Después de la renuncia de Francisco Brieva a la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), que resulta ser la segunda renuncia en dos años (la anterior fue de José Miguel Aguilera en septiembre del 2013), da la lamentable sensación de que el estado chileno tiene a la ciencia como ultima prioridad.
Intentando comprender las causas de lo irrelevante que es la ciencia para nuestras autoridades y también para la gente de la calle y muchos de los que leerán este artículo, podría afirmar que es reflejo de algo que se arrastra desde el colegio, de las bases. La gran mayoría de nuestros alumnos, al egresar de 4to medio, aparte de carecer de comprensión lectora, son incapaces de entregar argumentos basados en el conocimiento científico y adolecen de pensamiento crítico.Enseñar ciencia es complejo, ya que se tienen que modificar ideas que vamos construyendo en el transcurso de nuestra vida cotidiana, conceptos que deberemos modificar al verlos con los ojos de la ciencia.
Y si lo pensamos bien, es algo obvio, ya que tanto profesores como autoridades son tan analfabetos científicamente como sus alumnos y no resulta extraño que ellos sepan mucho más de pseudociencia que de ciencia y tengamos profesores que consulten el tarot o se saquen cartas astrales y colegios que publiciten las Flores de Bach o realicen prácticas de Yoga con sus alumnos (lo que en sí no es malo), el error es justificarlo como una forma de canalizar “energías”.
Obviamente los profesores son producto de nuestra sociedad, al igual que todos nosotros y transmiten sus ideas y creencias a los alumnos. Además, la profesión de profesor resulta ser muy conservadora, ya que tienden a enseñar a como aprendieron y no tanto como le enseñaron a enseñar.
Para definir un poco el objetivo y desde el marco conceptual de las pruebas PISA 2015, ¿Qué debería saber un alumno para ser competente en ciencia?
Primero; debe ser capaz de explicar fenómenos científicamente,
Segundo; evaluar y diseñar investigaciones científicas y
Tercero; poder interpretar datos y pruebas científicamente.
Es decir, tener la capacidad de involucrarse reflexivamente en temáticas relacionadas a la ciencia y con las ideas de la ciencia y así ser ciudadanos alfabetizados, responsables y críticos.
Ahora para responder la pregunta que encabeza estas líneas, hay que aclarar que no se busca que al terminar el colegio, los alumnos salgan expertos en física, química, biología o matemáticas. No, para nada. El objetivo es que el egresado entienda y sepa lo que hay detrás del término “demostrado científicamente”, pueda diferenciar “teoría” de “hipótesis”, comprenda que es el “método científico” y por último sepa que toda afirmación debe estar respaldada de evidencias.
La utilidad práctica de esta forma de pensar es, por ejemplo; saber buscar argumentos y evidencias para combatir la actual proliferación de movimientos anticientíficos, como los antivacunas y los negacionistas del cambio climático. También ser capaz de criticar las pseudociencias, como la homeopatía, las flores de Bach, la medicina cuántica, el reiki, por nombras solo algunas. No caer bajo la influencia de personajes como los Salfate (conspiracionista), los Cristian Contreras alias Dr. File (conspiracionista) o los Urquiza (medico cuántico). Evaluar críticamente si es bueno o no fumar marihuana, no ser vulnerable a los productos “mágicos” que ofrece el mercado (los que te hacen tener esas abdominales que siempre has querido, bajar de peso en pocas semanas, bebidas para deportistas que no tienen el debido respaldo científico, etc.).
Enseñar ciencia es complejo, ya que se tienen que modificar ideas que vamos construyendo en el transcurso de nuestra vida cotidiana, conceptos que deberemos modificar al verlos con los ojos de la ciencia.
Representa un gran y laborioso desafío, ya que los cambios tecnológicos y sociales que hemos vivido en los últimos decenios están obligando a replantear el modelo educativo. Hoy los métodos de enseñanza están atrasados, ayer un profesor se paraba frente a sus alumnos enseñaba y el alumno copiaba y memorizaba, pero hoy todo lo que se enseña, los alumnos lo pueden aprender por fuera, por ejemplo en Internet o en programas de televisión.
Producto de esto, la didáctica hoy se convirtió en un campo de investigación en sí mismo, ya que debemos desarrollar formas innovadoras para educar a nuestros jóvenes en un mundo siempre cambiante. Mundo que hoy enfrenta el gran y urgente reto de frenar el cambio climático, evento que pondrá en serio riesgo nuestra subsistencia como especie, objetivo que con científicos e ingenieros imaginativos e ingeniosos podremos lograr.
Comentarios
13 de noviembre
La ciencia es extremadamente importante y enseñarla en las escuelas es prioritario, sin embargo la ciencia hay que enseñarla como una cosa más dentro del espectro de cosas a aprender, no la única ni la más importante. El método cientifico no es el único para conocer la verdad, hay miles de cosas que no se aprenden por el método científico, sin ir más lejos no siempre se puede experimentar, no por eso dejamos de aprender. La música no se aprende por método científico, sin embargo se aprende, porque no es llegar y hacerla sin saber, tiene un método. Pero no se aprende por el método cientìfico, igual como sucede con ciencias sociales como la politología o la economía, tampoco las cosas que aprendemos en la vida misma se aprenden por el método científico, necesariamente. Si usted reduce todo a método científico, tendrá un avance muy lento del conocimiento, habría que probar todo, si yo creo que va a llover y todas las mañanas sigo el método científico para saber si debo usar paraguas o no, es probable que pierda más tiempo que si sigo mi simple intuición, lo que he aprendido con los años sin experimentar con el clima. Me puedo equivocar pero sin duda sería poco práctico experimentar y someter mi suposición de si lloverá o no a pruebas interminables antes de salir. Precisamente cuando el método científico se quiere aplicar y extender a áreas que no son cientificas, vemos una reducción del conocimiento, una ineficiencia porque el método no sirve en ese contexto, y no todo lo que uno «sabe» lo aprendió de la ciencia. Sería muy nocivo igualar «conocimiento» a «ciencia», pero por otra parte, la ciencia es fundamental. Hay que respetarla, incentivarla, cuidarla, fomentarla, hacer que la gente se interese, que dude, ponga a prueba sus suposiciones, en suma, que razone de manera lógica, todo eso se debe enseñar, pero eso no supone ponerla en contra o en oposición a otras cosas que existen en la vida, porque van a seguir existiendo, y si usted las suprime, acaba con cualquier el misterio y el sentido del humor de la vida. Si pusiésemos todo a prueba y no pudiésemos simplemente «suponer», no podríamos vivir. Aun así, la ciencia es fundamental, y nadie sensato puede pensar que no se debe promover porque esté contra la fe o contra las creencias de alguien, son cosas diferentes, el método científico sirve para ciertos fines muy concretos y ahí no tiene rival, es una cuestión de competencias, ni la ciencia ni la simple creencia van a desaparecer, esa es una verdad fundamental. Saludos
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13 de noviembre
Esto que escribí surge por experiencia práctica, de conversar y notar que muchas personas no distinguen una fase lunar de una eclipse o que la Evolución es solo una “teoría”, de ver que los medios de comunicación le dan importancia a temas que son simplemente charlatanería (por ejemplo; las pseudociencias, que van desde las medicinas alternativas hasta los métodos adivinatorios), aquí la falla principal es que los medios no son imparciales y no entregan una opinión que las ponga en duda.
También al participar en conferencias donde invitan a personajes que se dicen contactados, o que afirman ser médicos cuánticos y que pueden anticipar terremoto, etc. Y francamente me asombra la gran cantidad de jóvenes y adultos que los siguen como si fueran unos iluminados.
En un taller de historia de la ciencia a jóvenes de 8vo básico, tenía que gastar parte de la hora en desmentir ideas del personaje Salfate (desde fines de mundo, hasta que el hombre no había llegado a la Luna), lo cual en si no era malo, es una forma de sacarle provecho para enseñar. Al final, tenía que ver el programa para saber qué cosa tendría que rebatir en mi siguiente clase.
Toda esta experiencia me dice que el conocimiento obtenido durante el s.XX fue tanto, y no existe otro siglo que se le iguale, salvo la Atenas de Pericles, que los seres humanos aun no lo asimilamos y seguimos con ideas propias del s.XIX, algo que va a costar cambiar en una sociedad dedicada principalmente al consumo y no al saber..
En conclusión, en general estoy de acuerdo con su opinión el que sería válido en una sociedad culta y me quedo con este comentario: “la ciencia es fundamental. Hay que respetarla, incentivarla, cuidarla, fomentarla, hacer que la gente se interese, que dude, ponga a prueba sus suposiciones, en suma, que razone de manera lógica”.
Gracias por su atinado e inteligente comentario
08 de marzo
Interesante artículo y obviamente somos producto de nuestra sociedad y eso aplica desde las mismas autoridades.
Aquí otro que puede servir de complemento:
Saludos
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03 de mayo
Si no mejoramos la educación seguiremos sometidos a una TV deficiente:
Saludos
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24 de febrero
La función de un profesor no es enseñar, es hacer que los estudiantes aprendan, es despertar en los estudiantes los deseos de aprender, para que éstos se procuren los aprendizajes. No para que el profesor lo transmita. La función del profesor debe ser la de aclarar, corregir, ampliar, dar otro punto de vista y vigilar la marcha de un proceso interminable y cambiante, para lo cual deberá estar siempre actualizado.
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