El Covid ha cambiado la vida de todos los estudiantes, incluidos los alumnos con discapacidad y necesidades educativas especiales. Debido a la dura realidad de las cuarentenas, el cese de clases presenciales y el cierre de establecimientos educacionales nos hemos visto obligados, como profesionales de educación, a tomar conciencia de las barreras y facilitadores presentes en el proceso educativo que enfrentan los niños y niñas con esta condición.
Esto se tradujo en buscar formas de mantenernos comunicados con nuestros estudiantes: el celular para llamadas telefónicas, Whatsapp para videollamadas, enviar mensajes, fotos, grabar videos; uso de computadoras, tabletas, clases por zoom, ¡ah, pero se necesita tener acceso a internet! ¿se pueden conectar? debemos averiguar ¿Cuántos viven en la casa? ¿con quién viven? para compartir su uso, horarios que también permitan usarlo a sus padres, o que alguno de ellos esté presente para guiarlo, apoyarlo, debemos averiguar.¿Es posible que la pandemia del Covid haya afectado de forma positiva en el proceso de aprendizaje de los estudiantes con discapacidad?
Otra realidad fue que no existía posibilidad de acceso a internet ¿qué podemos hacer? Visitar sus casas y entregarles guías de trabajo impresas, materiales; pero estar encerrados es aburrido, ¿cómo motivarlos? ¿cuáles son los gustos, intereses de mis estudiantes? ¿tiene mascota, qué cantante es su favorito, le gusta cocinar, es vegetariano, sabe tocar un instrumento musical, le gusta bailar, etc.? debemos averiguar.
Debemos averiguar, debemos identificar las barreras o facilitadores, aquellos factores ambientales, como el contexto o el establecimiento educacional (educación regular o especial) que dificultan o favorecen el aprendizaje y participación de las y los alumnos que presentan alguna dificultad, la idea es poder evaluar esas barreras y transformarlas en facilitadores que nos permitan “crecer” con nuestros estudiantes.
Qué aspectos cobran relevancia en este contexto: la capacitación del profesorado en general y de las nuevas generaciones; el desarrollo profesional docente, seguir aprendiendo sobre nuevas estrategias de enseñanza; el sentido de comunidad, su compromiso; un currículo de calidad en cuanto a la diversidad; el clima escolar y de aula, buenas relaciones entre todos los miembros de la comunidad considerando la familia como parte de ella; la optimización del tiempo de clases en cuanto a la organización y flexibilidad ; en estos y otros aspectos es desde donde nuestra Fundación Mis Talentos contribuye a tener más y mejor calidad educativa asesorando a comunidades a través de charlas, talleres, capacitaciones y relatorías. La inclusión es nuestro objetivo central.
Tenemos grandes aliados como facilitadores en nuestro país, contamos con el decreto ley 170 centrado en las NEE; tiene relación con los recursos adicionales y orientaciones en cuanto a la forma de trabajar, quiénes y cuál es el rol de los profesionales que participan en las NEE, propiciando el trabajo colaborativo y la incorporación de los profesionales de apoyo al aula; y el decreto ley 83 que viene a complementar al anterior, dado que permite mejorar la calidad de la educación, otorgando más oportunidades de aprendizaje para todos los estudiantes a través de la diversificación de la enseñanza y las adecuaciones curriculares.
Ahora podemos responder ¿qué nos deja? ¿qué aprendimos de este período? Hemos aprendido a valorar la importancia de identificar las barreras y facilitadores que siempre existen en cualquier modalidad de enseñanza aprendizaje (presencial, virtual, hibrida), los aprendizajes significativos, la motivación, en centrarse en los objetivos más allá de los contenidos, el diagnóstico no es el todo y lo único importante; ¿nosotros somos barrera o facilitador para nuestros estudiantes? es una buena pregunta que debemos hacernos y responder, tarea pendiente.
Por Maricarmen Álvarez
Especialista Discapacidad Intelectual Fundación Mis Talentos
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