Probablemente una de las decisiones más sorprendentes del XXIX Congreso "Eugenio González Rojas" del Partido Socialista de Chile haya sido que de ahora en adelante todos los niveles directivos, desde la Mesa del Partido a cualquier instancia local, tendrá que tener paridad de género, y para ser completamente exactos, se explicitó que tendríamos 50% dirigentes mujeres y 50% dirigentes hombres.
Asimismo, se declaró que esta decisión se tomaba para dar el ejemplo respecto a cómo nos imaginamos que debe ser la participación política de las mujeres en este país. Al tiempo que persistiremos para que Chile tenga una Ley de Cuotas.
Buena señal en un partido que más bien se ha caracterizado por ser machista y donde a todos nuestros barones / varones les ha costado asumir que definitivamente el involucramiento de las mujeres en el partido es de igual a igual.
Fue insólito no encontrar ningún detractor, o al menos nadie que se manifestara públicamente contrario. Claro que habría sido impresentable, justamente cuando la ex Presidenta Michelle Bachelet instaló la paridad en su primer gabinete -y aunque no logró legislar sobre ello- produjo un cambio cultural fundamental: su llegada a la primera magistratura instaló la sensación que "las mujeres podemos hacer lo que queramos".
Digo "sensación", porque al no quedar nada normado, ni instituido por ley, lo que se puede esperar es que al menos sea mal visto ser machista e incluso que se considere una conducta del siglo pasado. Así, es políticamente correcto considerar la presencia de mujeres en los cargos públicos. Y los socialistas quieren ser "absolutamente modernos". Bien por Rimbaud y por los compañeros.
Otra modificación es que ahora votaremos por dos personas siempre, por un hombre y por una mujer, excepto en los cargos unipersonales. Además, las listas estarán obligadas a llevar el mismo número de candidatas y candidatos, y si no, no pueden inscribirse. De igual manera, si el voto no marca las dos preferencias -mujer y hombre- se anula. Draconianas medidas para establecer la igualdad de género.
Ahora hay que ver cómo se traducirán efectivamente estas declaraciones. Especialmente cuando estos acuerdos fueron aprobados por unanimidad y para la gran mayoría de los compañeros, Michelle Bachelet es la figura de la coalición más respetable y con mayores posibilidades electorales. El próximo año renovaremos nuestra dirgencia nacional, regional y comunal. ¿Estaremos en condiciones de escoger una mujer para que presida el Partido Socialista de Chile? A trabajar de cara al 2012.
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