A proposito de la iniciativa legislativa, impulsada por parlamentarios de Gobierno, de obligar a las radios a colocar un porcentaje de musica nacional en su parrilla programática la primera pregunta que uno tiene que hacer, es porque las personas, adultos con gustos, malos o buenos, no podemos escuchar lo que nos gusta, si música nacional o música internacional, si ésta o ésta otra radio.
El día de mañana podríamos legislar sobre la obligación de un porcentaje en las radios o cualquier otro medio de comunicación de emisiones religiosas, políticas u otras, indicando además si debe ser sólo catolicas en el caso de las religiones o de ideología liberal o socialista en lo político. Por aquí se empieza lentamente a controlar lo que los medios pueden o no difundir. Es así como otros, parlamentarios, gobierno, iglesias, nos impondrían lo que debberíamos ver, leer o escuchar.
Por otro lado, no hay que olvidar que hoy en día, la tendencia de los medios es a segmentar audiencia y contenidos y por lo tanto a expresar la diversidad que se encuentra contenida en la realidad nacional. Es así que nos encontramos con medios, y en particular la radio, fuertemente orientada, lo que hace que al recorrer el dial uno pueda encontrarse con una gran variedad de posibilidades de escuchar lo que uno quiera.
Que la música nacional es importante no merece duda. Que sus autores deben recibir los derechos de autor consustanciales a la creación artistica y literaria esta garantizado en nuestra actual legislación, aquí tampoco hay duda. Pero que se nos diga que es lo mejor que uno pueda escuchar eso sí es harina de otro costal. Esto lo define cada uno de nosotros en su libertad de conciencia y pensamiento, atributo de toda persona que debe ser respetado por los demas y en especial por el poder político so pena de caer en practicas autoritarias.
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