Se ha suscitado un gran debate a partir de la demanda de médicos extranjeros que solicitan que el Examen Único Nacional de Conocimientos Médicos (EUNACOM), sea eliminado o modificado, porque una alta proporción de los mismos han sido reprobados, incluyendo a algunos que llevan varios años de ejercicio en Chile. Esto es muy grave, ya que perjudicaría la disponibilidad de médicos para la atención primaria de salud y, por lo tanto, solicitan facilitar la certificación para ejercer en Chile.
El problema del Eunacom es que si no se liga al desarrollo de la APS, y la falta relativa de profesionales en ese campo, no va a tener nunca solución.
Los controles para el ejercicio de la medicina y otras profesiones de la salud, son cada día más estrictos en todo el mundo y ello está plenamente justificado porque se ha demostrado que los errores en la práctica de la atención médica son frecuentes. Hay un informe del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos- NIH, que atribuye que cerca del 30% de las muertes que se producen en ese país sería por procedimientos médicos, muchas veces innecesarios o injustificados. En consecuencia, no sólo es necesario tener una sólida formación en el conocimiento de la patología, de la terapéutica y de los procedimientos, sino también ético, para limitar los procedimientos médicos y la administración de medicamentos a aquellas situaciones que realmente lo requieran, donde el beneficio para los pacientes va a ser indudable.
Siendo pertinente mantener este tipo de controles, podríamos cuestionar la forma en que se hacen, que es una de las críticas que se realizan, en el sentido que la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (ASOFAMECH), sería parte interesada que, para destacar la formación de los médicos que han estudiado en Chile, exigiría demasiado a los médicos extranjeros. Sería pertinente nombrar a un grupo de trabajo de expertos, independiente de la ASOFAMECH, designado por el Ministerio de Salud, para que examine el tipo de pruebas, prácticas y teóricas, a que se somete a los médicos chilenos y extranjeros, con el objeto de establecer si efectivamente este examen favorece a los primeros y no es el adecuado para evaluar a los médicos extranjeros.
Sin embargo, hay que preguntarse ¿Qué tipo de profesionales necesita el país? Chile, con un perfil epidemiológico dominado por las enfermedades crónicas, que representan más de dos tercios de la patología de la población chilena, necesita un tipo de medicina que no necesariamente es una medicina tecnológica, sino que también necesita mucho de la capacidad que tenga el sistema de salud de acercarse a los pacientes, de acompañarlos. Una persona que empieza a ser diabético a los 50 años o hipertenso, o que padece una depresión, lo más probable es que los próximos 30 años mantenga esa condición, y que por lo tanto, es necesario extremar los cuidados para impedir que estas enfermedades produzcan complicaciones discapacitantes o muerte prematura. Ese tipo de ejercicio profesional requiere también un examen en el cual no sólo tienen que evaluarse competencias cognitivas, sino que también la capacidad de comunicación, de empatía y de proximidad para crear los lazos de confianza necesarios para el manejo de estas condiciones crónicas, que como señalábamos, pueden durar más de 30 años.
La posibilidad de evitar las complicaciones surge, básicamente, en la Atención Primaria de Salud, APS, que se brinda en la salud municipalizada. Esta, que es cercana al domicilio, que debería ser fácilmente accesible y de buen trato para los vecinos-pacientes, no está cumpliendo su rol, porque pacientes que están controlados por las condiciones crónicas que padecen, no logran evitar las complicaciones. Por ejemplo, la diabetes produce el mayor número de casos de insuficiencia renal que necesitan de diálisis y esto representa un gasto superior a 200 mil millones de pesos al año para FONASA, gasto que podría disminuirse mejorando la capacidad de prevenir las complicaciones de esas patologías. En consecuencia, el seguimiento cercano, establecer lazos de confianza y la transmisión de conocimientos hacia los pacientes, es una necesidad, para mejorar la calidad de vida de los mismos y evitar las complicaciones discapacitantes o que producen mayor mortalidad, logrando además mejorar la eficiencia del sistema de salud.
Se espera que el aporte de médicos extranjeros favorezca a la APS municipal; esto es parcialmente verdadero, por cuanto muchos de los médicos extranjeros que obtienen su licencia para ejercer la medicina en Chile, una vez que han logrado establecerse, identifican un nicho de actividad donde ellos podrían ejercer en forma privada, o en una institución privada, y abandonan la APS y su comportamiento no es radicalmente distinto al de los médicos chilenos, que consideran la APS como una estación de tránsito hacia la búsqueda de una formación especializada, que por una parte tiene más prestigio, brindaría mayor competencia profesional, pero sobretodo es la que genera más ingresos. En efecto, los mayores beneficios económicos en el ejercicio de la medicina se producen en las especialidades y no en la medicina general. La distorsión producida por esta situación de mercado hace que muchos médicos jóvenes y así también muchos extranjeros, busquen alejarse rápidamente de la medicina general y obtener una formación en medicina especialista, que les garantiza un mayor ingreso. En consecuencia, si tomamos en cuenta estos factores, lo importante es, cómo generamos una carrera en la APS, para que los pacientes de esos servicios no se vean expuestos a la situación en la que el médico que los controla está ahí por un año, o con suerte, tres años, cuando lo que necesitan es tener un médico que tenga mucha mayor permanencia, con el cual establezcan relaciones permanentes y que estén basadas en la confianza y empatía. Por lo tanto, hay necesidad de no sólo mejorar la capacidad de manejar los conceptos de la patología médica y la terapéutica, sino que también atributos que tienen que ver con la capacidad de comunicar, escuchar y enseñar, que es lo necesario para que los pacientes se sientan que se está empatizando con ellos.
El problema del Eunacom es que si no se liga al desarrollo de la APS, y la falta relativa de profesionales en ese campo, no va a tener nunca solución, en consecuencia:
- Hay que mantener el Eunacom, un filtro indispensable hoy día en Chile y en todo el mundo.
- Hay que generar una carrera que permita un desarrollo profesional con un mejoramiento de la capacidad de intervenir, por parte de los médicos de la APS, y que esté acompañada de una carrera con incentivos económicos, que permitan que permanezcan en la APS y no que esté siempre buscando migrar hacia la formación y la práctica de especialista o bien dirigirse a la medicina privada.
Esto, debería ser uno de los objetos de debate, cómo enfrentamos al mismo tiempo el problema de la EUNACOM y el problema de la APS, siendo esta última un instrumento extraordinariamente importante en el mejoramiento de la salud, de la calidad de vida, de la disminución de la discapacidad y de la mortalidad prematura de los chilenos.
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