Fue el 22 de junio de 1994, mediante el Decreto 281 del Ministerio de Educación, que en el área de las islas denominadas Panichini –según consigna el documento oficial- el sector capilla de mármol de Puerto Río Tranquilo fue declarado Santuario de la Naturaleza. Una decisión de vanguardia considerando que en aquellos años la idea de proteger el territorio de Aysén, en la Patagonia, aunque avanzaba no había alcanzado los niveles actuales, y que el aporte del turismo era todavía una posibilidad en construcción.
Mucha agua ha escurrido por el lago Bertrand y el río Baker desde aquella época. Tales formaciones geológicas, y Puerto Río Tranquilo con sus alrededores, se han transformado en un ícono del turismo regional. Tanto así que, producto de la masiva llegada de visitantes en temporada alta, ya discuten cómo organizarse para que la actividad, que muchos ven como una oportunidad para obtener ingresos cuidando el patrimonio ambiental, cultural, geológico de Aysén, sea una buenaventura y no una desgracia.
Hoy toda la cuenca del lago General Carrera continúa como Zona de Interés Turístico, con la sustentabilidad como puntal, y la comunidad trabaja en varias ordenanzas municipales coherentes con esta mirada, apoyada la ciudadanía por el municipio de Río Ibáñez. Estas incluyen un procedimiento para regular la forma en que el Santuario de la Naturaleza Capilla de Mármol, hoy de 50 hectáreas, sea protegido de la constante afluencia de turistas.Si el Estado no resguarda lo que desde la ciudadanía se busca proteger, lo harán los habitantes del territorio
Es este el contexto bajo el cual el Consejo de Monumentos Nacionales y la Armada de Chile autorizaron, para el lunes de esta semana, un evento que se realiza a nivel mundial y que es impulsado por la marca de bebidas energéticas Red Bull. Es el Cliff Diving, donde hombres y mujeres se encaraman en diversas estructuras y espacios naturales para lanzarse en picada hacia el mar o lagos. Es un certamen de clavadismo.
La decisión no pasó inadvertida para la comunidad. Diversas organizaciones expresaron su rechazo a la iniciativa, entre ellos el propio alcalde Marcelo Santana y la presidenta de la Corporación Chelenko Tamara Ullrich, en redes virtuales ardió Troya, los medios recogieron la molestia. E incluso el nuevo director regional de Sernatur, Patricio Bastías, estrenó el cargo planteando la inconveniencia de que no hubiera socialización con la comunidad local.
Lo primero que llama la atención es la falta de criterio de las autoridades al autorizar un evento de esta naturaleza en un área bajo protección oficial. Esto legitima lo que en Aysén sabemos desde hace tiempo ya: si el Estado no resguarda lo que desde la ciudadanía se busca proteger, lo harán los habitantes del territorio. Porque la acción de la filial chilena de Red Bull, operativizada por la empresa Chile Backcountry, no era en este caso solo clavados en aguas claras y heladas. Incluía escalar los macizos de mármol, con los anclajes correspondientes y hay registros del domingoque mostraba ya una intervención con los preparativos en el sector. Una intervención que hoy ni siquiera los vecinos consideran válido llevar adelante.
Y sí, antes era común montarse sobre las capillas y lanzarse al agua. Hace años. Pero los tiempos cambian. La responsabilidad ecosistémica y el sentido que en Aysén se ha instalado relativo al resguardo del patrimonio natural, geológico, paleontológico, arqueológico, cultural, va en otra dirección.
Y esa ruta es desarrollar actividades sustentables, más aún en las zonas de interés turístico, en este caso en el lago Chelenko. Porque el simbolismo que involucraba esta acción no era coherente con esta mirada. Y así lo dijeron la comunidad y las organizaciones locales.
La decisión fue inconsulta. En circunstancias que por lo menos en la Armada debieran tener conciencia, porque se les ha planteado en múltiples ocasiones, sobre la sensibilidad de la comunidad frente al uso que se da al santuario de la naturaleza. Ni la autoridad ni la empresa comunicó a los habitantes, directamente interesados y afectados, la medida.
Hoy en Puerto Río Tranquilo están empeñados en mejorar la forma en que se vinculan con el territorio, haciéndose cargo de los problemas de la planta de tratamiento de aguas servidas, la presión sobre el glaciar Exploradores y las formaciones de mármol (el tránsito y atraque de los botes sigue siendo un tema), todo esto relacionado con una capacidad de carga que es superada en verano.
Con esto en mente, se está realizando un profundo trabajo para generar una ordenanza municipal que permita organizar de mejor forma tanto el acceso al Santuario de la Naturaleza Capilla de Mármol, enfocados en su protección, como de otras áreas del territorio de Río Ibáñez.
Todo esto fue desconocido por quienes impulsaron la cuestionada intervención. Todo esto se echaron al bolsillo. O no tanto, porque al final la actividad fue suspendida.
El mensaje de esta controversia para Red Bull es que no todo es cancha, porque lo que para ellos es un juego y una forma de relevar su marca, en este caso y al menos para muchos de quienes vivimos en la cuenca del lago General Carrera y en Aysén, no es más que una bofetada a definiciones previas, que mucho nos han costado. En el fondo, quisieron soltar uno de sus toro en una cristalería.
Señal también para el Consejo de Monumentos Nacionales y la Armada de Chile: deben revisar sus protocolos, porque quienes viven, protegen y son depositarios primeros del patrimonio territorial, las personas, no son solo un lindo paisaje que se admira pero que no tiene derecho a participar.
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