Sin duda que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha pasado a tomar una importancia notoria en la imagen de una empresa. Problemas ambientales, derechos de los trabajadores, explosión de las comunicaciones, entre otros factores parecen haber acelerado este proceso los últimos años. Existen consultores, departamentos o unidades al interior de las empresas trabajando por la RSE. También hay premios y reconocimientos a los cuales varias empresas postulan y publican con bombos y platillos cuando son beneficiadas con algún lugar interesante dentro de estos rankings.
Pero, ¿qué se entiende por RSE? Existen varias definiciones. Me quedo con la publicada por la fundación PROhumana que dice "es la contribución al desarrollo humano sostenible, a través del compromiso y la confianza de la empresa hacia sus empleados y las familias de éstos, hacia la sociedad en general y hacia la comunidad local, en pos de mejorar el capital social y la calidad de vida de toda la comunidad". De esta definición podemos distinguir tres áreas o focos a los que hace referencia:
1.- Empleados de la empresa y sus familias
2.- Comunidad local
3.- Sociedad
Como elemento adicional, el proceso de evaluación de la RSE considera, entre otros: seguridad de los trabajadores, ambiente laboral, medio ambiente, desempeño económico, lo cual es concordante con las tres áreas extraídas de la definición.
No obstante lo anterior, para muchas compañías la imagen que proyectan, hace que centren su accionar en la comunidad local y la sociedad, pero olvidan o derechamente omiten de manera peligrosa el primer punto -y, por cierto, el más trascendental desde mi perspectiva- que son los propios empleados de una empresa.
Para muestra, algunos ejemplos que probablemente les sean familiares. Cuando se acercan las fiestas de fin de año, aparece la típica "colecta o campaña" para colaborar con canastas (cajas) familiares en alguna localidad del norte o sur de Chile, o bien la recolección de regalos para un hogar de niños o también de ancianos según sea el caso y el foco de la compañía. Estas campañas por cierto, son acompañadas de correos que invitan a ennoblecer nuestra alma en periodos navideños y así contribuir a una sociedad mejor y a mejorar la calidad de vida de las personas…menuda declaración, pero bastante irresponsable. Se llega a la comunidad local, es visible, pero el impacto generado, dudoso.
Centrando el análisis en el primer concepto de la definición, ¿qué pasa con los trabajadores, ya sean técnicos, ingenieros, administrativos o asistentes sociales?. Por supuesto la mayoría se cuadra y colabora para que a nombre de la empresa se le entreguen algunos alimentos a la comunidad, lo cual contribuye directamente a que en el próximo informativo semanal, quincenal o mensual, el gerente figure posando con un pendón corporativo anunciando el aporte de la empresa. En honor a la verdad, digamos que a veces estas campañas van acompañadas de un aporte igual o incluso el doble por parte de la compañía (algún derecho tiene el gerente a aparecer en escena), pero en otros sólo “aportan con la gestión de la campaña”, que de cierta forma justifica la unidad o departamento destinado a estos fines.
Resulta dificultoso que no surjan algunos cuestionamientos, ¿cómo es la repartición de utilidades en la empresa? ¿Cómo es el salario de los trabajadores? ¿Existe capacitación para el desarrollo de quienes integran la compañía? Prácticas como contratar por proyecto y así omitir las vacaciones (se pagan, pero me refiero al derecho a descansar por salud física, mental y laboral) o valorar a sus trabajadores sólo cuando son tentados por otra empresa, ponen en evidencia un trasfondo preocupante, pero aceptado.
No es necesario ser clarividente para saber que existen muchos trabajadores que no reciben salarios dignos. Las gerencias de recursos humanos no le hacen mucho honor a su nombre y se transforman en máquinas de tratar de contratar personas por lo menos posible y que produzcan lo máximo posible. ¿No parece paradójico? ¿Será que en una cultura del marketing también encaja la necesaria, pero muchas veces mal utilizada RSE?. Que no se entienda que el marketing es nocivo, pero si basamos la RSE sólo en eso, pierde importancia y relevancia.
Por supuesto, existen empresas que sí desarrollan un excelente trabajo en cuanto a trabajadores, comunidad y sociedad, así como también cada una de ellas sabrán percibir donde les aprieta el zapato. Quizás sea el momento de que la legitimidad pase a ser parte del sector privado, de manera formal (en una distinta dimensión al sector público por cierto).
Hay una frase contingente y que resulta pertinente citar, "the chilean way"…
Comentarios
16 de febrero
Estimado.
En completo desacuerdo con lo planteado por usted en esta entrada, considero que a priori usted mezcla peras con manzanas e induce a un error de conceptos frente a la RSE en Chile.
Primero, la RSE no necesariamente es una actividad conocida por todos los miembros de una organización, habitualmente se le asocia con la «caridad» y por lo demas está lejos de ser una función al ritmo de gerentes o directivos de la empresa.
Si directivos respetan o no a los empleados es un tema cultural y esta netamente asociado a la cultura e identidad corporativa. Quienes son contantemente explotados difícilmente seran buenos mensajeros de un plan social, por más que este impacte en mayor número de benficiarios.
En el mundo existen numerosas empresas que culturalmente tienen un exclente trato con sus empleados y no cuentan con un plan de RSE, mientras que usted pretende hacerla responsable.
Me parece que su comentario va más enfocado en practicas sindicales o de explotación que en lo medular de un plan de acción social.
Si los empleados están acostumbrados a entregar una canasta solidaria anualmente, esta es una actividad netamente cultural, cuando lo anterior precede de un plan de intervención social, con actores desarrollando estrátegias en la comunidad entonces hablamos de acción social o RSE.
Lo anterior a fin de entender que un plan de Responsabilidad Social debe considerar una estrátegia comunicacional que la promueva, tanto dentro como con el entorno de una organización. Las acciones sociales desarrolladas por una compañía deben ser conocidad por sus componentes con la finalidad de impregnar de este sentido social a los trabajadores, inclusive a las directivos de aquellas compañías. Si usted trabaja en contabilidad no tiene porque saber que en producción trabajan con guantes o botas pero si es su responsabilidad denunciar si ve que la ausencia de estos elementos pone en riesgo a sus compañeros de trabajo; igual caso con la Responsabilidad Social, no puede pretender que un trabajador ejecute un plan que no esta en sus funciones ni tampoco fue preparado para ello.
En Chile las grandes empresas deberían tener un plan de RSE conocido por todos, perfectamente monitoreable pero por sobre todo que considere a todos los miembros de una organización.
Claudio Castillo
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21 de febrero
Estimado Claudio, me parece que tu comentario tiene una perspectiva distinta a la que intento expresar. Primero, no intento responsabilizar a la RSE de este chilean way, lo que si quiero expresar es que quien dice tener RSE debe partir por casa (lo que implica por cierto darla a conocer a sus trabajadores). Segundo, efectivamente la RSE no se circunscribe a las gerencias, pero cuando la RSE sólo se basa en el exterior (comunidad y sociedad) los que reciben «beneficios» son los cargos directivos, el resto es despreciable. Respecto al tema cultural, me parece un punto de vista interesante, no obstante, bajo la definición que tomé como base, esta cultura debiera estar inmersa en la política de RSE de la empresa. En ese sentido sería positivo ahondar más en la cultura chilena y como está debiera irse acoplando con la RSE (cada estrategia, política debe ser aterrizada a su lugar de aplicación). Por último, creo que su párrafo final concuerda con lo que quiero expresar, aunque parezca paradójico. Saludos y gracias por tu comentario.
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