Es muy difícil definir a qué le llamamos amor, muchas veces pasa a ser una costumbre o una manera de tener seguridad y nos tendemos a confundir y definir que “eso” es amor, pero nos equivocamos. El amor es algo tan simple y tan complejo de entender a la vez, queremos vivir y formar parte de esa maravillosa historia, que sea casi como un cuento de hadas, que nos haga resplandecer de felicidad en la vida, pero terminamos equivocándonos y eligiendo a la persona con la que se siente que podría cumplir nuestras expectativas (aunque no lo haga).
En la vida profesional, pasa exactamente lo mismo (en varios casos) hay quienes se quedan con lo que les da para subsistir, pero que realmente no los hace feliz, decidimos y actuamos en modo supervivencia, sin darnos cuenta que los años pasan y se sigue el paso hacia una rutina constante que nos va apagando sueños y dejamos de creer en lo que amamos, en lo que nos gusta hacer, dejamos de lado nuestros deseos de ser diferentes, ¿para qué? ¿por qué? la respuesta es simple, para sobrellevar una vida que no te hace feliz y porque es más fácil, ganarse la vida con algo no muy complicado y que me genere pocos problemas, esa es la clave para muchos, vivir sin dejar huella, sin generar cambios, sin ser un verdadero aporte y un aporte no para otros, sino para ellos mismos, porque, en primera instancia, uno es el importante, si queremos entregar algo especial a la sociedad, debemos estar en paz y armonía con nosotros mismos y desarrollando lo que nos motive y nos dé la razón por la cual levantarse cada día.¿Te acuerdas que cuando eras pequeño querías ser grande para hacer lo que te diera la gana? ¿Qué tal vas con eso?
Cuando somos niños, soñamos con ser grandes y hacer lo que uno quiera, sin prohibiciones ni permisos, hace algunos días leí, navegando en una red social, una frase que decía: “¿Te acuerdas que cuando eras pequeño querías ser grande para hacer lo que te diera la gana? ¿Qué tal vas con eso?”, que más que frase era la pregunta de cómo va tu vida, es como lo imaginaste, se están cumpliendo tus expectativas o más bien desearías volver a ser niño. Lo mencionado al último es lo que muchos dicen, volver a niño o joven, sin preocupaciones, sin problemas, dependiendo de otros y viviendo (para muchos) el día a día, pero el tema no va en cuanto desees en volver el tiempo atrás, sino en tomar las riendas de tu existencia, quitarte los miedos, principalmente del yo no puedo y decir: lo voy a hacer, lo voy a intentar. Salga bien o mal, pero no le temeré al fracaso, porque de ése, es del que más se aprende… Suena bonito ¿no? no son las típicas frases de oro que se dicen para que las personas se empoderen y generen cambios en su existencia, pero la pregunta es si estas frases las sientes de verdad, si al leerlas o escucharlas te motivan o te generan las ganas de hacer cambios y ahí es donde volvemos a las expectativas, ya que nos vuelve a pasar lo mismo de cuando éramos niños, soñamos que de la noche a la mañana todo cambiará y no funciona así, los cambios siempre deben ir de menos a más, toma pequeñas decisiones hoy, que cambien tu presente y modifiquen tu futuro. Involúcrate contigo y colócate como prioridad, por ejemplo, ni siquiera una madre, de hijos pequeños, puede no ser prioridad para ella misma, ya que si ésta se encuentra mal, es por lógica que sus hijos no podrán recibir sus cuidados ni atenciones como corresponde, por ende, uno siempre debe ser prioridad, para así, entregar calidad al entorno.
Toma en cuenta, las expectativas, son sólo eso, expectativas, preocúpate de llegar a lo más cercano de éstas, no abandones tus sueños, un trabajo no lo es todo y como sabes, puedes estar dejando de lado LA OPORTUNIDAD de hacer y ser quien quieres realmente ser, por otro lado, ten presente que tu principal preocupación eres tú, antes que el mundo que te rodea, ya que si tú estás bien, todo fluirá y andará bien, como corresponde y como debe ser.
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