No solo los últimos hechos de violencia ocurridos en la Araucanía, están latentes en la memoria de sus habitantes, sino que existe un completo historial de aquéllos que han marcado a fuego su larga historia.
Algunos de estos hechos han resultado más violentos que otros y cada uno con sus ribetes propios que los hacen distintos. Sin embargo, el colectivo suele quedarse con la primera impresión que se tiene de esos hechos y, en eso, la izquierda sí que ha sabido lucrar y, no solo en lo atingente a la política, sino que también socialmente hablando.
Para lograr ese fin, y a la hora de hacerse de banderas de lucha que le reporten lucro y potencial político, han establecido una verdadera maquinaria puesta al servicio de sus ideales aunque finalmente este beneficio sea efímero y se difumine conforme se esclarece la verdad judicial.La instalación en el colectivo de una tesis que les reporte dividendos se ha convertido en una herramienta a utilizar cada vez que existe un foco de tensión al cual sacar provecho, no solo en esta región.
Por eso no es difícil verlos abanderarse con causas de la más diversa índole, como las relativas a la sexualidad, la sindicalización, los derechos humanos, y por supuesto, la «causa mapuche«.
La instalación en el colectivo de una tesis que les reporte dividendos se ha convertido en una herramienta a utilizar cada vez que existe un foco de tensión al cual sacar provecho, no solo en esta región.
Aquí cobra plena vigencia la frase de que no hay segunda oportunidad para una primera impresión y este es, al parecer, el pensamiento base de su ideología política que tanto beneficio político les ha reportado. Sin ir más lejos, en el último hecho de violencia no se trepidó por la izquierda, en catalogar el acontecimiento como “un asesinato por parte del estado chileno», sin antes dar la oportunidad a la ciencia forense o criminalista para establecer la verdad. La conveniencia les dicta que la victimización es siempre el mejor aliado, aunque después quede demostrado que la ciencia, amparada en los hechos, diga lo contrario.
Así, su hipótesis planteada fue ampliamente divulgada tanto en sus redes sociales como en medios de comunicación ligados a la causa izquierdista, como estrategia de desviación de las circunstancias originarias, hacia un fin más hostil. La idea ya está en marcha. Su verdad, ya está instalada.
Esta verdad aparente, diseminada con fuerza entre el colectivo, resulta finalmente no solo en un muro insoslayable para la verdad objetiva que con perseverancia, se hará camino, sino que además se transforma en un aliciente a la impronta de que La Araucanía está en una crisis que la lleva directo al despeñadero.
A ello, agregar que no hay recuerdo de palabras bondadosas hacia La Araucanía por parte de la izquierda. No les reporta provecho. La sugestión de que corresponde a una zona ampliamente ligada a la derecha, los motiva aún más a mantener el clima hostil. Esto sí, les reporta provecho.
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