Concluyó la Conferencia de las Partes número 20 (COP20) bajo la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Se esperaba que de este proceso se obtuviera un borrador “robusto”, un nuevo acuerdo climático que reemplace al Protocolo de Kioto, el cual debería ser suscrito el próximo año en París. Los resultados no estuvieron a la altura y fueron, por cierto, bastante cuestionados, pues lo mínimo era tener un borrador que determinara una cifra de reducción de emisiones y que definiera cuáles serán las contribuciones de los países para abordar los efectos del cambio climático, entre otros puntos.
Todo esto tenía como telón de fondo el llamado de alerta que el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) hizo en su último informe, así como la presión de la sociedad civil, a través de las masivas manifestaciones que se realizaron en varias partes del mundo en septiembre de este año. Todo esto para que los gobiernos tomen medidas urgentes al respecto. Pero pese a todo el esfuerzo desplegado en Lima, no se logró nada significativo, obteniendo un texto general y poco robusto que no tiene medidas concretas, mucho menos ambiciosas y vinculantes.Pese a las débiles señales obtenidas, aún queda todo un 2015 de negociaciones, en que pedimos mayor compromiso para disminuir las emisiones, comprometer financiamiento y tomar medidas concretas en adaptación, mitigación y transferencia tecnológica que permita avanzar en lograr un real acuerdo en París el próximo año.
Pese a las débiles señales obtenidas, aún queda todo un 2015 de negociaciones, en que pedimos mayor compromiso para disminuir las emisiones, comprometer financiamiento y tomar medidas concretas en adaptación, mitigación y transferencia tecnológica que permita avanzar en lograr un real acuerdo en París el próximo año.
Aunque la generalidad de los resultados en la COP20 de Lima deja una percepción de fracaso, merece un reconocimiento el esfuerzo de nuestro país en el bloque negociador denominado Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe AILAC, junto con otros 5 países de América Latina. Este grupo demostró mayor ambición respecto a otros grupos negociadores, sintonizando con varios lineamientos provenientes de la sociedad civil, lo que amerita aplaudir el esfuerzo, apertura y liderazgo de los negociadores. Sin embargo, se necesita que muchos otros países tengan el mismo enfoque ambicioso para lograr un acuerdo y la implementación de medidas urgentes que efectivamente impidan superar el aumento de la temperatura media mundial en 2°C para fines de este siglo.
Desde Fundación Terram esperamos que el Gobierno sea coherente con el desarrollo e implementación de las políticas públicas nacionales y los compromisos internacionales. Además es necesario que se avance a nivel nacional en generar acciones y medidas concretas, que cuenten con financiamiento y permitan abordar la adaptación al cambio climático, este es un tema prioritario para Chile al ser país vulnerable.
Lo que queda del proceso internacional para llegar a París será intenso y de ello depende que no fracasemos como humanidad en frenar el evidente daño que estamos haciendo al planeta, sus especies y a nosotros mismos, especialmente a los grupos más vulnerables que son los que más sufren los efectos del cambio climático. Como organización de sociedad civil Terram seguirá presionando para lograr los cambios necesarios, cambios que necesitamos para que los seres humanos podamos continuar habitando este planeta, que nos demuestra que cada día está más dañado y que necesita de líderes conscientes de ello.
Comentarios