La intuición primera, como debe ser, lo dice (casi) todo. Los análisis y argumentaciones la quieren “explicar”…
“Toda la vida”: por 1986, en plena ocasión del Oscuro Mongol(1) –ese entrañable que acompañó al susodicho un par de años–, se escribía en una solapa:
“La cuestión tan contemporánea de la fragmentación
del hombre, y de la desaparición de los maestros de cultura,
son tratados en estas páginas con
la profundidad de la experiencia y la levedad del poeta”
Treinta y nueve post descubro: esa “experiencia profunda” no fue sino de alguien de 31 años, sin siquiera haber imaginado la “filosofía universitaria” en algún horizonte. Apenas un poeta desconocido y siempre; todo se salva por la levedad: la oscuridad de esa breve e interminable época sostenía, pues, la más intensa de las “illuminations” –si seguimos al amigo A. Rimbaud, más joven aún, y su recueil de poèmes aparecido post, en 1871.
Entonces, a fines de los ’80, pareció aparecer en esta vida el único al que he podido llamar: “uno-de-esos”. Llegué orientado por alguien que años después recibió el Premio Nacional (chileno) de Humanidades –y cuyo mérito expreso solo en dos: que me dijo “Anda a Chile-España 555, donde Jaime”; y era un excelente profesor-repetidor universitario, amigo de algunos grandes como Violeta Parra, pero nada de creador sino mucho de acomodarse y un “no-conflictuar” muy chilenito en su alma…
El señalado fue Jaime Quintanilla –que se murió hace unos 15 años y “joven aún”; lo que en una persona tan ocupada por la salud en todo respecto como era (o dicen que fue), esa desaparición me causó al tiro una inquietud.
Igual, por los ’80 pasaba por un fin del camino y las imágenes personales de automuerte requerían urgencia. Parece que Jaime salvó ese camino. Su enseñanza esencial era en clases de tai chi y yoga. Nunca conversé una verdadera conversación con él. Recibía su sabiduría como “emanación” del cuerpo en movimientos y de una voz muy baja.
En verdad –y al contrario–, parecía que sus “momentos de preguntas/respuestas” al final de las clases estaban repletos de frases que me sonaban estrafalarias y archimetafóricas, de las cuales solo percibía molestia.
Por casi 20 años (quizá) fui solo a esas clases. Comencé a combinarlas con otros profesores de artes corporales orientales, pero ninguno causó la misma impresión.
Sanaba almas por los cuerpos: Jaime Quintanilla comprendía en su hacer, no en su decir
Luego volé: llegué a bailar como única ocupación vital, nunca supe algo más de Jaime y, post, me matriculé en filosofía para aprender a pensar de verdad.
Ocurrió aquella epifanía (dicho por Marcelo González, Letras UC), “de-sol”. A fines de 2023, en una casualidad interesante, pero muy lejana, supe que “hace años se murió”. Casi inmediatamente tenía ya la decisión clara: debía escribir su vida y enseñanzas…
Un mes después tenía entrevistas con personas que podemos considerar “discípulos y discípulas” –y con él formaron un grupo de bailes callejeros en tradiciones indígenas, el TUN, que al parecer impresionó al mismísimo Andrés Pérez (gran director de teatro chileno: La Negra Ester, 1989). Además, vivían “en común”, en la misma casa y en habitaciones diferentes por parejas heterosexuales.
He ocupado casi dos años en conversaciones con esos cercanos al Jaime. Los resultados resultan frustrantes y acrecientan la sospecha: de tres mujeres y un hombre contactados y conversados por meses, todos, uno tras otro, han renunciado a proseguir conversaciones y ahondar en las características de la vida y legado de JQ. Mis consultas y reflexiones en la marcha los van perturbando, pareciera…
Decía que intuí hace mucho que no había en la cultura alrededor –entonces la de fines del siglo XX–, eso que es esencial para que haya vitalidad y verdad cultural: maestros.
Pareciera de pronto, 40 años después, que la illumination se confirma. Tampoco pareciera que Jaime lo fue –lo lamentaría mucho porque la soledad cultural (no la psicológica) aumentaría. Pues hay sol. Me explico: entonces hay abundancia de fuerza y saber.
¿Cuál fue la intuición respecto de aquel “Jaime”? La de un individuo que ha comprendido algo de lo más intenso de esa “fragmentación” moderna; que “sanaba almas por los cuerpos”.
Esa fragmentación que supo Hegel: la escisión que había puesto Kant como sujeto/objeto y mundo. Entonces había que escribir: JQ comprendía en su hacer, no en su decir. Cuestión bastante coherente con esta sabiduría derridiana llamada: logocentrismo: que haríamos mejor en creer menos en las palabras y no dejar que la cultura moderna nos enferme con su afán de “convertir lo real en palabras fuertes”. Logos pero no logocentrismo: esta ecuación.
En fin, todo va caminando. Como que esto se escribe en solitario en Copiapó, Región de Atacama, y culminando un viaje que tan solo propone el pensar como fiesta. No como los “problemas & ausencias”, los “análisis y críticas” que apasionan a los aburridos contemporáneos.
(1) Me refiero a “La serie del Mongol”. Libro en poesía “experimental” pero “intuitiva”, de 1987. Fue diseñado con excelente oficio por un Vicente Vargas que par ahí andará, e impreso, “clandestinamente”, con los auspicios de una connotada política contra la dictadura (se dice que imprimían estas cosas “de noche”). Otra clandestinidad fue la del autor presupuesto de esos textos. Del Oscuro Mongol sólo hay señas de media-luz. Post este libro, por años y años, nada se supo –y aun hoy si se sabe algo resulta incierto.
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Fernando Viveros
Buenas. Como usas «Dios» –lo cual es religioso y monoteista–, prefieres Dios a sol… Tus palabras me resultan muy explicativas. Buenas para ti, sin duda, demasiadas pa’ mi, sin duda.
Insistes en una cosa con cuatro –que sol/abundancia/saber/fuerza–, será… El asunto es sencillo: ¿hay hoy personas sabias, o hay puros inteligentes repetidores de sabios-que-fueron?
Además, ¿sabes quién es ese premio de Humanidades chileno reciente? Slds ….
Nkjnvfdioji
No…
Si hablo de Dios, no hablo de religioso ni de monoteísta, y si encasillas lo que lees de esa forma, creo que eso puede reflejar en parte tus posibles prejuicios…
Si hablo de Dios, hablo del Creador, del proveedor de energía, el dador de vida, de sabiduría, inteligencia, abundancia, fuerza, poder y vida eterna, cosas de las que algunas de ellas fueron citadas por ti…
Si validamos como cultura la existencia de dioses solo porque representan culturas, hablamos de validar a grupos humanos chiflados que llegaron a pensar, o piensan que una estatua hecha con sus manos es un dios, y quizá tú podrías decirme si a uno de ellos le fue dado el premio de humanidades…
En Dios habita toda plenitud, de sabiduría y de inteligencia y tal vez un sin fin de cosas más. Al hablar de sabiduría y otras cosas que le son tan propias a él, solo quise hacerte mención al maestro de la ciencia del bien y del mal, como un maestro mayor al que buscas de cultura…
En cuanto a si hay personas sabias o solo existen repetidores de sabios, depende de cómo entiendas la sabiduría. Para la Biblia el principio de la sabiduría es el temor de Dios, temor del fuerte y valiente que vive para siempre, temor al Temible, ya que él hiere y él sana, da vida y la quita, porque suyos son todos los corazones que palpitan… Luego, quien tema a Dios puede ser visto como alguien que ha emprendido el camino de la sabiduría…
También podemos ver a la sabiduría como la suma del conocimiento al que nuevas personas le añaden una pequeña porción. Por ejemplo, seguramente Carlsen juega mejor que Capablanca o Alekhine, luego de haber visto sus partidas…
Espero que yendo por ahí encuentres lo que buscas…
Hufhhnij
Jfhfhf
Yendo por ese camino de seguir a los campeones del tablero, solo hay que aplicarlo a nuestra propia área de interés.
Cultura para el caballero, por favor, jaja…
Solo hay que poner de parte propia para lograrlo, no siempre viene gratis…
Luego, está esa porción de talento especial dada solo a algunos, que los hace maestros en algún área; otros, por más que se esfuercen, simplemente no podrán, porque no es su talento… Y, la gracia de los talentos es que estén repartidos en todos para que todos se beneficien de todos, tal como puede decirse que sucede dentro de la iglesia con los dones que tienen las personas…
Quizá sea hora de que consideres que no encontrando maestro de cultura, tal vez ya seas uno… Cualquiera que lo haya sido fue muy similar a ti, con la diferencia del talento, del que sabemos que es distinto en todas las personas, ya que no hay dos iguales, así como tampoco ha de haber dos ADNs iguales…
Siendo un poco más sincero, me llama la atención la tremenda sartenada de cosas que puede llegar a decir el ser humano y me digo, sí, es cierto que hay personas que basan su vida en las filosofías y en las huecas sutilezas de las que habla la Biblia y, ¿qué tienen ellas de particular?
Lo que tienen de particular es el engaño…
Luego, por mi talento te estoy colocando una luz en tu camino; así como tú llevas tu luz y la compartes con tu talento, yo también te comparto la mía…
Hdhdhdhdj
Mira, tú dices: “Pues hay sol. Me explico: entonces hay abundancia de fuerza y saber.”
Veamos, sol, abundancia, fuerza y saber…
Compara:
Dios es fuego (luz eterna más allá de esta vida). Lo puedes comprobar acudiendo al manual de la vida, que es la Biblia.
Es en Dios en quien habita toda abundancia, ya que suya es toda la creación y conoce a cada una de sus criaturas.
En cuánto a fuerza, la sola pasada de la gloria de Dios ocasiona terremotos, fuego, viento que despedaza las peñas y un silvo apacible al pasar.
En cuánto a saber, ¿¡qué cosa hay más sabia que la sabiduría y la inteligencia de Dios, con la que hizo los cielos y la tierra!?
Luego, esa especie de cuarteta de sol, abundancia, saber y fuerza, a la que entiendo que le atribuyes un hito de motivación personal, y en especial su presentación tan sin aviso, me hace reflexionar en … la fuente de origen de ese sol, abundancia, saber y fuerza, y asumo que esta es para ti la fuente del conocimiento desde donde has adquirido conocimiento para evolucionar en tus reflexiones a medida que añades nuevos datos e intentas procesarlos y encajarlos en algún esquema que retroalimente la motivación por seguir completando espacios y, en una rueda sin fin, acudes a interminables recovecos del saber llenos de sutilezas, y tal vez de huecas sutilezas que hacen de ese sol, de ese motor de la motivación, una bruma, a veces intempestuosa y quizá sin dirección, que te arrastra hacia desolados páramos y yermos que no traen consigo una valoración de tu viaje hasta allí más que el dolor de haber leído interminables líneas con bravas olas de aquellas sutilezas espumantes y aneblinadas que empapan y llegan a envolver y aveces se llevan consigo lo que encontraron a su paso…
El único fuego eterno y llamas eternas y luz eterna es la que emana de Dios que da fuerza a su creación y saber a sus criaturas en abundancia… En su conocimiento y el de su Hijo estriba la vida eterna…
Si alguna vez tuvieras la oportunidad de hablar con un filósofo famoso, el más afamado si quieres, ¿con quién escogerías hablar?
Comparativamente respecto de esa conversación que pudieras tener con aquel afamado, en la búsqueda de la vida eterna que hay en el camino de Dios podrás hablarle al Rey de reyes y Señor de señores directamente…
Ya hablando con él, encontrarás al maestro…