchas veces sospechas fundadas. Dígame mal pensado, pero no soy lo suficientemente ingenuo para creer que la presencia de Jaime Gajardo, militante del PC, y de la bancada parlamentaria del mismo partido es una alegre coincidencia.
No estoy en contra de mejorar las deficiencias que actualmente presenta la educación en nuestro país, no es esa mi intención con esta columna. Esto lo escribo porque creo que es importante dejar en claro que la transparencia es un camino de doble vía, un camino en el que si se exige transparencia en los intereses del contrario también hay que ser transparente en los intereses propios.
Si estamos hablando de mejorar la educación del país, y si efectivamente esto llega a buen puerto, es fundamental también regular la transparencia de los gobiernos estudiantiles, procurando evitar que sus dirigentes presenten conflictos de intereses con partidos políticos u otras organizaciones que pudiesen mermar la imparcialidad deseada en ellos. Una buena forma de hacerlo sería mediante la incompatibilidad de la militancia actual  o pasada (a lo más un año antes de la elección) al momento de ser elegidos.
Todos sabemos el importante rol que han alcanzado los gobiernos estudiantiles a lo largo de la historia del país en tiempos de democracia, y siendo realistas, es muy probable que su poder e influencia se siga acrecentando con el pasar del tiempo. Sin embargo, el poder implica responsabilidad y regulación, y los dirigentes estudiantiles no escapan de dicha premisa.
Sé que a aquellos que les gusta la política les resultará particularmente difícil decidir entre actuar en un partido político o actuar en los gobiernos estudiantiles. Sin embargo, dicha división de intereses es necesaria, en pos de la transparencia y de la adecuada protección de los intereses de aquellos que lo eligieron para estar allí.
* César Miranda es vocero de Red Liberal
—————

¿Por qué entonces no podemos exigir lo mismo a nuestros dirigentes estudiantiles? Como mencioné más arriba, es sumamente razonable preguntarse ante quién responde un militante que además es dirigente.

80
86

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad

Comenta este artículo

Datos obligatorios*

80 Comentarios

iselles

Lo primero que quiero señalar es que ver a 100.000 o 200.000 personas en la calle pidiendo mejoras en la educación me produce un sentimiento agradable. Como la mayoría de la población, coincido en la justicia de la indignación de los estudiantes con el estado de la educación (toda, no sólo la universitaria), y espero que no termine en un informe de expertos que no es tomado en cuenta al momento de realizar los proyectos de ley correspondientes.

Al mismo tiempo, tengo un ligero sabor amargo cuando escucho que cada día suma más exigencias, muchas de las cuales las considero o exageradas o fuera de foco, y me preocupa que finalmente el objetivo sea cómo ciertos sectores políticos inflingen una derrota al gobierno a propósito de los estudiantes, que cambiar el estado lamentable de toda la educación. Pensado así, me hace sentido el potencial conflicto de interés entre ser militante de un partido y ser dirigente estudiantil, aunque no estoy seguro se representa un real conflicto de interés, o si es parte del juego democrático. Mal que mal, si en algún minuto Camila Vallejos o quien sea se extralimita en el rol de militante, son los propios estudiantes que la apoyan y a quienes representa los que tienen el deber y el derecho de cambiarla por otro dirigente.

Sin embargo, a mi, más que el problema de conflicto de intereses, me preocupa la representatividad de la CONFECH. Desgraciadamente, la página de la CONFECH está caída, y no he encontrado otra fuente, pero tengo la impresión que en la CONFECH no participan los estudiantes de las universidades privadas no-CRUCH, donde estudia mas o menos el 60% de los estudiantes universitarios, y me cabe la duda si este grupo adhiere a las exigencias hechas al ministerio de eduación referidos a un privilegio estatal a las universidades del CRUCH, y en particular a las estatales.

Lo segundo que me preocupa es que hace tiempo que las exigencias de la CONFECH superaron el ámbito de la educación. Cuando se pide la renacionalización del cobre, se está pidiendo algo que está mucho más allá de una demanda estudiantil e incluso de las competencias de un ministro de educación. Eso es propio de un programa de gobierno, y aunque hubo al menos un candidato que proponía algo por el estilo, ese candidato no logró la presidencia y ni siquiera llegó a segunda vuelta.

    cesar-miranda

    Gracias por el comentario Iván. Planteas puntos que son relevantes a considerar también.

mauriciocisterna

Hola, la verdad me parece poco asertivo tu comentario, son cosas diferentes, como representante estudiantil nosotros solo llevamos las voces de las bases, en este caso Camila no dice nada que no se haya hablado en las sesiones de la CONFECH, a lo cual ella solo hace de vocera. El tema de la militancia es algo muy personal, no hay que mal agradecer el aporte que la política ha hecho a los movimientos sociales y a gran organización que hay fuera de las grandes revueltas sociales, la política es todo el año, no solo en las movilizaciones, y eso si lo hacen los partidos políticos, de los cuales se tiene tanto recelo hoy, lo que es una gran moda. Muchos saludos, se despide un dirigente estudiantil que no tiene militancia, pero si rescata el trabajo de las juventudes de los partidos.

    acertijo

    Si estás adentro y sabes lo que plantean, contéstame y aclárame esto por favor:

    ¿Por qué dentro de los petitorios no se solicita modificación alguna a la calidad de los docentes?
    Por ejemplo: ¿Por qué no se pide poder cambiar o despedir profesores que sean calificados como ‘malos’ o ‘mediocres’ o ‘insatisfactorios’?

    Una consulta: ¿Sabías que los profesores malos o mal evaluados no pueden ser despedidos como cualquier trabajador ya que cuenta con inmunidad laboral con el Estatuto Docente?

    Esa es mi pregunta: ¿Por qué dejan afuera de los petitorios el mejoramiento a la calidad de los docentes que contratan e imparten clases en colegios públicos?

    Gracias

    cesar-miranda

    Hola Mauricio. El tema no pasa por desmerecer ideologías, para nada.

    Sin embargo creo que el conflicto de interés que tiene un militante frente a las órdenes de partido no son menores y deseable – normativamente – que no lo tengan.

    Un cordial saludo y éxito en las movilizaciones.

sandorkrasna

Harto charcha tu columna cumpa, en la buena onda eso si.

Tu articulo tiene dos contradicciones que se caen de maduras, y que casi tod@s te han comentado:

– El poder político es una cosa y el poder financiero es otra cosa; ¿Los políticos son unos vasallos de los banqueros? ni dudarlo ¿Lavin es un banquero educacional? o sea… ¿Camila Vallejos tiene cuentas en Suiza? No lo creo

– La estructura política de las «democracias modernas» se sostienen sobre los partidos políticos. ¿Todos los partidos y organizaciones políticas tienen el mismo poder? Nola ¿El partido comunista es una máquina ideológica comecerebros? Hartazo…basta con haber pasado por la U o participar en una junta de vecinos, o más cercano aún: ¿Cual es la capacidad de control social y político que tiene la «Red Liberal»? Disculpando, pero no creo que sea muy fuerte.

No nos hagamos los mermelás de guinda; si hasta tu lo dices en la sección «quienes somos» de tu Red Liberal:

«Red Liberal es un espacio político que pretende reunir [OOJO!! OOJO!!] la mayor cantidad posible de ciudadanos que se sientan liberales y construir de manera democrática, horizontal y descentralizada una opción política, un referente político o, [OOJO!! OOJO!!] si somos suficientes, un partido político.»

Perdonando, déjame decirte que tu visión organizacional es bastante más instrumentalizadora que la de Camila Vallejos y todos los satánicos dirigentes estudiantiles y gremialistas que pintas en los cinco parrafos que escribiste arriba. No sé si el objetivo último de Camila vallejos y todos l@s anonymous que andan hoy por las calles es control político organizado. Al parecer el tuyo si, o quizas, la duda otorga, estabas en el mismo estado de lucidez cuando escribiste esta columna y la declaración de principios de la «Red Liberal».

Las ideas, se enfrentan con ideas. El poder financiero y las redes de influencia que el dinero teje son más dificiles de cortar. Es cosa de leer cualquier libro de historia de cualquier período histórico de cualquier lugar del mundo.

pd: Mi nombre real no es Sandor Krasna…o si. Como prefieras.

    cesar-miranda

    Hola. No respondo comentarios con usuarios falsos, precisamente porque creo que para discutir estos temas se requiere sinceridad.

    Sin embargo sólo comentaré una cosa (y será la última): mi dilema no es con la ideología de Camila, Mi dilema es con el conflicto de interés que una militancia.

    La militancia no sólo implica adhesión ideológica sino disciplinaria. Un militante puede recibir beneficios si obedece órdenes o presiones de partido, como también puede ser sancionado, formal o informalmente, si no las sigue.

    El caso del concejal ex PS de La Florida, o de Fernando Meza son el mejor ejemplo de qué sucede cuando un militante no obedece.

alonso-meza-henriquez

Me parece que las perspectivas de discusión que han aparecido respecto a todos los temas son de una gran riqueza y no merecen ser desvalorizadas por el simple hecho que el pensamiento del otro no es acorde a lo que yo pienso. Esa es una medida bastante dictatorial de ver las cosas.

Ahora, respecto al conflicto de interes. Si bien el conflicto de interés del Ministro es totalmente opuesto al de la Presidenta de la Fech, no es menor. Por un lado, el Ministro responde de acuerdo a su parcialidad que le da el haber gestado y lucrado con una universidad privada y que hoy por hoy, no solo está consolida en el mercado, sino además es una de las que más ganancias genera. Desde ahí, que su llamado a la transparencia en vez de terminar con el lucro, da cuenta de falta de objetividad que posee.

Pero también se da en la Presidenta de la Fech, Y esto no es solo por la aparción «concidente» de importantes parlamentarios políticos de su partido, así como tampoco de dirigintes de su mismo bando. Sino por el hecho que de una reforma a la calidad de la educación, pasamos a una reforma constitucional casi dentro del petitorio.

Da para suspicacias respecto a la verdadera motivación del movimiento estudiantil. Si efectivamente están buscando una reforma de fondo, o si están aprovechando «la moda» para ostigar al gobierno y causar revuelo popular.

Todos tenemos una idelogía, una tendencia, una perspectiva a mirar el mundo desde un punto determinado. El que dice que no tiene ideología, desde el momento de su negación, que ya están dando cuenta de cuál es la suya. Entonces, una ideología política no tiene nada de malo. Si una perspectiva determinada nos permite generar objetivos y metas comunes que vayan en beneficio de muchos, ¡bienvenido sea! El problema está en cuando esa ideología nos impone objetivos y que nosotros acatamos. Y esto se vuelve peor, cuando acatamos de manera consciente, sin darnos cuenta siquiera si acaso estos objetivos provienen de nosotros mismos o de afuera.

Y para mí, ese es el conflicto real intereses de Camila Vallejos. Lo ha demostrado públicamente. Sus objetivos ya trascienden el plano de la educación, ya es un tema de gobierno, ya es político. Cambiando drásticamente el foco de la movilización. Por lo mismo, que es de esperar que el movimiento pierda fuerza, porque los mismos estudiantes ya se están percatando de eso y no están de acuerdo con la mirada que se ha impuesto desde los dirigentes. Como dice el autor de la columna, el movimiento tendría una mayor fuerza si se respondiera netamente a necesidades del alumnado en general, de la educación y no que hubiera motivaciones y objetivos de personsa totalmente ajenas al movimiento.

    sandorkrasna

    lo que llamas «necesidades del alumnado en general» me suena tan parecido a «los verdaderos problemas de la gente» de Lavin…

    Cuando dices: «Sus objetivos ya trascienden el plano de la educación, ya es un tema de gobierno, ya es político» ¿Que acto social orientado a definir las relaciones de poder dentro de una comunidad no se construye sobre una dinámica política?

    El argumento es gracioso: cuando la sociedad civil organizada construye un discurso político medianamente coherente, socializado, horizontal, con todas las imperfecciones y contradicciones que naturalmente tiene (nada raro; me parece que a ningun@ se nos enseña a cambiar el mundo en el sistema de enseñanza formal) el problema es que el «movimiento esta politizado». Disculpame pero ese es justamente el discurso de la UDI y su famoso gremialismo y la no-política de Lavin. Como decías: «una ideología política no tiene nada de malo».

    Este es el punto del asunto: La estructura del poder político esta mutando, y quieran o no quieran, la sociedad civil de a pie, politicamente activa y conciente, se ubica más a la izquierda de lo que muchos querrían. Los movimientos ciudadanos de los últimos meses, el 15m en Espanya y los movimientos de liberación en el magreb y el norte de africa han utilizado estructuras asamblearias ¿Extraño no?

    Quizás el problema es que hemos estado tantos años adentro de una jaula, que ahora que las cosas se empiezan a desordenar un poco y empiezan a aparecer y legitimarse socialmente las dinámicas y estructuras de organización del poder que tradicionalmente ha utilizado la izqueirda, algun@s se sienten un poco mareados.

    Afirmense, por que ya no hay vuelta atrás.

    cesar-miranda

    Muchas gracias por los comentarios Alonso. Si bien tocas puntos que son relevantes, optaré por hacerme cargo sólo del conflicto de interés en esta ocasión.

    Un cordial abrazo.

    alonso-meza-henriquez

    Es exactamente eso. Tal cual ocurrió en la revolución pingüina del 2006, la energía creadora ese movimiento partió netamente desde el agotamiento de la aceptación de la realidad cotidiana por los propios estudiantes. Y eso hizo movilizar a todo un país, generando un movimiento social que fue sencillamente espectacular.

    Pero que terminó abruptamente y con muy pocas ganancias, por no decir ninguna, cuando intervino un partido político y logró que por lo menos 2 líderes se bajaran de la vocería, sin dar explicación alguna. Ahí, para todos quedó claro que algún tipo de telefóneo hubo, ya que César Valenzuela pertenecía a las juventudes políticas del PS y era uno de los que lideraba el movimiento en gobierno de Bachelet, también PS.

    Ahora ocurre un escenario similar. Solo que a mayor magnitud. Ya no son solo los estudiantes secundarios lo que están movilizados, sino todos, en conjunto, colegios municipales, particulares subvencionados, particulares, universidades estatales, privadas, centros de formación técnica, etc. Y eso da cuenta del total repudio a un sistema en sí que está agonizando y próximo a estallar en una crisis severa.

    Pero no hay que ser ciegos. Existen voluntades políticas detrás de esto. En especial de Camila Vallejos. Si eso no fuera así, desde su discurso quedaría totalmente claro y de manera explícita que sus demandas son por la educación y no de un partido político. Si caemos nuevamente en las comparaciones horrendas, en el 2006 nunca hubo un parlamentario de algún partido que participara en los movimientos de los líderes. Ellos msimos no lo permitían.

    El tema está en que este movimiento para que siga creciendo, es de vital impoprtancia que siga siendo de la gente, de los estudiantes, todo y no de un partido político. Y para tal, desde el simple discurso, que no se debe hablar de política. Si no, se transforma absolutamente todo.

    Este movimiento tiene toda la facultad para no solo emular, sino superar y con creces el movimiento que está ocurriendo en España con los «indignados», pero es necesario que siga siendo de la gente y no de los políticos. Saludos.

amigopintor

Ya, para no quedar como Juanelo.

Si seguimos la lógica de la columna, el ministro Lavin y Piñera no solo deberían renunciar a las empresas que pueden representar un conflicto de interés, si no que también a sus partidos e ideologías políticas.

amigopintor

Y si nos ponemos mas quisquillosos Lavin ademas debería dejar de ser Opus Dei, ya que también existe la posibilidad de que el ministro responda a intereses religiosos y no a los intereses colectivos de los ciudadanos.

    cesar-miranda

    Ese es un buen punto. Por lo mismo se normativizó dicho conflicto de interés con la separación Iglesia-Estado.

    Y eso es lo que yo propongo, regular los conflictos de interés.

    Slds.

jorge1812

Creo que esto quizás se resuelve con una pregunta: Si Camila Vallejo fuera una militante de un partido de la Alianza o la Concertación, y sus demandas fueran similares o iguales a las actuales ¿Estaría el presidente de los profesores junto a ella? Por ejemplo. O ¿Se consideraría legítimas sus demandas o se la miraría con desconfianza?

    cesar-miranda

    Jajajajaja, muy buena pregunta!

    danielg

    danielg

    Ya….tu campo de pruebas es débil. Por que no dices lo mismo de mister supernumerario Lavin? o a acaso crees que él no persigue sus ideas de la misma manera.
    Si Camila cae, habrá otro que la sustituya y ,oh sorpresa, no será comunista, quizás será solo un puto estudiante sin «idiología», y eso es el miedo de aquello que quieren las cosas como están.
    Mijo preguntate esto ¿para que quieres ciudadanos educados en tu país?