#Política

Si no quiere Asamblea Constituyente, exija plebiscito

7 |
COMPARTIR
EN WHATSAPP
COMPARTIR
EN WHATSAPP

Quienes desde la academia han apuntado a que no existe una vía institucional para convocar a una Asamblea Constituyente obvian aspectos relevantes. El primero, que precisamente ese es uno de los argumentos que hace necesario democratizar la Constitución, al no estar nuestro principal texto rector en línea con principios profundamente democráticos.

Mucho se ha discutido en las últimas semanas sobre la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución.  Una que represente el sentir mayoritario de los chilenos y chilenas en los ámbitos esenciales del país.  En concreto, un nuevo pacto social basado en principios por la mayoría compartidos. Que legue un Chile mejor a las generaciones futuras, hoy por hoy una obligación, dado el alto nivel de movilización que existe por los más disímiles temas (aunque la mayoría basados en el rechazo a la mercantilización de prácticamente todos los bienes y servicios públicos) y la falta de legitimidad de nuestros representantes políticos.

Una verdad que sustenta la democracia es que todo pueblo tiene el derecho original de darse el ordenamiento que mejor le represente.  Aquello no ocurre con la Constitución que nos rige y que ha sido modificada sólo en la medida que ella misma lo permite, corsé basado en el sistema binominal que genera sobrerrepresentación de los grupos que la quieren preservar, y que lo logran por los quórum supramayoritarios que exige tal tarea.

Ya se han alzado voces para expresar su rechazo a la idea de una Asamblea Constituyente.  Algunas de carácter político y otras de tipo jurídico.

Entre las primeras están las de importantes representantes del gobierno y los partidos políticos que lo sustentan. El temor a procesos parecidos a los que llevaron adelante los gobiernos boliviano, venezolano y ecuatoriano (como si del diablo se tratara) se filtra en expresiones donde “populismo”, “peligro” y “caudillismo” es lo que más abunda.  Interesadamente han escondido que tales caminos, legítimos al responder a la autodeterminación de sus pueblos, no son los únicos. Existen muchas naciones que han escrito sus propias constituciones, sobre la base de sus particularidades históricas, culturales y sociales, y que el caso de Chile no tendría por qué ser distinto. A ellos, en paradójica alianza, se suman actores de la Concertación que se han alzado como los pilotos del aterrizaje de Bachelet el 2014, cuya principal tarea es transar y transar (y asegurarse cuotas del cómodo poder que mantienen) en aras de una mentirosa gobernabilidad. Mentirosa, porque así lo único que logran es que la ciudadanía acumule irritación. No sé si tanto como para asaltar La Moneda y derribar las estatuas, pero por lo menos sí como para generar crecientes grados de inestabilidad (si no, pregúntenle a HidroAysén, a un par de ministros de Educación, y a dos de Energía, por nombrar sólo algunos ejemplos).

Quienes desde la academia han apuntado a que no existe una vía institucional para convocar a una Asamblea Constituyente obvian aspectos relevantes.  El primero, que precisamente ese es uno de los argumentos que hace necesario democratizar la Constitución, al no estar nuestro principal texto rector en línea con principios profundamente democráticos. Una salvedad: una interpretación amplia y de fondo de lo que señala la Carta del 80 podría permitir, a pesar de sus redactores originales, una salida.  El artículo 5º expresa que “la soberanía reside esencialmente en la Nación.  Su ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que esta Constitución establece”.

Es probable que muchos se pregunten por qué no buscar una vía alternativa, por ejemplo la Comisión Bicameral propuesta por cinco senadores.  Los motivos son varios, pero me enfocaré en dos.

Primero, Chile nunca ha tenido una Constitución que nazca de los profundos anhelos de la ciudadanía, y todas las que nos han regido han sido impuestas desde la elite y, si se han sometido a referéndum, estos han sido demostradamente fraudulentos.

Y  luego, el sistema parlamentario y político chileno no goza de buena salud, es cosa de ver los resultados de los últimos estudios realizados al respecto. ¿Alguien cree que un texto legal salido de esa cocina será para el deleite de los ciudadanos?

Por cierto que no es de interés de nadie imponer la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente.  Por tal motivo se ha planteado una vía institucional (sí, con la institucionalidad actual) que permita avanzar en tal objetivo.  Y este contempla que sea el pueblo de Chile el que decida si está de acuerdo o no con mandatar a una organización como la mencionada (con representación social, territorial, cultural, política, étnica y de género) para que elabore una nueva Constitución.

Por eso el título de este artículo. Quienes no están de acuerdo con la idea tienen en sus manos la posibilidad de hacer valer, democráticamente, su posición. En un plebiscito soberano. Solo es preciso tener la voluntad y evitar, como hasta ahora, una injusta la imposición inmovilista.

El camino está trazado. Es hora de saber si los actores políticos, tanto en el Parlamento como fuera de él, están dispuestos a transitarlo para evitar, ahora sí, lo que tanto temen, una verdadera crisis institucional y de gobernabilidad.  Hoy ya estamos en la de representatividad… ¿no es irresponsable acaso obligar a avanzar un paso más?

——-

Fuente de fotografía

TAGS:

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras  Reglas de Comunidad

Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Quedan 1500 carácteres.
Ordenar comentarios por:
abel orian alfaro

19 de septiembre

Está mal hecho el copy/paste. Se repiten los párrafos. Saludos

22 de septiembre

Gracias. Fue un problema en la subida del artículo. Envié un mail para que se corrigiera.

El artículo correcto es este:

SI NO QUIERE ASAMBLEA CONSTITUYENTE, EXIJA PLEBISCITO

Mucho se ha discutido en las últimas semanas sobre la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución. Una que represente el sentir mayoritario de los chilenos y chilenas en los ámbitos esenciales del país. En concreto, un nuevo pacto social basado en principios por la mayoría compartidos. Que legue un Chile mejor a las generaciones futuras, hoy por hoy una obligación dado el alto nivel de movilización que existe por los más disímiles temas (aunque la mayoría basados en el rechazo a la mercantilización de prácticamente todos los bienes y servicios públicos) y la falta de legitimidad de nuestros representantes políticos.

Una verdad que sustenta la democracia es que todo pueblo tiene el derecho original de darse el ordenamiento que mejor le represente. Aquello no ocurre con la Constitución que nos rige y que ha sido modificada sólo en la medida que ella misma lo permite, corsé basado en el sistema binominal que genera sobrerrepresentación de los grupos que la quieren preservar, y que lo logran por los quórum supramayoritarios que exige tal tarea.

Ya se han alzado voces para expresar su rechazo a la idea de una Asamblea Constituyente. Algunas de carácter político y otras de tipo jurídico.

Entre las primeras están las de importantes representantes del gobierno y los partidos políticos que lo sustentan. El temor a procesos parecidos a los que llevaron adelante los gobiernos boliviano, venezolano y ecuatoriano (como si del diablo se tratara) se filtra en expresiones donde “populismo”, “peligro” y “caudillismo” es lo que más abunda. Interesadamente han escondido que tales caminos, legítimos al responder a la autodeterminación de sus pueblos, no son los únicos. Existen muchas naciones que han escrito sus propias constituciones, sobre la base de sus particularidades históricas, culturales y sociales, y que el caso de Chile no tendría por qué ser distinto. A ellos, en paradójica alianza, se suman actores de la Concertación que se han alzado como los pilotos del aterrizaje de Bachelet el 2014, cuya principal tarea es transar y transar (y asegurarse cuotas del cómodo poder que mantienen) en aras de una mentirosa gobernabilidad. Mentirosa porque así lo único que logran es que la ciudadanía acumule irritación. No sé si a tanto como para asaltar La Moneda, derribar las estatuas y apagar la Llama de la Libertad, pero por lo menos sí como para generar crecientes grados de inestabilidad (si no, pregúntenle a HidroAysén, a un par de ministros de Educación, y a dos de Energía, por nombrar sólo algunos ejemplos).

Quienes desde la academia han apuntado a que no existe una vía institucional para convocar a una Asamblea Constituyente obvian aspectos relevantes. El primero, que precisamente ese es uno de los argumentos que hace necesario democratizar la Constitución, al no estar nuestro principal texto rector en línea con principios profundamente democráticos. Una salvedad: una interpretación amplia y de fondo de lo que señala la Carta del 80 podría permitir, a pesar de sus redactores originales, una salida. El artículo 5º expresa que “la soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que esta Constitución establece”.

Es probable que muchos se pregunten por qué no buscar una vía alternativa, por ejemplo la Comisión Bicameral propuesta por cinco senadores. Los motivos son varios, pero me enfocaré en dos.

Primero, Chile nunca ha tenido una Constitución que nazca de los profundos anhelos de la ciudadanía, y todas las que nos han regido han sido impuestas desde la elite y si se han sometido a referéndum estos han sido demostradamente fraudulentos.

Y luego, el sistema parlamentario y político chileno no goza de buena salud, es cosa de ver los resultados de los últimos estudios realizados al respecto. ¿Alguien cree que un texto legal salido de esa cocina será para el deleite de los ciudadanos?

Por cierto que no es de interés de nadie imponer la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente. Por tal motivo se ha planteado una vía institucional (sí, con la institucionalidad actual) que permita avanzar en tal objetivo. Y este contempla que sea el pueblo de Chile el que decida si está de acuerdo o no con mandatar a una organización como la mencionada (con representación social, territorial, cultural, política, étnica y de género) para que elabore una nueva Constitución.

Por eso el título de este artículo. Quienes no están de acuerdo con la idea tienen en sus manos la posibilidad de hacer valer, democráticamente, su posición. En un plebiscito soberano. Solo es preciso tener la voluntad y evitar, como hasta ahora, una injusta la imposición inmovilista.

El camino está trazado. Es hora de saber si los actores políticos, tanto en el Parlamento como fuera de él, están dispuestos a transitarlo para evitar, ahora sí, lo que tanto temen, una verdadera crisis institucional y de gobernabilidad. Hoy ya estamos en la de representatividad… ¿no es irresponsable acaso obligar a avanzar un paso más?

22 de septiembre

Cambio realizado. Gracias por avisarnos.

Ver todos
Ocultar

#NuevaConstitución

VER TODO
Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repeti ...
+VER MÁS
#Política

De vuelta a la rotonda política

Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repetir el ciclo interminable de esfuerzo y fracaso

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado
+VER MÁS
#Política

El mito del cierre definitivo del proceso constituyente/constitucional

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo
+VER MÁS
#Política

¿Nos jodimos todos?

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no ...
+VER MÁS
#Política

Las lecciones del plebiscito

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no se han visto por ningún lado

Nuevos

La tónica ha sido, desde que tengo uso de razón, al menos en Chile, que quien conquista el centro, gana las elecciones. El centro político es la vedette a quien cortejar, querer, mimar. Y no pocas veces ...
+VER MÁS
#Política

Políticos mirándose el ombligo

Existen en Chile experiencias concretas respecto a la participación de trabajadores y trabajadoras en los directorios de empresas de las que se puede aprender y ampliar
+VER MÁS
#Política

Cóbrenos la palabra

Se diría entonces que los humanos somos en sí mismos, como especie ajedrecística, en este caso, el medio, y cada jugada, un misterio hacia adelante o hacia atrás que nos contesta a ratos; con un poco de ...
+VER MÁS
#Deporte

Sonja Graf: Un retrato a lo Peaky Blinders del ajedrez

Lo que necesitamos como sociedad, es que gobierno y oposición, actúen con responsabilidad. El flagelo de la delincuencia, afecta todos los aspectos de nuestra vida, y era que no, produce severos efectos e ...
+VER MÁS
#Internacional

El legado de Cúcuta

Popular

Según la Encuesta de Bienestar Social (2021), en Chile las personas dedican más de un tercio de su tiempo diario a labores de cuidado, y un 85% de aquellos que pasan más de 8 horas al día en esta labor ...
+VER MÁS
#Sociedad

Avances y retos en el cuidado familiar en Chile

Los empresarios, por la gran responsabilidad que cae sobre sus hombros, no tienen que ambicionar ser los mejores y más ricos del planeta, sino que ser los mejores “para” el planeta, colocando a las per ...
+VER MÁS
#Sociedad

Razas y subhumanos una creencia para justificar atrocidades

Existen en Chile experiencias concretas respecto a la participación de trabajadores y trabajadoras en los directorios de empresas de las que se puede aprender y ampliar
+VER MÁS
#Política

Cóbrenos la palabra

Debemos cuidar lo más preciado que tiene el ser humano, sus palabras, cualquiera esta sea, en el amor, en política, en economía, en educación, todo gira en torno a ellas, algo único y propio, solo de l ...
+VER MÁS
#Ciudadanía

La palabra humana salvación de la humanidad